Hezbollah acusa a Israel de destruir su sistema de comunicación y asesinar a 26 personas

18 septiembre, 2024

Benjamin Netanyahu. Foto: Especial

Dos ataques en contra del sistema de comunicación de Hezbolá provocaron la muerte de 26 personas en Líbano e hirieron a miles luego de una operación insólita adjudicada al Estado de Israel. Mientras tanto, la ONU ordenó la desocupación de los territorios ocupados en un lapso de 12 meses 

Texto: Camilo Ocampo

Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO. – Este 17 de septiembre, en Líbano, miles de dispositivos de localización o “BeePers” explotaron de forma simultánea, causando la muerte de 12 personas e hiriendo a más de 2 mil 800. Solo un día después, una nueva oleada de explosiones, ahora de walkie-talkies, cobró la vida de 14 personas y 450 más resultaron heridas, de acuerdo a información del gobierno  libanes confirmada por la ONU.

Ambos dispositivos son utilizados por el grupo Hezbollah para recibir información sin ser rastreados por el Estado de Israel debido a su funcionamiento simple, tal como lo aseguró Hassan Nasrallah, líder del movimiento Chiíta, durante una conferencia de prensa en febrero de este año.

Luego de las explosiones en las ciudades de Nabatieh, Tire y Saida, en el sur del Líbano (las zonas con más presencia de Hezbolá), esta organización, junto con el gobierno de Líbano, y con el respaldo de Irán, aseguraron que las detonaciones fueron provocadas desde la agencia de inteligencia israelí, el mossad.

Además de las acusaciones contra Israel, el grupo aseguró en un comunicado de prensa que Israel «recibirá sin ninguna duda su justo castigo», aunque hasta el momento no se ha registrado una respuesta al ataque cibernético.

La guerra tecnológica

El ataque casi quirúrgico, adjudicado a Israel, sigue siendo investigado por la ONU, debido a la forma atípica en la que sucedieron las explosiones. Pero hay un contexto.

Hace 5 meses, el líder de Hezbollah, Hasan Nasrallah, ordenó a su militancia dejar de utilizar celulares inteligentes al considerarlos sumamente vulnerables a los sistemas de contrainteligencia israelí, por lo cual fueron adquiridos como herramientas de comunicación.

“Les digo que el teléfono que tienen en sus manos, en las manos de sus esposas y en las manos de sus hijos es el agente. Es un agente mortal, no uno simple. Es un agente mortal que proporciona información específica y precisa. Por lo tanto, esto requiere una gran seriedad a la hora de afrontarlo” aseguró Hassan Nasrallah, durante una conferencia de prensa en febrero de 2024.

Los dispositivos de localización fueron muy populares por enviar señales de radio a través de redes inalámbricas, lo que permite que sea más fácil poder emitir mensajes a distancias más largas y con menos probabilidad de que la señal se pierda o que sean localizados por dispositivos GPS, como sucede con los nuevos dispositivos de comunicación.

Entonces ¿qué falló?

De acuerdo con especialistas en el tema, existen dos teorías que podrían explicar las explosiones en Líbano.

Según Rich Outzen, investigador principal en el ‘think tank’ estadounidense Atlantic Council en entrevista con Al Jazeera, la primera teoría explica que las explosiones simultáneas se produjeron tras un trabajo de inteligencia en el que se detectaron, manipularon y desde larga distancia se calentaron numerosas baterías que provocaron que estallaran en las manos, caderas y caras de quienes portaban los bíperes.

La otra explicación, de acuerdo con Edward Snowden, exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) y de la CIA, es que pudo existir un trabajo de inteligencia que solo Israel podría llevar a cabo. Se trata de una intervención en la línea de producción, muy minuciosa en la que los responsables del ataque insertaron una pequeña cantidad, pero mortal, de explosivos que fueron detonados a larga distancia. Hasta ahora, la empresa taiwanesa Gold Apollo, relacionada con la fabricación de estos dispositivos, ha negado cualquier relación con las explosiones.

“Parece que lo más probable es que se trate de dispositivos explosivos implantados (en los aparatos) y no de un ataque de piratas informáticos” aseguró Snowden.

¿Qué dice Israel?

Tras las acusaciones contra el gobierno israelí, el primer ministro no se ha deslindado o adjudicado el ataque contra Hezbollah, tal como sucedió con el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Irán.

Sin embargo, desde el comienzo del genocidio en Medio Oriente, llevado a cabo por Israel contra el pueblo palestino, la frontera con Líbano se ha convertido en un segundo frente en el que los ataques son constantes, debido a su importancia geoestrategica.

El conflicto con Hezbolá, sin embargo, es histórico, y algo que podría explicar la relación con el genocidio en Palestina es la movilización de una fracción de las  fuerzas de ocupación israelíes a la frontera sur de Líbano, el 17 de septiembre, dejando atrás la Franja de Gaza.

De hecho, en una entrevista en la base aérea de Ramat David, el primer ministro israelí aseguró que su gobierno está «en el inicio de una nueva fase de la guerra que requiere valor, determinación y perseverancia por nuestra parte», refiriéndose a la movilización de sus tropas a la frontera con Líbano.

Además afirmó que “el centro de gravedad se está desplazando al norte, desviando recursos y fuerzas”.

La reacción de la ONU

Tras la destrucción del sistema de comunicación de Hezbollah, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) se reunirá de emergencia este viernes para fijar una postura al respecto.

Mientras tanto, la Asamblea General de la ONU pidió este 18 de septiembre ponerle fin a la ocupación de territorios palestinos por Israel en 12 meses, luego de una discusión entre los 193 estados miembros, la cual fue aprobado con 124 votos a favor, 14 en contra y 43 abstenciones. 

Por su parte, Antonio Guterres, secretario de las Naciones Unidas, aseguró que «lo ocurrido en Líbano es muy grave, no sólo por el número de víctimas, sino por los indicios de que se activó por el riesgo de que se descubriera. Obviamente, la lógica de explotar estos artefactos es hacerlo como ataque preventivo antes de una operación militar importante».

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