Cuidar a las infancias significa observarlos, escucharlos, empatizar y analizarlas a profundidad, defender su integridad, sus cuerpos y también, su libertad e identidad.
Texto: Andi Sarmiento
Foto: Tomada del trailer oficial
CIUDAD DE MÉXICO.- Esta es una cinta de la directora española Estibaliz Urresola, que nos presenta la historia de transición, autoconocimiento y aceptación de Lucía, una niña de ocho años que se encuentra en un proceso de cambio en el cual se replantea su existencia, su percepción personal y cuestiona el rol y las actitudes que ha tenido que desarrollar a lo largo de su vida.
La cinta se desarrolla en el País Vasco, en un pequeño pueblo en el que vive la familia apicultora de Ane, quien va de visita en vacaciones junto con sus tres hijos. Ese resulta ser un viaje muy catártico para la familia, ya que Ane debe cuestionar su papel como artista y como madre, encontrar un equilibrio entre el trabajo y la familia así como revalorar sus ideales y la forma en que los ejerce.
Es una familia conformada principalmente por mujeres, en la cual está desde la madre de Ane hasta una bebé. Esto por un lado, nos muestra una sincronía para ciertas cosas, vemos que a pesar de tener mentalidades distintas siguen unidas por una razón: el cuidado de los niños.
La hermana, la tía, la madre y Ane tienen una idea muy distinta de la otra sobre lo que conlleva la crianza. Sin embargo, los niños siguen siendo el epicentro de sus decisiones; aunque actúen de manera diferente, cada una lo hace conforme lo que considera que es mejor para las infancias de la casa.
Por otra parte, es evidente el choque generacional dentro de estas discusiones, pues los parámetros que tiene cada una sobre lo que es mejor están basados en los pensamientos de sus distintas épocas; es por ello que defienden sus ideales a pesar de diferir tanto los unos de los otros. Ane debe establecer límites firmes para hacer entender a su familia, principalmente a su madre, que los tiempos han evolucionado y que lo que en sus años era la norma ahora es cuestionado.
Asimismo, para la familia Aitor es un niño confundido. Escucha constantemente que la madre lo está perjudicando, que no debería dejarle con el pelo largo, que lo está malcriando. Ane, intenta romper con ciertos estereotipos de género que su madre y el entorno tienen muy arraigados.
Pero conforme pasan los días, todos estos comentarios se juntan con los pensamientos de Lucía, causándole un gran conflicto interno. Este viaje sirve para que cada integrante de la familia cuestione su posicionamiento ante la vida.
Lucía, se está preguntando lo que significa ser un niño o una niña y conforme avanza la trama estos cuestionamientos se tornan cada vez más complejos. En este proceso comienza a interrogarse incluso el valor de su vida, la cual ha girado en torno a un cuerpo y un rol con el cual no se acomoda; debe encontrar el significado de su existencia, cosa difícil cuando esta va en contra de lo que el mundo le estableció a su corta edad.
A su vez, es necesario que Ane modifique sus métodos de enseñanza. Lucía está pasando por un proceso de mucho cambio e incertidumbre en el cual necesita ser realmente escuchada, pero la forma en que Ane lo ha intentado durante años resulta ya no ser tan funcional.
Ane ha luchado por darle la mejor crianza a sus tres hijos, sustentándose con su trabajo de artista y con un esposo que parece no estar muy presente en el cuidado de los chicos. Esto ha provocado que a pesar de darle todo su amor a sus hijos, no se genere la conexión necesaria para tratar con ciertos temas; además, debe dejar su orgullo de lado para entender que sus hijos, y sobre todo Lucía, están más alejados de lo que ella cree.
En la formación de Lucía es necesaria una verdadera comunicación, y esto conlleva no solo hablar con ella sino detenerse a escucharla de verdad, empatizar con ella y abrazar su sentir. Algo complicado en un sistema que nos tiene cada vez más enajenados y estresados por temas laborales o económicos, que si bien son importantes, estos no deben hacer que perdamos de vista la situación de quienes nos rodean, fundamentalmente cuando se trata de un hijo.
El desarrollo de las infancias trans es un tema al cual hace mucha falta darle atención. La película nos muestra lo complicado que esto es principalmente en una sociedad que no ha visibilizado a este sector; se ha abordado muy por encima lo que implica ser una persona trans por lo que poco se ha hablado de que en este espectro se encuentran también las infancias.
Los problemas de comunicación no son el único problema en el desarrollo de la niñez, también lo es la falta de información que hace que se pasen por alto muchas señales.
Por más que toda la familia adorara a Aitor, a nadie se le ocurrió por algún momento que la causa de sus conductas podría ser una inconformidad con su papel asignado, empezando por su nombre. Nadie actuó desde la malicia sino desde la ignorancia.
La expresión de género es un espectro tan extenso que seguirlo encasillando en femenino y masculino, hombre y mujer se queda corto. Es algo que va mucho más allá y es un tema que se puede tratar con mucha profundidad.
Romper con los roles de género es fundamental pero no suficiente. Hay que deshacer esta construcción binaria que nos ha regido durante siglos. Entender que ser trans no se trata de la apariencia sino de una vivencia entera, que cada quien refleja a su propia manera. No se trata de un corte de cabello o de un tipo de ropa, la identidad es una definición meramente personal, hay que comprender que es un sentimiento que no se puede reducir únicamente a lo material.
Igualmente, es indispensable que se discuta más el tema de las infancias en todos los ámbitos. En mi opinión, es uno de los sectores más sensibles y delicados y su vez de los más ignorados; se hable de lo que se hable, siempre hay que voltear a ver cómo una situación puede afectar a un niño y analizar si este está siendo realmente atendido como necesita serlo o si solo se le está tratando conforme a una costumbre, aunque esta no le sea funcional.
Cuidar a las infancias significa observarlos, escucharlos, empatizar y analizarlas a profundidad, defender su integridad, sus cuerpos y también, su libertad e identidad.
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Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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