Bosques heridos por el cambio climático y la demanda de madera

24 julio, 2024

La tala de bosques es una constante en la región Amazónica de América del Sur. En todo el mundo crece la demanda de madera, lo que sumado a los incendios forestales y las plagas constituyen fuertes factores de estrés sobre los bosques. Foto: Bruno Kelly / Greenpeace

Un informe de la FAO alertó sobre el efecto del Calemtamiento Climático en el aumento de los incendios forestales en todo el mundo

Texto: IPS
Foto: Bruno Kelly / Greenpeace

ROMA – El calentamiento del planeta, con el que proliferan los incendios forestales y las plagas, y la creciente demanda de madera, están sometiendo a los bosques a un elevado nivel de estrés en todo el mundo, advirtió un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El informe “El estado de los bosques del mundo 2024: innovaciones en el sector forestal hacia un futuro más sostenible” advierte de que aumentan la intensidad y frecuencia de los incendios forestales, incluso en áreas que no habían sido afectadas anteriormente.

Se estima que en 2023 los incendios liberaron, a nivel mundial, aproximadamente 6687 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2), el principal gas d efecto invernadero responsable del calentamiento planetario.

Anteriormente, los incendios del hemisferio norte representaban alrededor de 10 % de las emisiones globales de CO2, pero debido a una sequía prolongada, en 2021 alcanzaron un nuevo máximo para representar casi una cuarta parte de las emisiones.

La FAO explicó que el cambio climático también hace que los bosques sean más vulnerables a las especies invasoras, con insectos, plagas y patógenos que amenazan el crecimiento y la supervivencia de los árboles.

Por ejemplo, el nematodo de la madera de pino (Bursaphelenchus xylophilus) ya ha causado daños importantes a los pinares nativos en algunos países de Asia, y se prevé que zonas de América del Norte experimentarán daños devastadores debido a insectos y enfermedades para 2027.

Mientras tanto, la producción mundial de madera se mantiene en niveles récord. Después de una breve caída durante la pandemia covid-19, la producción ha vuelto a rondar los 4000 millones de metros cúbicos al año.

Casi 6000 millones de personas utilizan productos forestales no maderables y 70 % de los pobres del mundo dependen de especies silvestres para obtener alimentos, medicinas, energía, ingresos y otros fines.

Las proyecciones indican que la demanda mundial de madera en rollo (troncos apeados, desramados y sin copa) podría aumentar hasta 49 % entre 2020 y 2050.

El informe sostiene que frente a este panorama, la innovación en el sector forestal facilitaría el avance hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para mejorar la vida del planeta y de todos sus habitantes.

El ODS 15, sobre gestión sostenible de los bosques y detener la degradación de las tierras y la pérdida de biodiversidad, incluyó como meta 15.2 “promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, poner fin a la deforestación, recuperar los bosques degradados e incrementar la forestación y la reforestación a nivel mundial”.

La FAO aboga por innovar en esa gestión y plantea que la innovación debe ser tecnológica, social, política, institucional y financiera.

Por ejemplo, cita a la inteligencia artificial como herramienta de análisis automatizado de un gran volumen de datos ópticos, de radar, drones, satélites y estaciones espaciales.

“La FAO reconoce que la ciencia y la innovación son ingredientes cruciales para lograr soluciones basadas en los bosques”, subrayó su director general, Qu Dongyu.

Asimismo, considera que la adopción de madera en masa (trozos pequeños que se laminan y pegan para formar paneles o vigas) y otras innovaciones podrían reemplazar los productos de origen fósil en el sector de la construcción.

Menciona también políticas destinadas a involucrar a las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas en el desarrollo de soluciones lideradas localmente, e innovaciones financieras de los sectores público y privado para mejorar el valor de los bosques.

La FAO recomienda enfoques inclusivos y con perspectiva de género para garantizar la distribución justa de los beneficios entre hombres, mujeres y jóvenes de todos los grupos socioeconómicos y étnicos.

Este trabajo fue publicado inicialmente en IPS. Aquí puedes consultar la versión

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