Organizaciones de la sociedad civil denunciaron la muerte de un migrante haitiano por falta de atención médica en la estación migratoria S. XXI en Tapachula, Chiapas

Texto: Redacción Pie de Página

Foto: Foto: Archivo / Guillermo Arias

La madrugada del 6 de agosto un migrante de nacionalidad haitiana murió en una celda de la Estación Migratoria S. XXI, denuncian organizaciones civiles.

Testigos cuentan que esa noche lo escucharon quejarse y pedir atención médica pero nadie se la proporcionó, de acuerdo con el Grupo Impulsor contra la Detención Migratoria y la Tortura y del Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano.

 “Los guardias lo dejaron agonizar hasta morir”, contaron a organizaciones testigos que se encuentran detenidos dentro de la estación migratoria.  

De los 20 días que el hombre permaneció en la estación migratoria, 15 estuvo enfermo y dentro de una celda de aislamiento. A pesar de sus quejas, testimonios de personas ingresadas en el centro denuncian que lo mantuvieron encerrado y sin ningún tipo de asistencia, ni tampoco les dieron oportunidad de acompañarlo. A la mañana siguiente que se acercaron a visitarlo se dieron cuenta que policías federales tomaron fotos y se llevaron el cuerpo sin ninguna explicación. 

Las organizaciones denuncian que a la persona fallecida nunca se le ofreció ser externalizado para atención médica y que en una ocasión llegó un médico que, sin realizar análisis previos ni entrevistas, le inyectó una sustancia sin revelar qué era.

Pie de Página pidió la versión del Instituto Nacional de Migración pero hasta el momento de esta publicación no dieron respuesta. 

Las organizaciones demandan que las autoridades correspondientes investiguen la muerte del migrante haitiano y que la Comisión Nacional de Derechos Humanos aborde el caso, así como la consiguiente sanción de los responsables que no proporcionaron la atención médica necesaria.

Migrantes haitianos que se encuentran detenidos denunciaron a las organizaciones que agentes del INM les han llamado “perros”, “pendejos”; les ofrecen alimentos y agua en mal estado y les limitan deliberadamente el acceso al baño.

Entre los migrantes, señalan, hay personas enfermas, entre ellos niños, con fiebre, dolores cardíacos, parálisis de extremidades, sangrado intestinal, problemas respiratorios, vómitos, deshidratación y no se está proporcionando atención médica adecuada.

También se necesita de atención psicológica ya también hay personas que presentan angustia, estrés, depresión y pensamientos suicidas.