La comunidad migrante son los pobres que fueron forzados a salir de México. La mayoría que no está disponible para regresar a su país, y por eso siguen en Estados Unidos. Por eso el panismo esté aislado de la base, pues no les interesa acercarse a los de abajo
Por Kau Sirenio / X: @kausirenio
En Estados Unidos hay dos tipos de migrantes: los indocumentados y los privilegiados.
En los surcos de los campos agrícolas de California, 9 de cada diez son jornaleros mexicanos que llegaron a Estados Unidos, expulsados de México con la reforma de 1992, cuando se firmó el acta de defunción del campo mexicano.
Ese año, comunidades enteras dejaron el país para ir en busca de sustento familiar, mientras que las empresas transnacionales se instalaban en los ejidos para producir a gran escala, actividades que los ejidatarios nunca podrían realizar por la caída del precio de los granos base de la alimentación de los mexicanos.
Mientras tanto, en las fronteras se instalaban las maquilas para explotar a los campesinos desplazados que llegaban en busca de trabajo y salario. Si tuvieron trabajo, pero con un salario de hambre, dinero que no les alcanzaba para pagar la renta y la canasta básica.
A lo largo y ancho del país, los campos agrícolas de los estados del norte: las Bajas Californias, Sonora, Chihuahua, Sinaloa, y del bajío: Jalisco y Guanajuato, se convirtieron en campos de concentración de hombres y mujeres que huían de la violencia económica y criminal.
Esta tragedia se repetía en Estados Unidos con los jornaleros y trabajadores de servicios, todos indocumentados. A ellos, cuando se quedaron sin fuerza corporal para seguir en los cultivos o en las granjas de pollos, cerdos y reces, los echaron de ese país, sin que en México hubiera una política migratoria que les diera seguridad social.
Mientras esto ocurría con los trabajadores de primera línea, en Estados Unidos llegaron hijos de políticos y empresarios beneficiados con la política neoliberal de los expresidentes: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderon y Enrique Peña Nieto.
Así lo afirmó la activista pro migrantes en Estados Unidos, Maru Mora: “Los que van y vienen, los que tienen empresa y compran casas en Los Angeles, Miami, Nueva York y Chicago, es la base del priismo y panismo en el extranjero. De ahí que no tengan contacto con los migrantes que se vinieron de forzados por la violencia y crisis económica en México, nadie los voltea a ver”.
Tiene razón, en los campos agrícolas no están los juniors. Ellos están en las mejores universidades de ese país y dominan el inglés gracias a sus privilegios y las tranzas de sus familias en México. De esa casta salió el actual diputado de migrante y candidato por el PRI, PAN y PRD, Raúl de Jesús Torres Guerrero.
La activista mexicana puso otro ejemplo, de los panistas que mantienen distancia con la comunidad migrante: “Hay un panista que me representa en el congreso de la Ciudad de México, pero nunca lo hemos visto, no sabemos nada de él, nosotros hicimos un foro de candidatos y lo invitamos, pero nunca hizo el intento de hablar con nosotros, porque somos gente del pueblo: indocumentados”.
Maru Mora añadió: “El diputado migrante, Raúl De Jesús Torres Guerrero, ganó con pocos votos de diferencia porque no hubo trabajo de campo con la base de la comunidad, solo pudieron votar los que tienen relación política con el poder político y empresarial”.
“El panismo tuvo su arraigo con ese tipo de gente, con los empresarios con los capitalistas, con los que tienen el dinero”, sostiene Mora.
No es gratuito que la gran mayoría de los migrantes indocumentados se identifiquen con el morenismo en el extranjero, porque hay una pizca de cambio en la política mexicana, y eso generó confianza. Sin embargo, en la época del PRI y PAN no había confianza porque solo se beneficiaba un sector privilegiado.
La comunidad migrante son los pobres que fueron forzados a salir de México. La mayoría que no está disponible para regresar a su país, y por eso siguen en Estados Unidos. Por eso el panismo esté aislado de la base, pues no les interesa acercarse a los de abajo
El 2 de junio se verá si realmente la derecha gana con el voto de los migrantes. Si esto no ocurre no sería novedoso, solo sería para confirmar que el neoliberalismo expulsó a los mexicanos para beneficiar al capitalismo feroz y rapaz.
Pase lo que pase, los mexicanos tendrán que reorganizarse para defenderse de la política migratoria de los demócratas y republicanos que los agreden todos los días. Mientras tanto, en México necesitamos ser más solidarios y empáticos con los migrantes haitianos y centroamericanos que cruzan en nuestro país.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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