En lo que va del proceso electoral, el INE ha aprobado 23 acuerdos para modificar o eliminar contenido de 30 conferencias mañaneras del presidente López Obrador; la mitad, durante las campañas que iniciaron en marzo
Por Ernesto Núñez Albarrán / X: @chamanesco
La conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un elemento disruptivo de las campañas electorales. Si de por sí el ejercicio ha sido polémico durante todo el sexenio, en las campañas se ha intensificado el debate en torno a ellas.
Para el presidente y sus seguidores, la mañanera es la única plataforma de defensa que tienen frente a lo que denominan “una andanada mediática en contra de su gobierno y su movimiento”; para la oposición, es un perverso instrumento de intromisión gubernamental en la contienda política.
Lo cierto es que la mañanera ha generado una lluvia de denuncias ante la Comisión de Quejas del Instituto Nacional Electoral en lo que va de las campañas (iniciadas el 1º de marzo) y desde que arrancó formal y legalmente el proceso electoral (7 de septiembre de 2023).
Esas denuncias han dado pie a 23 acuerdos de medidas cautelares emitidas por la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, que involucran a 30 conferencias mañaneras, por dichos del presidente que se consideran propaganda gubernamental, o violatorios del principio de imparcialidad al que está obligado por la Constitución.
Con dichas medidas cautelares, el Instituto Nacional Electoral prácticamente ha declarado al presidente Andrés Manuel López Obrador un infractor contumaz de las leyes electorales.
Apenas el pasado viernes 3 de mayo, la Comisión de Quejas y Denuncias del INE ordenó a la Presidencia de la República eliminar o modificar archivos de audio y video, así como versiones estenográficas de la conferencia de prensa del 23 de abril, albergados en plataformas digitales gubernamentales, por considerar que en dicho acto el presidente hizo “manifestaciones que podrían constituir propaganda electoral en periodo prohibido”.
Esto, porque en aquella mañanera el presidente difundió la creación y alcances del programa de prensión a adultos mayores y del Fondo de Pensiones del Bienestar, una reforma que se procesaba en esos días en el Congreso de la Unión, criticada y votada en contra por la oposición, pero muy popular entre las huestes de Morena.
Esta resolución muestra lo paradójico que resultan estas quejas en periodo de campañas electorales y los aprietos en los que los actores políticos meten a la autoridad electoral: si según la oposición es tan dañina y criticable la reforma de pensiones, si según Xóchitl Gálvez “fue un robo” haber usado 40 mil millones de pesos de cuentas inactivas para crear el Fondo de Pensiones del Bienestar, ¿entonces por qué se quejan de que el presidente use el tema “con fines electorales”?, ¿no deberían estar felices de que el presidente pregone algo que, según ellos, es nefasto y populista?
Pues no, en la lógica del PAN, PRI y PRD, el presidente hace las peores cosas del mundo, pero no quieren que hable de ellas, pues eso -a su entender- constituye propaganda indebida, ayuda a la candidata de su partido y viola el principio de equidad en la contienda.
La del 23 de abril es sólo una de las mañaneras sancionadas por el INE. Sólo en lo que va de la campaña, la Comisión de Quejas y Denuncias ha ordenado bajar o modificar 15 conferencias mañaneras: 4, 6, 7, 8, 11, 12, 21 y 22 de marzo; 1, 5, 9, 12, 15, 22 y 23 de abril.
Cabe recordar que cuando se aprueban medidas cautelares -consistentes siempre en la modificación o eliminación de las expresiones consideradas violatorias de la norma-, el INE está sancionando manifestaciones que pueden constituir propaganda gubernamental o que “pueden vulnerar los principios de neutralidad, imparcialidad y equidad del proceso electoral en curso”.
Por ello, es normal que en los acuerdos del INE se incluyan recomendaciones del tipo: “la Comisión consideró oportuno reiterar al Ejecutivo Federal abstenerse de hacer manifestaciones, comentarios o señalamientos sobre temas electorales en cualquier formato o modalidad, ya sea de forma positiva o negativa, cuidando que su actuar se encuentre ajustado a los principios constitucionales de imparcialidad y neutralidad”.
Son, en realidad, llamados a misa, o advertencias como las de los comerciales de comida chatarra, en los que se pide al público: “come frutas y verduras”.
Las medidas cautelares son como la leyenda que la Comisión de Quejas pidió incluir al inicio de cada mañanera para recordar que, de conformidad con el artículo 134 constitucional, la propaganda gubernamental debe tener carácter institucional y fines informativos, y que los funcionarios públicos deben actuar siempre con imparcialidad y sin influir en la competencia entre los partidos políticos. La leyenda se pone al inicio de las mañaneras desde el 25 de septiembre del año pasado, pero se ha convertido en una cortinilla que todo mundo se salta antes de ver el reality show presidencial.
Además, el INE -como autoridad administrativa- sólo puede aprobar medidas cautelares y este tipo de recomendaciones al presidente, pues el fondo de las quejas y denuncias -el uso indebido de recursos públicos- siempre le corresponderá analizarlo y sancionarlo en la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En dicho Tribunal, por cierto, el INE ha sufrido varios reveses; el más notable y reciente, fue la decisión de las magistradas y magistrados para retirar medidas cautelares en contra de la entrevista que concedió el presidente López Obrador a la periodista rusa Inna Afinogenoveva, del Canal RED. El INE ordenó modificar la entrevista para eliminar expresiones que hizo el presidente en favor de la candidata Claudia Sheinbaum en dicha entrevista, pero el Tribunal revocó el acuerdo de la Comisión.
En otras ocasiones, en cambio, el Tribunal Electoral ha ordenado al INE ser más estricto. Por ejemplo, el 28 de abril, la Comisión tuvo que emitir un acuerdo para acatar una sentencia del Tribunal que le instruyó ordenar al vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, que -previo a subir a la página oficial del gobierno federal, a redes sociales oficiales, medios digitales de difusión oficiales, así como al sitio de internet oficial y la página del Gobierno de México, revisar y, en su caso, editar en su contenido las mañaneras que se van generando, “a fin de eliminar las expresiones que constituyan infracciones a la normativa electoral”.
No fue más que otro llamado a misa.
Del lado de la oposición, Xóchitl Gálvez ha pedido abiertamente al INE que orden suspender las conferencias mañaneras, aunque luego los partidos que la postulan a la Presidencia -a sabiendas de que eso es improcedente- matizaron la petición y solicitaron que se ordene que no se difundan de manera íntegra, y que se ordene al titular del Poder Ejecutivo no utilizarlas para romper la equidad en la contienda electoral.
Esta petición dio pie a una larga discusión en el Consejo General del INE que, finalmente, decidió rechazar la petición de la oposición, argumentando que existen criterios del Tribunal Electoral que impiden la cancelación de las conferencias mañaneras, y que hay suficientes medidas cautelares con ese tipo de llamados al presidente.
Con esa decisión, que días después fue confirmada por el Tribunal Electoral, la oposición perdió en definitiva la batalla de las mañaneras en el actual proceso electoral.
Según el recuento de la agencia Spin, de Luis Estrada, hasta el pasado 30 de abril se habían celebrado mil 330 conferencias mañaneras, en mil 978 días de gobierno. Quiere decir que, hasta el pasado 3 de mayo, se han celebrado mil 333 conferencias. Con una duración promedio de dos horas cada una, aunque ha habido conferencias de tres horas y media, y algunas (muy pocas) de apenas una hora.
Si cada semana se celebran cinco mañaneras, y si al sexenio de López Obrador le quedan 21 semanas completas y un día, entonces aún nos quedan por ver 106 mañaneras.
La última, ya anunciada por el presidente, será el lunes 30 de septiembre, su último día de gobierno, en el que bien podría encabezar una “megamañanera” que rompería el récord de duración.
Espero estar ahí para contarlo.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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