Desde el Zócalo, el expresidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, aseguró que la democracia está en peligro en México. Desde la sede del INE,Claudia Sheinbaum, cuestionó la hipocresía de la protesta. La democracia en disputa es la de las élites, no la de las mayorías, aclara la filósofa marxista Diana Fuentes
Texto: Arturo Contreras y Camilo Ocampo
Foto: Adolfo Vladimir / Cuartoscuro y Camilo Ocampo
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde un templete en medio de la plaza del Zócalo, el expresidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, jura que la democracia está en riesgo y pide a la ciudadanía que se sume a la defensa del voto en las elecciones de este año.
“Desde hace años se ha pretendido dividir a la sociedad entre quienes son parte del pueblo y quienes son sus enemigos, como si el pueblo no fuéramos todas y todos nosotros”, dice Córdova, orador único a la marcha de la oposición, en alusión al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Córdova habla de tres grandes amenazas contra la democracia mexicana por parte del presidente: buscar interferir en las elecciones desde el gobierno; querer cambiar las reglas de la democracia (con la reforma electoral); y reducir a las fuerzas políticas opositoras.
En entrevista posterior, la filósofa marxista Diana Fuentes disecciona el mensaje del académico: Si hay un tipo de democracia que está en riesgo, no es la de las mayorías.
“La democracia no es solo la que se expresa en los procesos electorales para definir a los representantes del Estado, que son las voces en quienes decanta o quienes representan los intereses de la sociedad, vista como un conjunto de voces más o menos diversas —explica Fuentes—. Esta es una visión elitista de la democracia que considera que debe ser resguardada por un sector de la sociedad”.
Es un debate muy antiguo en el pensamiento político, en el que hay quienes creen que la democracia no debe ser el resultado de la voluntad mayoritaria, o no de forma directa. Son sectores que están convencidos de que las mayorías están equivocadas, y no se puede permitir que sigan teniendo la conducción del destino de la nación”.
Ese es, justo, el mensaje de Córdova Vianello, quien desde el templete habla de ese árbitro que no debe responder a las “mayorías del momento” (porque esas mayorías se puede equivocar).
Según Córdova Vianello, un sector de la ciudadanía se pasó 40 años construyendo una escalera cada vez más sólida y robusta, para que quien tuviera los votos pudiera llegar al primer piso del poder en México, pero hoy, desde ese poder se pretende destruir la escalera.
Para Fuentes, esta aseveración lleva una media verdad, pues en ella se retrata a México como si en 2018 hubiera existido un Estado plenamente democrático, cuando no es del todo cierto. “El INE es una de las mejores manifestaciones de esa contradicción”, dice.
“(El instituto electoral) es el resultado de una demanda social por democratizar este país. Pero al mismo tiempo, al INE lo amarraron desde su surgimiento para que los consejeros electorales fueran el producto de las componendas políticas de los partidos. Es decir: de la élite política, y no como una expresión de las grandes mayorías”.
Sin embargo, es evidente que la oposición planta su juego. Los asistentes a la manifestación reconocen a Córdova Vianello como un ciudadano activo con una gran responsabilidad hacia la democracia. Aceptan su llamado a defender las elecciones, como si aceptaran de facto que el gobierno fuera a intervenir en ellas para modificar sus resultados.
No es coincidencia, dice la filósofa. Más bien, queda claro hay un grupo que está preparando el terreno -a cuatro meses de la jornada electoral- para reclamar un resultado ilegítimo en las urnas
“El hecho de que Lorenzo Córdova fuera el orador único es una maniobra casi como para destaparlo como algo que había sido desde hace mucho: un político en acción. Tiene que ver con que esa es su siguiente figura política, es a él al que tienen que ir preparando, para dentro de seis años. Tiene a su favor no ser de ningún partido, y cierta trayectoria que les permite perfilarlo».
A pesar de la insistencia de los organizadores y de los medios que la promovieron de que la marcha no es partidista, las imágenes que se ven muestran lo contrario. Vestidos de blanco y rosa, sin señas de sus partidos políticos, figuran Marko Cortés, líder nacional del PAN, y Jesús Zambrano, dirigente del PRD.
También se hacen ver Santiago Creel Miranda, exsecretario de Gobernación y actual coordinador de la campaña de la candidata presidencial por el frente opositor, Xóchitl Gálvez, yMargarita Zavala, diputada panista, excandidata presidencial y esposa del expresidente Felipe Calderón (quien hace política desde España, donde reside). Llega acompañada de su hijo, Felipe, quien han sido un activo militante opositor en redes sociales.
Desde el templete -al que también suben personajes como el primer presidente del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg; el exministro José Ramón Cossío, y la expresidenta del Tribunal Electoral, Maricarmen Alanís-. el exdiputado Fernando Belauzarán, acérrimo crítico del gobierno, anima a la asistencia que corea con insistencia: “fuera López”.
La gente empezó a llegar al zócalo desde las nueve y media de la mañana. Algunos con pancartas hechas a mano, otros, con carteles reciclados de marchas pasadas con consignas como «Mi voto no se toca” o «Marcha por nuestra democracia». En algunas de esas cartulinas se alcanzan a ver logos de organizaciones como CitizenGo, Rescate México o Muévete.
CitizenGo, fundada en España en 2013, es una plataforma de personas ultraconservadoras que ayudan al partido Vox para atraer votantes. Esto lo hacen junto a la organización Rescate México, ligada al PAN.
En el Zócalo, también se ven las banderas de la Unión Nacional de Sinarquistas, una organización nacionalista y ultraconsevadora que defiende una visión católica tradicional, con un fuerte énfasis en la autoridad y la jerarquía. De hecho, la organización es de las más viejas del país, y fue fundamental en la Guerra Cristera a inicios del siglo XX.
Junto con ellos aparecen los Caballeros del Rosario, un movimiento que promueve el rezo, liderado por hombres que buscan ganar espacios públicos a través de ellos. Otra bandera de peligro es la de la CIOAC, la mítica organización campesina aliada del PAN, PRI o el PRD, acusada de emplear paramilitares contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas.
También llegan el Foro Plural por Jalisco, conformado por políticos y empresarios que buscan hacer frente a las reformas impulsadas por Andrés Manuel López Obrador, el Consejo Cívico Ciudadano, la red de organizaciones civiles que buscan de manera disimulada formar cuadros de lideres que compaginen con los valores tradicionalistas. Y la Liga de Guerreros: una red de desinformación que utiliza las redes sociales para difundir mensajes de odio, bajo el hashtag #LigadeGuerreros
Estas y demás organizaciones se mueven bajo la idea de ser apartidistas. Sin embargo, entre sus filas hay personas que han militado en los partidos y grupos de ultraderecha. Días antes de la marcha, lanzaron una serie de recomendaciones para asistir: vestir de rosa o blanco, beber agua y no hablar con la prensa.
Al final, quien se lleva los reflectores es el historiador Enrique Krauze, quien no sigue el protocolo y da una entrevista en la que compara esta marcha con la del movimiento estudiantil del 1968.
Al mismo tiempo que Córdova y compañía dirigen en el Zócalo una defensa del Instituto Nacional Electoral en riesgo, los supuestos verdugos acuden a la sede del instituto, pero no para quemarlo sino para registrar la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum.
En su mensaje la exjefa de gobierno de la Ciudad de México y actual candidata de Morena, el partido en el poder, habla sobre las reformas que movilizaron a sus opositores en el Zócalo, y les reclama la hipocresía de avalar fraudes electorales, en una clara referencia al de 2006, en el que compitieron Felipe Calderón y López Obrador.
“Nuestras propuestas de cambio constitucional buscan el fortalecimiento de la democracia electoral y participativa, por la que siempre ha luchado el pueblo de México, desde el sufragio efectivo, no reelección; hasta el voto por voto, casilla por casilla”, dice la candidata puntera en las encuestas electorales.
“Resulta importante, y más aquí en este recinto, señalar la falsedad e hipocresía de aquellos que hablan o marchan por la democracia, cuando en su momento promovieron fraudes; o nunca vieron la compra de votos; o se les olvidó respetar a los pueblos indígenas, promoviendo la discriminación y el clasismo”.
En medio de una enorme inconformidad de la militancia de Morena por la inclusión de políticos opositores dentro de las listas de candidatos de su partido a puestos de elección popular, Sheinbaum asegura que el movimiento que encabeza defiende la la democracia “como el gobierno del pueblo para el pueblo y por el pueblo, así como la participación activa de la sociedad”.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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