Esta es una serie de siete capítulos, en los que se puede escuchar las historias de periodistas que han sufrido algún tipo de violencia, misma que ha provocado el desplazamiento forzado de colegas hacia otros lugares lejos de sus casas, con la esperanza de sobrevivir
Texto: Revista Espejo*
Ilustración: Hanna Corvera / @Hannacrv
Voz: Marcos Vizcarra
Edición: Paulina Nava
Producción: Miguel Ángel Zárate
SINALOA. -México es un país con una historia de censura hacia periodistas y defensores. Una historia contada por el cierre de espacios de expresión, por asesinatos, desapariciones y agresiones físicas.
Quienes sobreviven se enfrentan a más violencias para evitar desenlaces fatales. Esas personas se marchan lejos de sus hogares y se desplazan para refugiarse, siempre acompañadas por el trauma.
El desplazamiento forzado de personas es un síntoma de guerra y México tiene un problema grave que no ha sido reconocido. Cientos de miles de personas, muchos periodistas, dejaron sus hogares y desde el exilio sufren depresión, angustia y soledad.
La serie Hacer periodismo en la soledad aborda la violencia contra periodistas en México como causa del desplazamiento, explora las consecuencias de vivir en el exilio, y resalta la resiliencia que implica el retorno.
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La historia de Patricia Mayorga está entrelazada con la de Miroslava Breach Velducea, periodista asesinada el 23 de marzo de 2017. Ese crimen fue el motivo que llevó a esta mujer a dejar Chihuahua y refugiarse en otro país, con otra cultura, con otra comida, con otro tipo de periodismo. Se propuso volver, pero antes tuvo que pasar por una travesía larga.
“El desplazamiento forzado es un signo de guerra, de acuerdo con la comunidad internacional y que es lo último que un gobierno reconoce en una situación como la de México, porque reconocer que hay desplazamiento forzado es reconocer que hay guerra o que hay un conflicto armado. Se tendría que dar nombre a esto, porque no tiene nombre…”, ha dicho la periodista ahora desde Chihuahua, en su regreso.
Patricia pasó algo similar al Bruce Wayne de la etapa de Christopher Nolan: sufrió una pérdida, entró en crisis, quiso luchar contra sus demonios pero no estaba preparada, se fue a un lugar lejano a encontrarse consigo misma y terminó en un lugar con un sensei aplicado en técnicas rudas para sobrevivir y luchar contra el mal. La diferencia es que Bruce Wayne se convirtió en Batman y Patricia en una mejor periodista.
“Él me dice: ¿y tu vida? ¿y tus planes de trabajo? ¿No es como permanente esto? y le dije no, yo voy a regresar a Chihuahua, yo voy a hacer periodismo y solo en Chihuahua y me dice ‘¿ah, sí?, ¿qué no te has dado cuenta que tu país está en guerra?’ y me hizo mucho sentido, porque aunque hay mucha polémica sobre si es guerra o no es guerra, que no hemos nombrado esto, que nadie lo ha nombrado, es guerra… para mí”, señaló Mayorga, recordando las palabras de su sensei, un hombre llamado Gustavo Gorriti.
“Hay armas y hasta que no le demos un nombre, a mí en lo personal funciona con el proceso que he tenido. Entonces le digo, ‘pues sí, a mí me ha tocado estar en fuego cruzado en la sierra, me ha tocado ver retenes’, porque me hizo sentido porque no tengo otro nombre todavía… no sé. Me hizo sentido por esto y le dije que sí, que sí hay, que en la sierra así también le dicen ‘hay guerra acá’, por eso me hizo sentido y me dice ‘¿y vas a regresar como Bambi entre los lobos?… hay que entrenar, tienes que entrenar’”.
*Este proyecto se hizo apoyo del Fondo Resiliencia de GI-TOC
Este trabajo fue publicado originalmente por Revista Espejo. Pie de Página lo reproduce gracias a la Alianza de Medios, de la cual forma parte.
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