Mientras en la Ciudad de México la reducción del caudal del sistema Cutzamala afecta a miles de ciudadanos, hay empresas, fábricas, desarrollos inmobiliarios que tienen acceso a pozos privados y el permiso de extraer más del agua que necesitan. Algunas de estas fábricas podrían usar aguas tratadas, pero por las leyes imposibilitan su uso
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Archivo Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- Embotelladoras, campos de golf, hoteles e inmobiliarias sufren menos la escasez de agua que el recorte de agua está causando el la Ciudad de México. Mientras que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México cuenta con cerca de 525 pozos que absatecen el 55 por ciento de la demanda de la ciudad, sin embargo, en la capital hay otros 782 en manos de empresas y entes privados que extraen tanta o más agua que la que usamos en el sistema público.
En total la Comisión Nacional del Agua, el ente encargado de regular el uso del agua en el país ha entregado 782 títulos de concesión a pozos privados. Sus usos son diversos, y van desde el industrial, como el de las cervezas y las embotelladoras de refresco o agua purificada a la farmacéutica y la industria automotriz pasando por los desarrollos inmobiliarios de lujo, los centros deportivos privados y los hoteles.
Según datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, la metrópoli tiene una demanda de 32 mil litros por segundo de agua. De ellos unos 12 mil eran aportados por parte del sistema Cutzamala, que ha tenido diversos recortes y hoy solo aporta 8 mil 500; 3 mil 500 litros por segundo menos. Por su parte, los pozos privados extraen 1,200 litros de agua por segundo del manto, lo que equivale a un tercio del agua que se ha recortado.
En los datos públicos del Registro Público de Derechos de Agua (RPDA),uno puede encontrar joyas como que el Club de Golf Bosques tiene una concesión de uso agrícola que le otorga la capacidad de extraer 11.58 litros por segundo, lo suficiente para llenar una pipa de 10 mil litros en menos de 15 minutos.
A pesar de tener la facultad legal de extraer tales cantidades de agua, es probable que todas estas personas que cuentan con una concesión para explotar un pozo extraigan menos agua de la que tienen permitida. Con esa duda en mente, en 2017 el colectivo Geocomunes realizó un trabajo para cruzar los datos del RPDA con una solicitud de transparencia en la que pidieron al Sistema de Aguas de la Ciudad y a Conagua el reporte de extracción de esos pozos.
La conclusión fue abrumadora. Si de los pozos públicos que hay repartidos por el subsuelo de la ciudad se extrae el 30 por ciento del agua que llega a nuestras casas, los privados extraen un tanto igual, es decir, unos 18 litros por segundo. Además de los usos industriales que ya se tenían contemplados desde hace años, en fechas recientes destaca la proliferación de proyectos inmobiliarios, según compartió a Pie de Página una de las personas involucradas en la elaboración del mapa que se puede consultar aquí
“¿Cómo se está concediendo una concesión en un acuífero que está agotado, tanto en la publicación del 2023, como en la anterior de 2018 de la disponibilidad hídrica de los acuíferos de Conagua se muestra que está agotado el acuífero y por ley, tanto por lo que señala la Ley de Aguas Nacionales y la Norma Oficial Mexicana que define el cálculo de la disponibilidad hídrica, se señala que no debería haber extracciones como las que tenemos”, comenta por teléfono quien elaboró el mapa pidiendo se guarde su identidad.
La explicación recae en un par de figuras admitidas por las leyes mexicanas: la relocalización y la transmisión de concesiones. En pocas palabras esto significa que si a un privado se le había aprobado una concesión décadas atrás, pero la zona en la que está su pozo ya no tiene disponibilidad se puede relocalizar o transmitir reservas de un acuífero en un lugar diferente.
Gracias a este proceso, 398 de las concesiones de pozos privados que se explotan en la Ciudad de México están avaladas por el Organismo de Cuenca del Estado de México y otras 56 por el Organismo de Cuenca del Pacífico.
A pesar de que la tarifa de explotación de este tipo de pozos está establecida en la Ley Federal de Derchos, la información de sus cobros no es pública, lo que se puede traducir en focos de corrupción en los que se incluye la condonación de pagos o el establecimiento de una cuota arbitraria.
“Sabemos de manera no oficial que la Modelo y alguna de esas que sacan agua en grandes cantidades, no la pagan con la tarifa que les tocaría, pero sí aportan un pago”, comenta una persona cercana al Sistema de Aguas de la Ciudad. “Por ejemplo, no se les pedía que pagaran más a las embotelladoras, como debiera ser porque al agua no le dan un uso, sino la venden como producto. ‘Ni me los toquen’, decían porque pagan muy puntualmente, lo que nos hace pensar que tienen una especie de arreglo en el que pagan cierta cantidad fija sin que nadie se fije cuánto se está sacando”.
Durante la sequía que azotó a la ciudad de Monterrey el gobierno logró acuerdos para que las industrias como las embotelladoras y cerveceras (las que más agua usan) dejaran de explotar de forma indiscriminada el acuífero, sin embargo, desde la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México no hay señas de una política parecida.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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