Las operaciones de UNRWA abarcan desde la escolarización hasta refugios, pasando por la gestión de centros de atención sanitaria. Desde la actual guerra entre Israel y Hamás, al menos 145 instalaciones de UNRWA han sufrido daños
Texto: Naureen Hossain
Foto: Hussein Owda / URWA
Las consecuencias de la investigación sobre los 12 empleados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, en inglés) presuntamente vinculados al atentado del 7 de octubre de Hamás en Israel han llevado a los principales países donantes a retirar su apoyo a la agencia de la ONU. Sin embargo, la agencia ha hecho un llamamiento a los donantes para que continúen con la ayuda ante la dramática crisis humanitaria en Gaza.
El primero en suspender su financiación fue Estados Unidos el 26 de enero. Desde entonces, entre los países donantes que han suspendido la financiación se encuentran algunos de los mayores contribuyentes de la agencia, como Reino Unido, Francia, Alemania, Finlandia, Canadá o Japón, en un goteo constante desde que Israel efectuó su denuncia.
El argumento común fue que la financiación no continuaría hasta que se aclare totalmente la implicación de empleados de UNRWA en el ataque de la milicia de Hamás contra Israel, pese a que esa agencia cuenta con 30 000 miembros y los presuntos implicados «directa o indirectamente» no pasan de la decena.
UNRWA depende en gran medida de la financiación de los donantes, especialmente de los principales Estados miembros como Estados Unidos, que fue su mayor donante en 2022 con una contribución de más de 343 millones de dólares.
En ese mismo año, Estados Unidos, Alemania y los Estados miembros de la UE se encontraban entre los mayores donantes individuales, representando el 61,4 % de la financiación global de la agencia, mientras Japón ocupa el sexto lugar en la financiación.
El portavoz Stéphane Dujarric informó el lunes 29 sobre las consecuencias de las alegaciones israelíes contra un número muy limitado de su personal.
Confirmó que la Oficina de Supervisión Interna de la ONU (OIOS) ha comenzado su investigación sobre la agencia y que el secretario general, António Guterres, se reunió con el jefe de esa oficina para garantizar que la investigación se haría «lo más rápida y eficientemente posible».
Guterres también va a mantener diálogos desde este martes 30 con los representantes permanentes ante la ONU que son donantes de la UNRWA.
En una declaración separada, Guterres expresó que estaba «horrorizado por estas acusaciones». También hizo «un firme llamamiento a los gobiernos que han contribuido para que, al menos, garanticen la continuidad de las operaciones de UNRWA».
Es crucial que las operaciones de UNRWA continúen en la actual crisis humanitaria porque 2 millones de civiles en Gaza dependen de la ayuda que proporciona.
«Ninguna otra organización que UNRWA tiene la infraestructura para hacer el trabajo que hacen», dijo Dujarric.
Las operaciones de UNRWA abarcan desde la escolarización hasta refugios, pasando por la gestión de centros de atención sanitaria. Desde la actual guerra entre Israel y Hamás, al menos 145 instalaciones de UNRWA han sufrido daños.
En un reciente informe de situación de la UNRWA, se afirmaba que 1,7 millones de personas desplazadas estaban refugiadas en albergues de emergencia, tanto públicos como gestionados por la UNRWA, y se añadía que estos albergues estaban congestionados.
Solo cuatro de los 22 centros de salud de la UNRWA están operativos, y se ha informado de la muerte de 152 miembros del personal. Mientras tanto, 3000 de los 13 000 miembros del personal de UNRWA, la mayoría palestinos, siguen en Gaza, continuando con su trabajo.
A pesar de su presencia crucial y de las necesidades urgentes que atiende, las acusaciones de implicación de miembros del personal con Hamás han socavado el apoyo a la UNRWA. El gobierno israelí proporcionó un dossier a Estados Unidos en el que se detallaban las acusaciones de que al menos 10 % del personal de la agencia formaba parte de Hamás.
Es un dossier que el gobierno de Benjamín Netanyahu no ha compartido hasta ahora con la ONU, según Dujarric.
La reacción inicial de UNRWA fue rescindir de inmediato los contratos con los 12 empleados acusados, pero la ONU ha pedido no suspender la financiación a la agencia hasta que no culmine su propia investigación y se sepan sus conclusiones.
La ONU recordó que ya es dramáticamente insuficiente la financiación que antes de la crisis tenía la agencia sobre la que recae el apoyo fundamental a la población palestina, y en particular la de Gaza, y que sus fondos no cubrirían las necesidades de febrero, porque se agotarían en cuestión de semanas.
En un comunicado, el comisionado general de UNRWA, Phillipe Lazzarini, declaró que «sería inmensamente irresponsable sancionar a una agencia y a toda una comunidad a la que sirve por acusaciones de actos criminales contra algunos individuos, especialmente en un momento de guerra, desplazamientos y crisis políticas en la región.»
Lazzarini instó a la UNRWA a «reforzar su marco para el estricto cumplimiento de los principios humanitarios por parte de todo el personal», solicitando una investigación independiente adicional realizada por expertos externos, además de la investigación de la OIOS.
Este artículo se publicó originalmente en IPS, aquí puedes consultarlo
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