La experiencia de las mujeres de Cicacalco, en Zacatecas, es ejemplo para muchos pueblos y comunidades del país, pues organizadas, lograron expulsar un relleno sanitario que contaminaba su territorio y recursos
Por Kau Sirenio / X: @tatyisavi
El 30 de noviembre, se reunieron en la comunidad indígena de Cicacalco, municipio de Tlaltenango de Sánchez Román, Zacatecas, 21 organizaciones de diversos estados de la República para construir una agenda común en contra de megaproyectos que afectan ríos y mantos freáticos en territorios de pueblos y comunidades indígenas.
La movilización en contra de la instalación de un Relleno Sanitario en Cicacalco inició en septiembre de 2020, cuando las mujeres instalaron un plantón frente el relleno y logró la suspensión definitiva de las operaciones del basurero.
Desde esa fecha, la población ha demandado a las autoridades de los tres niveles de gobierno que concluya el cierre y realice la reparación de los daños ocasionados por la instalación del relleno sanitario. Sin embargo, esto no ha ocurrido.
Si bien es cierto que el tiradero fue clausurado definitivamente, aún no se ha hecho un estudio de impacto ambiental para cuantificar los daños que dejó a su paso el famoso basurero municipal de Tlaltenango, Zacatecas.
Con el foro denominado: Tratamiento de Residuos, Agua y Territorio, Dignificación de Nuestra Tierra, pobladores y organizaciones sociales trabajaron estrategias para conseguir el cierre total del relleno sanitario inauguradon que fue inaugurada en junio de 2019. O sea, reparación del daño.
Meses después de que fue inaugurado el basurero, los vecinos denunciaron ante los medios de comunicación la aparecieron de moscas gusaneras, bolsas de basura y malos olores, que llegaron a afectar un radio de entre 2.5 y 3 km, en los alrededores de las comunicades que integran el núcleo agrario; así como aguas contaminadas que fueron arrojado al arroyo.
Incluso de septiembre a noviembre de 2020, hubo brote de hepatitis entre la población del barrio cercanos al basurero y del arroyo Los Tecongos; debido a los residuos peligrosos y biológico infecciosos observados en el tiradero y los lixiviados que fluyeron durante la temporada de lluvias.
No bastó la contaminación que provocó el H. Ayuntamiento de Tlaltenango, por acción u omisión, sino que envió tolvaneras para que dispersaban todo tipo de residuos que habían arrojado en las afueras de Cicacalco.
El basurero funcionó como tiradero a cielo abierto porque no hubo tratamiento de desechos: urbanos, desechos tóxico infecciosos y múltiples animales muertos que se mezclaron sin ningún cuidado; Esto afectó Las tierras de áreas de cultivo y de pastoreo de ganado, así como las formas de ser y el pensamiento filosófico de la comunidad.
En una entrevista en la Ciudad de México, la activista comunitaria, Clarisas Trejo Luna, dijo que el sur de Zacatecas, tiene paisajes, ríos, arroyos y de mucha agua subterránea, en donde los pozos son de baja profundidad, ejemplo, de ello son los ojos de agua y estanques con agua con que cuentan todo el año.
Trejo Luna lo explicó así: “El basurero municipal construido en 2019, se hizo sobre el nacimiento del arroyo Los Tecongos, afluente del río Tlaltenango, y a menos de 800 metros de varios ojos de agua que están sobre el cauce de dicho arroyo, no solo violentando la ley, sino toda lógica de protección a la vida”.
En un comunicado que emitió la Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería, a propósito del foro que se realizó en Cicacalco, señala que se calcula que entran aproximadamente 20 toneladas de desechos al día, por lo que durante los meses en que estuvo abierto, se depositaron entre 10 y 12 mil toneladas de desechos al basurero en Cicacalco.
Sostiene que, durante el foro, tuvieron avances en lo organizativo: “Dimos un paso importante para fortalecer la organización local y consolidar acciones ante el impacto que dejó el ‘relleno sanitario’ instalado en la comunidad indígena de Cicacalco”.
Las organizaciones firmantes destacan el intercambio de conocimiento y experiencias: “Nos fortalecemos y construimos nuevas alianzas basadas en la solidaridad. Desde las experiencias que nos compartieron desde Guadalcázar, San Luis Potosí y de las Lomas de San Francisco Tepojaco, de la Ciudad de México, estamos construyendo acciones para frenar la contaminación del territorio y del agua a causa de los desechos y sitios de disposición final”.
Así las cosas, la presencia de las poblaciones de El Grullo, Jalisco y Susticacan, Zacatecas, donde han trabajado para construir procesos de formación ambiental, para manejo de opciones de control adecuado de los desechos sólidos y planes para una reducción en la basura generada.
Desde la Montaña y Costa Chica de Guerrero viajaron integrantes del Comité Regional en Defensa de Territorio (CRADET), de acuerdo con Rema; la presencia de las organizaciones sociales es para construir mayor fuerza social que permita un mejor manejo de la basura en Tlaltenango.
La agenda de las comunidades y pueblos indígenas está sobre la mesa, ahora hace falta que otros movimientos en resistencia compartan sus conocimientos y enriquezcan los resolutivos obtenidos Cicacalco.
Es una tarea que las aspirantes a la presidencia de la República; las y los senadores y diputados federales deben retomar para construir una agenda verde-Indígena que las mujeres de Cicacalco iniciaron en septiembre de 2020.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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