9 diciembre, 2023
¿Cuáles son los símbolos e ideas que proyectan las precandidatas a la presidencia? Ambas, la de Morena y la del Frente Amplio opositor, muestran cuán diverso es el país. En esta lucha de imágenes, también, ganará una narrativa
Texto: José Ignacio de Alba
Foto: Especial
CIUDAD DE MÉXICO.- Es inédito que en la historia de México dos candidatas se disputen la presidencia. Aunque aun faltan algunos meses para las elecciones, ambas empezaron una batalla de imágenes y discursos, para intentar posicionarse entre los electores.
Aunque Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez son egresadas de la Universidad Nacional Autónoma de México, esto es, en realidad, lo único que tienen en común.
Marcos Castañeda, consultor en imagen, académico y maestro en la UNAM y la Universidad Anáhuac, explica que, si acaso, juntas muestran el crisol ideológico que representa la Universidad Nacional o, incluso, el abismo de realidades que hay en el país.
En entrevista telefónica, Castañeda dice celebra es que el movimiento feminista haya permeado tan profundamente las campañas. “La realidad desmiente a la comentocracia. Hace un par de años nadie hubiera imaginado que ahora la presidencia sería disputada por dos mujeres”, insiste, y repite que lo primero que celebra es que haya cambios en la sociedad mexicana. “Lo de ahora hubiera sido impensable hace unos años”.
Sin embargo, entre las dos campañas hay enormes diferencias.
Ambas se jactan de no solo haberse dedicado a la política. Una es doctora en ingeniería ambiental, mientras que la otra posee una compañía dedicada a la consultoría de ingeniería de edificios inteligentes. Aunque ambas cosas son ciertas, también podríamos entender que la gente, en general, prefiere políticos que hayan triunfado fuera del ámbito burocrático. Para términos prácticos, eso significa que se desconfía de los políticos.
Claudia Sheinbaum poco muestra sobre su vida personal, apenas en la precampaña ha comenzado a hablar de ella; Xóchilt Gálvez, en cambio, ensalza sus orígenes.
“Aquí nací, en Tepatepec Hidalgo”, dice Gálvez mientras camina en huaraches y huipil. Luego, señala unas montañas, en medio de un paisaje árido.
El comercial continúa. La siguiente imagen es la del mercado Hidalgo y la candidata prosigue su biografía “a los ocho años aquí vendí las famosas gelatinas, para ayudar a mi familia”. Unos segundos después el relato de triunfo continua “aquí inició mi sueño de ser empresaria”, dice afuera de un edificio, en la Ciudad de México. Ya encumbrada en escenas de edificios gubernamentales, el miniclip más proyectado de la precandidata termina con la leyenda “Xóchitl, ¡fuerte como tú!”, leída por un hombre de voz cavernosa.
En su lugar Sheinbaum decide prescindir de la intimidad, si acaso en un spot nos llevará hasta la frialdad de su escritorio. Una laptop permanece abierta, mientras ella nos dice “seguimos avanzando, con honestidad, resultados y amor al pueblo”. Pero cuando dice esta última frase hace algo tan inusitado en ella que lo hace acartonado, se toca el corazón. Sobre su lugar de trabajo, perfectamente arreglado, permanecen una libreta, un lápiz acabado y unas orquídeas que le dan vida a todo el encuadre.
Entrados en la plática Castañeda me dice que la campaña de Claudia Sheinbaum intenta posicionar a la precandidata como heredera de las luchas universitarias, la preferencia por la política social y la diversidad.
En cambio, Xóchitl Gálvez se promociona por sus éxitos en la avanzada de escalafones sociales, “la movilidad social está en el centro del discurso, es una campaña muy diseñada para la clase media”. También se hace necesaria desde una supuesta percusión desde el oficialismo. Intenta hacer voz del descontento.
—¿No te parece que ambas apuntalan sus campañas para la clase media?
—Sí, sin duda. Ahí es donde estarán concentrada las campañas. Ambas parecen tener sus votos duros asegurados, pero en las clases medias y en los jóvenes es donde pueden encontrar eco. No solo eso, recuerda que las clases medias son el gran validador social.
Ambas pretenden desprenderse de sus propias plataformas, por un lado la carrera de Xóchitl se empaña por los partidos que la postulan.
“Algo muy grave de Xóchitl es que no tiene una plataforma sólida, ¿cuál es su proyecto?, nadie lo tiene claro. La candidata está en los brazos de Venus”, dice el experto.
Por otro lado, Sheinbaum intenta orbitar en camino propio, más allá del presidente.
Castañeda detalla “el problema es que López Obrador quiere trascender y aparecer en los libros de historia, y ella no”.
“Claudia Sheinbaum es discreta, no le gusta ser protagonista. Le gusta escuchar, guardar distancia, por eso parece ser fría. Es mucho más reflexiva. Yo diría que es más canciller que política”.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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