En México solamente 13% de los lugares en los consejos de administración son ocupados por mujeres y únicamente 3 de cada 10 empresas tienen al menos una mujer en sus principales puestos directivos. Las mexicanas aún enfrentan barreras para entrar, permanecer y crecer en el sector económico empresarial del país, sin embargo, ya hay mujeres que están enfrentando estos desafíos, que toman su lugar apostando por la deconstrucción de espacios, pensamientos y actitudes, propias y ajenas, para que las futuras generaciones tengan cada vez menos obstáculos
Texto: Istar Meza / Revista Espejo
Intervención ilustrada de las fotos e ilustración de portada: Jengibre Audiovisual
SINALOA. – Si bien la creación, desarrollo y dirección de empresas no tiene género, o al menos no debería de tenerlo, la realidad de los números indica que en México es un desafío sumar a las mujeres en puestos de alta dirección y consejos de administración. Según un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), solamente 13 por ciento de las sillas en los consejos de administración son ocupadas por mujeres y únicamente tres de cada 10 compañías tienen al menos una mujer en uno de los tres puestos directivos principales: dirección general, finanzas y legal.
Velia Fabiola García López, directora general de Grupo Calzzapato, es parte del uno por ciento de las mujeres que dirigen una compañía e integran un consejo de administración, según el estudio del IMCO Mujeres en las empresas 2023.
Desde niña se involucró en el negocio que fundaron sus padres, al graduarse, se incorporó en la empresa y formó el corporativo que hoy encabeza. Más tarde, también colaboró en el desarrollo de un nuevo modelo de negocio: el comercio de zapatos por medio de vales crediticios.
“Yo me gradué a los 21 años, bien chica. Cuando ingresé a la empresa estudié derecho corporativo, un programa en derecho fiscal, otro en finanzas, y seguí manejando las compras, pero en ese momento también empecé a estructurar las oficinas: el departamento contable, fiscal, financiero, recursos humanos. A mí me gustan las estructuras, porque no me gusta vivir apagando fuegos, entonces empecé a estructurar poco a poquito”, cuenta en entrevista.
Poco a poco se fue conformando el corporativo que actualmente dirige, compañía que forma parte del 4 por ciento de empresas que cuentan con mujeres en la dirección general, de acuerdo con el reporte del IMCO. Aunque sus padres fundaron el negocio, ella trabajó hasta encabezar la dirección y ser un referente en el gremio de negocios de Sinaloa, prueba de ello es que fue una de las dos mujeres que conformaron el grupo de 50 integrantes del sector empresarial del país que en julio de 2022 se reunieron con el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.
“La visibilización de las mujeres es algo que todavía tiene que fortalecerse en el desarrollo del quehacer público o privado y en la empresa es donde más se ha quedado rezagada, porque mientras que en el sector público a través de reformas se genera la obligatoria paridad en cargos relevantes y de primer nivel, en el mundo empresarial todavía no se ha forzado lo suficiente esa inclusión”, dice María Teresa Guerra Ochoa, titular de la Secretaría de las Mujeres en Sinaloa.
Agrega que “entre más grande es la empresa, más invisibilizada es la participación de la mujer, porque son esferas donde todavía hay mucha carga machista en los rangos directivos y de consejo, además, social y culturalmente la tradición de las herencias de la tierra y del patrimonio se otorgaban a los varones porque existía el prejuicio que si se heredaba a las mujeres terminaría en manos del esposo”.
Señala que grandes empresas, sinaloenses incluso, tienen nula o invisible participación de la mujer. Esto se observa en las juntas de consejo, donde a las descendientes de género femenino no se les otorgan los mismos derechos que a los hijos varones. La inequidad de participación abarca también a los hijos de ellas, ya que al ser hijos de una mujer quedan marcados y no juegan el mismo rol en la empresa.
“Cuando se le pregunta a la población tienen muy a la vista grandes marcas, pero no se visibiliza a las mujeres, y no es porque no las visibilicen sino porque realmente no están, no están jugando ese liderazgo. De las 500 empresas más importantes de México no vas a encontrar que más del 10 por ciento están lideradas por mujeres”, detalla.
Edna Lizette Fong Payán es una de las empresarias que rompen con esta herencia cultural. Ella demostró con su dedicación y esfuerzo que era la más capacitada para liderar la empresa de su familia y ser la voz representante de una cámara empresarial en Sinaloa.
Al morir su padre la empresa Jaztea, pionera en hacer té helado en México, quedó a cargo de su madre Gloria Payán y los tres descendientes del matrimonio, Edna, Érick y Mirglen Fong, pero había problemas en la operación porque había más de una persona al frente, entonces contrataron a una agencia que les apoyó con el tema organizacional y a desarrollar protocolos para decidir la siguiente dirección.
“Tiempo después de hacer los protocolos nos hicieron los estudios para ver actitudes, conocimientos, todo, si eres apta para el puesto, es cuando yo entro a IPADE (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa) por recomendación de ellos para que me subiera en el tema del liderazgo. Yo era la más calificada para tomar la dirección general, mi hermana se va a la planta de Guadalajara y mi hermano a la planta de soplado del envase PET”, cuenta en entrevista para Espejo.
La empresaria se capacitó para liderar el negocio familiar, desarrolló la marca, procesos, estructuró la compañía y consiguió un crecimiento gradual. Comenzaron a lanzar nuevos productos con una estrategia de mercadotecnia aplicada.
Se considera una mujer inquieta y participativa, así fue cómo se involucró en las cámaras empresariales de la entidad. Recuerda que no era como hoy, donde las asociaciones empresariales ya cuentan con capítulos de mujeres, en su tiempo eran muy pocas las que participaban activamente, pero su ímpetu por aprender más del negocio de bebidas la llevó a buscar consejo y apoyo de otros líderes de los negocios que eran parte del gremio, se hizo de buenas amistades y luego de ocupar la portada de la revista Expansión de la segunda quincena de julio de 2012 se colocó en el mapa nacional bajo el mote de “La chica de Jaztea”.
“Mi forma de ser es más así, más abierta, trabajar con hombres a mí no se me hacía nada diferente, creo que a mí sí me ha ayudado que desde chica en mi familia nunca tuvimos ese sesgo de que, porque eres hombre o porque eres mujer, además de la inquietud por andar en las cámaras y ser más social es lo que me ha ayudado a que me conozcan”, señala.
Edna Fong fue la primera mujer en ocupar la presidencia de la Confederación Patronal de la República Mexicana en Sinaloa. Luego de haber participado como vicepresidenta en el capítulo Culiacán y como consejera nacional en Coparmex, recibió la apertura para llevar las riendas de este organismo durante el periodo 2018 al 2020.
Tere Guerra, como es conocida la titular de la SeMujeres, dijo que es la propia mujer la que tiene que empujar ese liderazgo, sacudir las inercias que todavía están ahí para respaldarse por sus capacidades y habilidades y no bajo la sombra o el liderazgo de un hombre.
Sinaloa, como muchas otras regiones de México, tiene una larga historia de machismo arraigado en la cultura. Los estereotipos de género prevalecen en sus habitantes, pues a menudo se espera que las mujeres desempeñen roles tradicionales como cuidadoras y amas de casa. Estos estereotipos arcaicos limitan las opciones de carrera y el desarrollo personal de las mujeres.
Las mujeres empresarias con más trayectoria en la entidad se abrieron camino en un mundo muy adverso, tenían que ponerse el apellido del esposo para ser respetadas en sociedad, prejuicio que refería que sistemáticamente valían en función del respaldo masculino, y como parte de la herencia machista se les atribuía la responsabilidad de los hijos, señala la también abogada, especialista en materia de derechos humanos.
A la mujer se le ha otorgado un rol más activo en tareas de cuidados, por ello, las mujeres suelen buscar empleos con mayor flexibilidad con el objetivo de compaginar su vida profesional con los cuidados explica Fátima Masse, economista especializada en temas sociales y de género. Critica que nunca ha escuchado a un hombre decir: ‘no voy a tener hijos por ahora porque me quiero enfocar en mi crecimiento laboral’, y cuestiona por qué la mujer tiene que elegir entre su desarrollo profesional o la maternidad.
En México, 31.6 millones de personas de 15 años y más brindan cuidados sin recibir una remuneración a cambio, esto representa 32 por ciento de la población total, según la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 del INEGI. Sin embargo, tres de cada cuatro personas cuidadoras son mujeres, en específico madres, quienes tienden a pausar sus carreras profesionales por este motivo.
María Luisa Velasco es directora de talento y desarrollo en Grupo Coppel, su trabajo es impulsar una estrategia organizacional, de cultura y liderazgo de las personas que conforman la empresa, libre de estereotipos. Antes de entrar al grupo, debido a los mitos arraigados sobre la maternidad y el mundo laboral estuvo a punto de no acceder a un ascenso, recuerda que cuando se convertiría en madre, ya era directiva en una empresa que en ese momento pasaba por cambios estructurales, a ella le ofrecían una posición regional pero su jefe no sabía que ella estaba embarazada.
“Lo primero que me dijo es: ‘estamos muy contentos con tu desempeño y queremos ofrecerte una posición regional’, yo hasta ahí me quedé, has de cuenta como que le pusieron mute a mi jefe. Yo bloqueada, no terminó y lo primero que le dije es: ‘no, no, no la quiero’, entonces a mi jefe se le salían los ojos cuando le dije eso, ‘siéntate unos minutos porque vamos a platicar’. Nunca se me va a olvidar que me dedicó media hora para conversar sobre mis miedos, pensamientos de lo que estaba en mi cabeza, de lo que iba a implicar ese cambio tanto de carrera como personal”.
Si bien es cierto que ser madre no debería significar un freno u obstáculo en la vida profesional, la consultora McKinsey & Company revela que en México al 31 por ciento de las mujeres con hijos les preocupa que su desempeño laboral se juzgue negativamente, contra el 18 por ciento de los hombres que son padres.
Las cifras registran que siete de cada 10 mujeres que quieren trabajar no lo hacen porque no tienen quien cuide a sus hijas, hijos, familiares ancianos o enfermos, pero es una cuestión de estereotipos, ya que desde la casa se educa a las mujeres con ese rol, porque tiene la capacidad de tener una mirada transversal de pensar y hacer varias cosas a la vez que los varones no tienen porque su ver y hacer es lineal, señala Tere Guerra.
María Hortensia Chávez Beltrán actualmente es la presidenta del Consejo Directivo de Grupo San Martín. En los inicios de la empresa ella no participaba activamente, fue al crecer sus hijas cuando decidió emprender dentro de la compañía de su esposo. Recuerda que cuando era joven trabajó en un banco y en ese momento se influenció al ver a los “hombres importantes” que llegaban a gestionar créditos para sus negocios.
Dice que en su tiempo era difícil cursar la universidad porque los hombres no admitían que la mujer estudiara, en su caso su papá no se lo permitió, pero ella siempre fue una mujer inquieta a la que le gustaba aprender de todo y decidió cursar una carrera técnica de Contabilidad, después estudió Idiomas y con esa preparación se colocó en el puesto del banco nacional, después, cuando se casó y tuvo a sus hijas se dedicó a las labores de cuidados.
Años más tarde se incorporó a la empresa, con su experiencia en el banco, capacitación y estudios de mercado desarrolló dos modelos de negocio adicionales al servicio fúnebre que era la principal oferta de valor en el grupo. Sus hijas le decían que “estaba loca” por querer vender planes a futuro, sin embargo, con el tiempo no sólo vendían planes, sino que también implementó el servicio integral del parque funeral.
México es un país en el que cuatro millones de mujeres no participan en la economía, aunque tienen disponibilidad y definitivamente interés en hacerlo, además, de éstas, el 77 por ciento sí dedica su tiempo a los quehaceres domésticos, pero según INEGI no reporta una falta de interés en trabajar. Al contrario, les gustaría balancear esas obligaciones con otras actividades laborales, pero se enfrentan a un gran problema, que no encuentran cómo hacerlo.
Algunas mujeres que se desarrollan en empresa propia conciben el cuidado de la familia como el rol principal, tal es el caso de María del Rosario Atondo Leal, propietaria de Grupo Trizalet, empresa dedicada a la elaboración, distribución y comercialización de alimentos, quien cree que la principal empresa es la familia, por tanto, se puede administrar con los mismos procesos que un negocio, pero con mayor prioridad que su propia compañía.
María del Rosario apenas se convertía en madre, cuando anuncian que la empresa en la que se desempeñaba como auxiliar contable iba a cerrar, el dueño la había obtenido como pago por una deuda, pero desde tiempo atrás pasaba por problemas y estaba en números rojos, ella levantó la mano para tomar la administración y revertir las cifras, entonces, el empresario aceptó la propuesta y se decide por venderle con muchas facilidades.
Ella y su esposo prueban un año para sacar a flote la empresa para decidir la adquisición, y apoyándose uno en el otro lo consiguen estabilizar. Para Atondo Leal fue más accesible desarrollarse como empresaria a la par que como madre, ya que reconoce, al ser empresa propia siempre pudo llevarse a sus hijos cuando no tenían clases, si tenía juntas de la compañía que se fueran a extender y existiera riesgo de concluir a deshoras siempre las programó en su casa para poder cuidar a sus hijos al mismo tiempo que trabajaba.
Recuerda que desde niños los pusieron a trabajar en actividades propias de la edad, archivar, o labores que los pudieran entretener, eso les sirvió para que se sintieran tomados en cuenta y por sí solos se enamoraran de la empresa; en la casa también asumen responsabilidades como limpiar sus habitaciones, lavar su ropa, hacerse su comida, lo que a ella le permitía con mayor facilidad desarrollar el papel de empresaria y cuidadora
La principal reflexión de Rosario Atondo es que la principal empresa es la familia, ya que es el bien mayor. “La empresa es muy importante porque nos ayuda a desarrollar, no solo la familia, sino también a los colaboradores, por eso tenemos que cuidarla y por eso tenemos que hacer las cosas bien, pero lo más importante es la empresa-familia”.
En México, siete de cada 10 mujeres que participan en el mercado laboral son madres, pero tienden a enfrentar muy malas condiciones laborales que las hacen más propensas a trabajar de manera independiente, puesto que les otorga mayor flexibilidad y, por ende, les permite balancear su trabajo con las labores de cuidados.
Esto se refleja en que tres de cada 10 madres son trabajadoras por cuenta propia, y el 58 por ciento trabajan en la informalidad, lo que implica un acceso limitado a seguridad social, incertidumbre jurídica y menores ingresos, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al tercer trimestre de 2022.
Algo ya se está rompiendo, considera la titular de SeMujeres Sinaloa, Teresa Guerra. Una parte de la sociedad en México se encuentra en una etapa de deconstrucción, se están deshaciendo mitos y prejuicios de que a la mujer le toca todo en la casa, se está rompiendo la responsabilidad de que el 90 por ciento del cuidado del hogar y de los hijos lo están haciendo las mujeres.
Dice que ya se reconoce a la mujer como empresaria y se está empoderando, sin embargo, se sigue aprendiendo que las responsabilidades del hogar son compartidas, que se trata de cambiar todos los estereotipos y generar nuevas masculinidades, que los hombres también cambien sus prácticas de control y dominio.
Cuenta que desde las infancias se aprende a negar la historia o a replicar lo que se vive en casa, por eso se debe trabajar con las nuevas generaciones desde el hogar, para aprender que asumir las tareas es compartido, que si los dos trabajan los dos aportan a las finanzas, los dos cocinan, los dos construyen, en su caso, reconoce, de la historia de su madre aprendió a negarla.
“Yo vengo de una madre que a pesar de que se queda sola era ella machista en muchas cosas, cuando ella veía que yo le daba la tarea a mi esposo de planchar porque era su ropa me decía: ‘no, ¿cómo puedes hacer eso?’, y si repartíamos las tareas y le tocaba lavar trastes mi madre se infartaba.
Aprendí como a la inversa, mi madre fue una mujer dependiente que se queda sola y sufre cuando tiene que enfrentar una jefatura de familia. Yo, viéndola a ella dije: ‘yo no quiero ser como ella, tengo que ser independiente y me tengo que preparar para ser autónoma´, entonces, cuando me caso digo: ‘yo no vengo aquí a barrer y a trapear, porque yo me preparé para tener otro rol”, refiere.
Caso contrario al de Velia Fabiola García López, quién aprendió del trabajo colaborativo desde su casa, y lo replicó. Siendo la mayor de los seis hijos de Lamberto García Salazar y Evangelina López Villa, comerciantes de calzado en Culiacán, fue la primera en involucrarse formalmente en la empresa familiar, hoy Grupo Calzzapato es una de las empresas más importantes de la región con más de 150 sucursales y presencia muy fuerte en la división Pacífico: Sinaloa, Sonora, Baja California Norte, Baja California Sur, y las ciudades de Tepic, Guadalajara y Puerto Vallarta.
La empresaria reconoce que desde niña asumía responsabilidades aptas para su edad como acomodar zapatos, limpiar estantes, desde que estaba en la primaria se iba al negocio ubicado en el mercado Garmendia, en el primer cuadro de la ciudad, y ayudaba a vender, atender a los clientes, y así aprendió de sus padres la disciplina y el orden en los negocios.
Los valores con los que creció fueron apoyarse y colaborar unos con otros, cuando Fabiola terminó sus estudios se incorporó formalmente en la empresa, acompañaba a su madre a las reuniones de la Asociación de Mujeres Jefas de Empresa y a las de las cámaras empresariales a las que pertenecía, así fue como entendió que el balance de las energías en una persona es elemental, ya que tanto las mujeres como los hombres tienen energías masculinas y femeninas.
“A mí me ha enseñado mucho y me ha ayudado mucho entender que puedes trabajar con cualquier persona, sea hombre o mujer hay que buscar balancearlos y hay que entender las fortalezas, el software que tenemos cada uno de nosotros como seres humanos, independientemente del género poder sacar nuestro mejor potencial”, refiere.
En los últimos años se ha hecho un esfuerzo importante para disminuir la brecha de género en el sector empresarial, sin embargo, el tema del trabajo no remunerado sigue prevaleciendo, ya que las cifras revelan que las mujeres dedican 4 horas diarias más a tareas del hogar y el cuidado de la familia que los hombres. De acuerdo con el INEGI, sólo 19 por ciento de quienes emprenden en México son mujeres, de las cuales el 49 por ciento tienen entre 18 y 34 años, mientras que el 41 por ciento tiene entre 35 y 54 años.
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“Parte de esa deconstrucción [social] es identificar, para erradicar, los micro machismos heredados en las mismas mujeres”, dice la funcionaria pública Guerra Ochoa, ya que refiere está tan interiorizado que las tareas de cuidados son de la mujer que hay muchos casos que cuando no desempeñan ese rol sienten culpa.
“Yo he escuchado a mujeres de empresa sentirse culpables por lo que no hacen y no piensan que eso es igual de responsabilidad de su pareja, eso es parte también de lo que tenemos que cambiar y eso hay que aprenderlo, esa responsabilidad es de ambos, así como se debe disfrutar por ambos desde el primer momento del nacimiento del bebé, se deben compartir tareas que son de ambos. Pero obviamente primero tenemos que empezar a reconocer”, advierte.
Fabiola García recuerda que vivió de alguna manera su propia deconstrucción, ya que es madre de cuatro hijos, además de la empresa considera que su principal proyecto es la familia porque como mujer la educación es que cuando eres soltera estás libre en tiempo, pero cuando tienes un hijo se asume una responsabilidad de por vida y entonces se debe priorizar la decisión de balancear el camino profesional.
“Te puedo decir que me esforcé, por supuesto, o sea, había días que me levantaba a las 3 de la mañana para volar a las 6 y regresarme a las 9 o 10 de la noche y dormir en mi casa. Entonces es un esfuerzo, sí, totalmente te mentiría al decir: ‘Ay, no, todo se ha dado fácil, no’. Porque formar familia es el reto más grande que tenemos como mamá, porque al final te das cuenta en el camino que uno se siente de mujer, mamá, realizado a través de los hijos, porque por más logros que te pueda decir de mi trabajo, de lo que hago, si no tengo esa armonía en casa o ese balance, pues no me sentiría completa”, cuenta.
Recuerda que para ella fue tomar una decisión para equilibrar con armonía el rol de la casa, llevar a los hijos a la escuela, su desarrollo (de los hijos), pendientes de las clases y priorizar en común acuerdo con su esposo las labores, ya que cuando sus hijos estaban pequeños ella viajaba mucho y su esposo era el que estaba mayor parte del tiempo en la ciudad al pendiente de ellos y de la casa.
“Yo te puedo decir ya con mis hijos más adolescentes, más grandes, me he dado cuenta que en algún momento yo les pregunté: oye hijo ¿te hice falta, tú sentiste? y me decía: ‘mamá, es que siempre estabas conmigo, siempre me marcabas por teléfono, siempre me comprabas esto, siempre estabas al pendiente de mí, siempre ibas a las juntas, siempre volabas de un lado a otro y llegabas, yo veía todo el esfuerzo que hacías’. Y eso ellos lo valoraban, yo traía, así como que mucha culpa y esa parte también lo va uno liberando”, destaca.
La directora general de Grupo Calzzapato reconoce que se vive una época donde también se está educando diferente a los hombres, que en su caso a sus hijos los ha educado para que planchen, laven, que viven solos y también se hacen de comer, que instruyó tanto sus hijos como a sus hijas de una manera autosuficiente, además de ver el ejemplo en casa de un balance y un común acuerdo, con roles dentro de la familia.
“Nos complementamos como familia, todos nos ayudamos. Yo creo que de verdad hay un tema de comunicación importante entre la pareja que es vital”.
Las mexicanas enfrentan barreras para entrar, permanecer y crecer en la economía del país, siendo el tercero con menor presencia femenina en los consejos de administración de las empresas listadas en las bolsas de valores, solo después de Estonia y Hungría (10%) de acuerdo con la OCDE. Sin embargo, hay mujeres que están enfrentando estos desafíos, que toman su lugar y deconstruyen para que las futuras generaciones ingresen sin obstáculos al mercado laboral.
Esta publicación forma parte del proyecto #NoSomosVíctimas, de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie, financiado por la Embajada Suiza en México.
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