A diez años de la emblemática película de Los insólitos peces gato sus enseñanzas siguen vigentes: la unión que deja la muerte, y el cuidado que viene después
Texto: Andi Sarmiento Pastrana
Foto: Tomada del trailer oficial
CIUDAD DE MÉXICO. – Este año se cumple una década de Los insólitos peces gato, película de la directora mexicana Claudia Sainte-Luce que nos cuenta la historia de Martha y Claudia, dos mujeres que forman un estrecho vínculo tras conocerse en un hospital.
Claudia es una joven que tiene una vida rutinaria, vive sola y trabaja repartiendo muestras en un supermercado. Un día es internada debido a un fuerte dolor que resulta ser una apendicitis que necesita ser operada. En la camilla de al lado se encuentra Martha, una mujer más grande quien lleva ya varios años con SIDA y que, al contrario de Claudia, viene acompañada de su familia que son sus tres hijas Alejandra, Wendy y Mariana así como Armando, el hijo menor.
Al salir del hospital las mujeres se encuentran e inmediatamente Martha acoge a Claudia en su casa; a partir de ahí ambas comienzan a formar un muy estrecho vínculo basada en el cuidado de la una con la otra.
Claudia cuida a Martha apoyándola en lo que necesite, cuidando e involucrándose con sus hijos y realizando tareas del hogar. A su vez, Martha es igualmente un soporte para Claudia, al brindarle un espacio fuera de su pesado ambiente laboral, donde puede reír, opinar y por primera vez ser escuchada.
Conforme avanza la historia vemos cómo la protagonista se va volviendo parte de la familia y simpatiza cada vez más con cada uno de los hermanos. Poco a poco va descubriendo cómo relacionarse con todos a pesar de la diferencia en sus edades y personalidades; desde Armando, que apenas entrará en la adolescencia y carga con todas las dudas que un niño de su edad puede tener, hasta Alejandra, que es la mayor y ha tenido que crecer rápido para hacerse cargo del resto cargando además con el estrés laboral, aceptan a Claudia como una más y la ven como un refugio ante toda la incertidumbre que están viviendo con la situación de su madre.
Existen muertes inesperadas y las muertes anunciadas, cada una con su complejidad; las primeras nos agarran de sorpresa, implican que repentinamente debemos adaptarnos a vivir sin alguien que hasta la fecha no había mostrado indicios de partir pronto, por ejemplo en un accidente o asesinato; las segundas son otro asunto, pues en este caso sí consideramos la posibilidad de una defunción desde antes de que ocurra, como puede ser con una enfermedad, sin embargo, esto conlleva un largo o corto periodo en el que no solo pensamos en esa inevitable muerte sino también debemos presenciar cómo nuestro ser querido poco a poco se va perdiendo.
Por lo general, cuando hablamos de la muerte solemos pensar en el duelo como el proceso que se vive después de que alguna persona haya fallecido. No obstante, opino que hay lutos que llegan desde tiempo antes y lidiar con este periodo incluso puede ser más difícil que afrontar el momento de la muerte en sí, ya que no está únicamente el dolor de perder físicamente a un ser querido, también hay que sobrellevar todas las emociones que genera ver a esa persona con un dolor que solo va en aumento, notar que su sonrisa se va perdiendo y su mirada se va apagando, que ya no está disfrutando vivir.
Desde el inicio sabemos que Martha eventualmente morirá. Lo que nos presenta este filme es todo lo que ocurre antes de ello y la forma que tiene cada quien de manejar la situación, tanto la mujer como quienes la rodean.
Por un lado, podemos entender la posición de Martha, que a pesar de haber asimilado su destino sigue con temor hacia el mismo. Sin embargo, trata de ocultar este miedo en una parte por mostrarse en el mejor estado posible ante sus hijos y en otra por ella misma, pues el ignorar su temor la impulsa a seguir con algunas actividades como cocinar o comer las frituras que el doctor le prohibió, lo que le ayuda a mantenerse fuerte mentalmente y no dejarse decaer. A pesar de las circunstancias Martha se mantiene de buen ánimo y eso le ayuda a resistir con todo y el dolor físico, demostrando que no se rendirá ante el virus; ella no quiere mantenerse en cama mientras sus hijos se lamentan a su alrededor, quiere sentir que aún tiene algún control en su vida.
Por otro lado, observamos la vivencia de Ale, Wendy, Mariana, Armando y Claudia. Cada quien se encuentra en una etapa diferente de su vida y vemos los distintos sentimientos que manifiesta cada uno de acuerdo a su contexto y personalidad. Además, no solo deben presenciar a su mamá en ese estado, también tienen que aguantar la incertidumbre de no conocer cuánto tiempo le queda y de llevarla al hospital en cada recaída sin saber si esa será o no la última vez que la vean.
Finalmente, con todo esto la película establece también una discusión que comúnmente se presenta en este tipo de situaciones. Ciertas enfermedades deben ser atendidas con cuidados rigurosos, muchas pastillas, dieta muy estricta y completo reposo. Pero esta es una rutina que tiende a deprimir a la persona, lo cual también afecta en su estado físico. Entonces entra un conflicto sobre qué tan al pie de la letra seguir las indicaciones médicas.
Uno siempre quiere lo mejor para el otro y si bien es importante atender a los profesionales que son los que entienden las enfermedades delicadas, llega un punto donde surge la duda de si vale la pena o no hacer caso tan preciso.
Es el dilema entre salir de viaje, ir a comer o realizar alguna otra actividad que haga feliz a la persona, aún sabiendo que esto puede traerle consecuencias graves o por el contrario, controlar en medida de lo posible la enfermedad aunque esto conlleve mantener a la persona inmóvil y generalmente, infeliz. ¿A qué realmente podemos llamar vida?
Los insólitos peces gato aborda la muerte desde diversos aspectos. Es una película sobre la unión que se genera a raíz de los eventos difíciles, sobre el cuidar del otro y también, sobre la incertidumbre y la espera de lo inevitable, ayudándonos a reflexionar sobre el valor y la percepción que tenemos sobre la vida y la muerte.
Esta película está disponible en Netflix.
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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