El día internacional del detenido y desaparecido por el Estado recuerda a todas aquellas personas que han sido víctimas de las fuerzas del Estado. Sin embargo, este día también es acompañado por las madres y padres buscadoras, que recuerdan las deudas pendientes que tienen los gobiernos con ellas y ellos

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La voz de María Inés Zárate se ahoga en las consignas de madres y padres de personas desaparecidas en México: “Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Ella, como muchas madres y padres de personas desaparecidas, convirtieron las calles de la Ciudad de México en un lugar para buscar a su hijo: Luis Axel Guzmán Zárate.

En el Día Internacional del Detenido y Desaparecido, María Inés llegó desde muy temprano a la escalinata del Ángel de la Independencia para caminar entre los rascacielos con la misma consigna: “Ahora, ahora, se hace indispensable, presentación vida y castigo a los culpables”.

Luis Axel Guzmán Zárate desapareció el 27 de agosto de 2021 en la instalación de la tienda Walmart de Miguel Ángel de Quevedo. Ese día fue de compras con su mamá. Mientras ella buscaba completar la despensa, Luis Axel le pidió permiso para ir al baño, pero nunca regresó de ahí.

En la plática con Tatyi Savi, María Inés dice que la Fiscalía ni siquiera tienen una línea de investigación en el caso de su hijo desaparecido hace más dos años.

“Lo que me dijeron es que no han en contrato una línea de investigación para dar con el paradero de mi hijo. Mi hijo me pide permiso para ir al baño y ya no lo vuelvo a ver. Yo me dirigí desde el primer momento a la Fiscalía y no he tenido respuesta, pedí que requisaran los videos de la Walmart donde fue visto la última vez, me dijeron que la tienda no quiso entregarlos y después informaron que el archivo de imagen fue borrado”.

María Inés no se quedó con esa versión. Hizo la denuncia, pero no tuvo respuesta: “Hicimos la denuncia, pero las tiendas no quisieron cooperar. Walmart no mandó nada de las grabaciones, y Suburbia nos mandó a atención a clientes”.

Luis Axel Guzmán había conseguido ingresar a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México en el concurso de selección 2021. Su familia estaba muy animada porque un integrante de los Guzmán Zárate sería puma.

María Inés presentó a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México información que podría ayudar en la búsqueda de su hijo, pero esta no ha sido tomada en cuenta:

“A la Fiscalía les di datos de los amigos de la prepa de mi hijo para que los interrogaran, sin embargo, me entero que la Fiscalía no los ha podido localizar”.

El día que presentó su denuncia, los agentes les dijeron que tal si su hijo se fue de vacaciones con sus amigos y que esperara un poco. “Me dijeron que mi hijo se había ido de vacaciones, que de seguro se había ido con unos amigos, que no me preocupara, que en una semana mi hijo iba aparecer”.

Han pasado dos años. La Fiscalía de la Ciudad de México no ha presentado ni un avance del caso de Luis Axel. Ni siquiera hay expediente del caso.

Estos hechos y otros que se han visibilizado en la capital nos muestran que no hemos avanzado en la construcción de paz, y mucho menos en la conciencia colectiva lo grave que es la desaparición de una persona.

El 30 de agosto es el Día Internacional del Detenido y Desaparecido por el Estado, sin embargo, en la Ciudad de México son más los colectivos de familiares de personas desparecidas que buscan a sus hermanos, hermanas, mamá, papá, hijo, hija, tía, tío.

Los gritos desgarradores de Chiapas a Tijuana son un señal de que no hemos avanzado como sociedad, del Estado mexicano ni hablamos, porque hasta ahora no ha sido capaz de presentar a un solo detenido y desparecido, a pesar que fueron llevados por las fuerzas de seguridad.

Ahora es una necesidad repensar cómo acompañar estos procesos de búsquedas de las personas que fueron desaparecidas por militares, policías y grupos de civiles armados, porque si esto no ocurre no podremos construir la memoria.

Pero, mientras los perpetradores no sean juzgados, difícilmente podremos sanar nuestra heridas, porque la Guerra Sucia nos dejó miles de desaparecidos. Mientras que la Guerra contra el narco de Calderón superó el número de personas desaparecidos.

Si no logramos recuperar los espacios públicos, culturales y educativos, las voces de personas desaparecidas se repetirán una y otra vez hasta encontrarlos.

“Por que vivos se los llevaron, vivos los queremos”.