23 agosto, 2023
Nemonte Nenquimo, lideresa huaorani que inició la lucha para detener la extracción de petróleo en la Amazonía ecuatoriana, asegura que la sabiduría de los pueblos originarios deberían ser una referencia mundial para el cuidado ambiental, como se demostró en el referéndum de Ecuador que detuvo la actividad extractiva en Yasuní
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: María Fernanda Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- “Los pueblos indígenas somos la primera fila de soluciones al cambio climático, eso, los otros países lo tienen que entender. A veces nos tratan a los indígenas que somos ignorantes. No. Nosotros los indígenas somos sabios”, asegura sin dudar Nemonte Nenquimo, defensora ambiental nacida en el corazón de la Amazonía ecuatoriana.
Este domingo el 59 por ciento de la población de ese país se manifestó en contra de la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní, una reserva de la Amazonía habitada desde hace siglos por los huaorani, un pueblo que vivió aislado en la selva hasta los 50, cuando la evangelización y la explotación petrolera llegaron a sus territorios.
Según la revista Time, Nemonte fue una de las 100 personas más influyentes del planeta en 2020, año en el que ganó el premio Goldman, uno de los reconocimientos internacionales más importantes en temas medioambientales por su trabajo como defensora de la selva ancestral en la que creció.
Cuando se enteró del resultado de la consulta, Nemonte lloró de felicidad. Entre sus sollozos vislumbró un cambio que podría ser doloroso para la sociedad petrolizada en la que vivimos. Dejar de extraer ese petróleo tendrá un impacto importante en la economía de Ecuador
“Para nosotros, las mujeres pueblo indígenas, dijimos: felicidad. Por fin escucharon, la sociedad, nuestros llantos de décadas y ahora la gente de la ciudad del ecuador tiene que sacrificar. Esa transición va a ser muy fuerte en la economía. Ahora tienen que mirar cómo sufrimos como pueblos indígenas que hemos perdido nuestros familiares, ha habido muchos derrames e impactos culturales. Es una transición. Un rol cambió ahora en la historia. Eso hay que tener conciencia. No es que ¡ah! el sufrimiento para nosotros, no, más bien así hicimos sufrir a los pueblos indígenas en la amazonía”, comenta sobre lo que podría venir después del referendo.
Nemonte seguirá con detalle el proceso de desmonte de la infraestructura petrolera y carretera que existe en Yasuní para la explotación petrolera, pero sobre todo, de las medidas de reparación y restauración que se deberán llevar a cabo. Esto sería la culminación de un proceso de resistencia que inició hace casi 10 años.
Antes de formar parte de un movimiento nacional que puso un alto a la extracción de petróleo, Nemonte ua había hecho frente a otra amenaza petrolera en su territorio. En 2018 se enteró de que el estado ecuatoriano estaba ofertando en subasta el bloque 22 para la explotación petrolera, la expansión de una serie de proyectos que habían llegado a la zona de Yasuní desde 2012.
“Nosotros no sabíamos cuál es Bloque 22. Pero investigué y vi que era donde justo yo vivía; yo y otras 22 comunidades huaorani. Ni siquiera nos consultaron, ni siquiera explicaron de dónde eran”, cuenta al respecto. Cuando detectó la amenaza sabía que tenían su territorio, pero no como sus abuelos, que lo defendían a muerte, arrojando lanza contra lanza. La estrategia tenía que ser distinta.
“Ahora decimos, ya no es esa época de vivir, de matar y hacer venganza con nuestra lanza. No es manchar de sangre. Sino con nuestra sabiduría, con nuestro entendimiento, con nuestros valores, vamos a enfrentar al Estado ecuatoriano. Tenemos un equipo de legales que nos ayudan a monitorear. Con sabiduría de la tecnología y sabiduría del pueblo, (la) unimos con el derecho, con los abogados que son una herramienta. Dijimos: nosotros como pueblos indígenas vamos a decidir”.
El triunfo de la campaña contra la subasta del Bloque 22 llegó en 2019, con su cancelación. Esa lucha, que fue encabezada por una mujer indígena que pensó en el futuro sobre las ganancias inmediatas, sentó las bases para la consulta de este domingo.
“A veces nos tratan a los indígenas que somos ignorantes. No. Nosotros los indígenas somos sabios. Nuestros abuelos decían: la madre tierra hay que respetar, hay que tener esa conexión, porque ella está sosteniendo la vida, con el agua, con el oxígeno, es lo que bebemos, lo que comemos. Si destruimos, la madre tierra nos tragará, nos matará a la humanidad. Nuestros saberes dicen eso”, dice adelantándose a todos las proyecciones catastróficas del cambio climático.
Ese es el legado que le dejaron sus ancestros, que vivían en la selva sin contacto con el mundo y sin embargo, vivían bien, sin enfermedades, usando el bosque como fuente de insumos para la vida. Así como en las ciudades tenemos ferreterías, farmacias y mercados, así dependen los huaoranis de la selva, que es su farmacia, ferretería y fuente de alimentos.
“Eso se ha perdido, a lo largo de 50 años de explotación (petrolera) ya vemos ese cambio. Nuestros abuelos lucharon por décadas para mantener este territorio virgen, pero qué pasa, que hay instituciones que dicen que se debe respetar el bosque, pero están simulando. La madre tierra no está esperando que los humanos la salvemos, está esperando que la respetemos”, asegura.
Para Nemonte, la ruta es clara. Piensa que todos los países de América Latina deberían seguir el ejemplo de Ecuador y detener la extracción de recursos que genera una ganancia rápida, porque con ello estamos destruyendo a la vida misma, como si creyéramos que los humanos dependemos de gases e hidrocarburos y no de la tierra, de su aire y de su agua.
“Los pueblos indígenas somos sabios”, reitera.
“Hay que entender el debate con los pueblos indígenas, permitir que tomemos parte para parar el Cambio Climático en el mundo. La gente, la sociedad civil, debe tener la conciencia de generar debates e ideas con los pueblos indígenas y eso lo puede parar. Que cambien la mente y el corazón para tocar la tierra, esas cosas le faltan a la gente de la sociedad. que no está viviendo en conexión con la tierra”,
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