Para los gobiernos, las personas migrantes son criminales a quienes hay que abatir y deportar; para la sociedad son un peligro, y les cargan de estigmas. Las últimas cifras no dicen lo contrario: todas las personas migrantes mayores a 12 años se han sentido discriminadas en nuestro país

Texto: Kau Sirenio

Foto: María Ruíz / Archivo

CIUDAD DE MÉXICO. – Para los académicos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), los migrantes en el mundo viven la discriminación todos los días porque se les cierra la posibilidad de tener una familia, profesión y vivienda.

“Varias comunidades los ven como peligrosos y cargan con el estigma de que vienen de la violencia y que probablemente sean parte de la guerra entre los grupos delictivos. Por eso se les cierra todas las posibilidades de acceder a los servicios públicos” señala el catedrático de la UAGro, Gabino Solano.

Por su parte, la académica de la UACM, Amarela Varela, dijo que los migrantes son vulnerados en México y en el mundo.

“Al mismo momento en que se utiliza el discurso de los derechos humanos como eufemismos para detener deportar y regularizar a las personas migrantes en la reforma de la ley de las leyes migratorias y de refugio” cuestiona.

El 25 de mayo se publicó la Encuesta Nacional sobre la Discriminación (ENADIS) 2022, se pudo constatar que la población migrante de 15 años y más declaró haber sido víctima de discriminación en los últimos 12 meses.

Ahora bien, la encuesta no señala que tipo de derechos se les niega a la población migrante en su estancia en México. Ni siquiera contempla las instituciones que más discriminan a esta comunidad, como el Instituto Nacional de Migración.

En las últimas semanas, la plaza Giordano Bruno ha sido escenario de conflicto política entre el gobierno de la Ciudad de México y la alcaldía Cuauhtémoc, por la movilidad de la población haitiana. En su afán de promover políticas asistencialistas, ambos gobiernos discriminan a esta comunidad al no brindarle intérpretes en su lengua materna.

La ENADIS encontró que población migrante de 15 años y más: el 30.3 % de mujeres y 27.2 % de hombres afirmaron haber sido víctimas de discriminación en los últimos 12 meses. De estos porcentajes, 37.2 % de mujeres y 10 % de hombres declararon que el motivo fue por ser mujer u hombre.

“Los derechos humanos de las personas migrantes no se aprovechó ese discurso para instrumentalizarlo a favor del régimen global de fronteras, entonces la discriminación de la que son objeto los migrantes es una combinación del racismo institucional, de las leyes de migración con el racismo social, y de la violencia propia de los gobiernos” enfatiza Amarela Varela.

Consultada vía telefónica, la académica de la UACM reitera: “De los gobiernos, los funcionarios y de la población hay un racismo mediático, un racismo cultural, un racismo institucional, y un racismo hasta epistemológico”.

De la ENADIS: el 26.3 % de la población migrante de 18 años y aceptó que se le negó alguno de sus derechos en los últimos cinco años. De este porcentaje, 32.5 % refirió la negación de la oportunidad de trabajar u obtener un ascenso.

“Este segmento de la población carga un problema hacia donde se mueve, aunque la mayoría de esta comunidad se emigra hacía todas parte del mudo porque en sus territorio viven una violencia sistemática que va de la violencia económica, cultural y simbólica, a pesar de que son víctimas de grupo de poder o de gobierno, son rechazados en los lugares donde llegan” explica, Gabino Solano.

Con voz pausado el catedrático de la UAGro, enfoca su batería: “El estado mexicano no garantiza los derechos de los migrantes desplazados para acceso a la educación y salud, porque vacíos institucionales”.

Amarela Varela pone el dedo en la llaga: “Los migrantes son sujeto y agente social; el protagonista del tema de la migración y el refugio. Pero en muchas de las veces se le considera un cliente para los abogados y toda la industria de la migración. Los migrantes son sujetos a tutelar por parte de las organizaciones migrantóloga y el Estado benefactor, pero nadie coloca el bien superior de los niños migrantes”.

Agrega:

“Al migrante solo lo ven como un criminal al que hay que controlar, abatir y deportar, esto por parte del Estado. Incluso los académicos lo consideramos un objeto de estudio y no un sujeto, entonces si hay una figura que condense todas las violaciones posibles a los derechos fundamentales de los migrantes como sujetos sociales”.