La nueva película de Ernesto Contreras, El último vagón, nos enseña el valor de la educación y el papel transformador que pueden tener los maestros en la vida de los jóvenes. Esta es una historia del campo, sus desigualdades, pero también del amor y la pasión por la enseñanza
Texto: Andrea Sarmiento Pastrana
Foto: Tomada del trailer oficial
CIUDAD DE MÉXICO. –El último vagón es una cinta dirigida por Ernesto Contreras y basada en el libro de Ángeles Doñate que nos presenta la historia de Ikal, un niño que por el trabajo de su padre llega a Apizaco, una zona rural en Tlaxcala. Ahí, Ikal por primera vez tiene la oportunidad de estudiar.
Tomás, el padre de Ikal, es un obrero que trabaja en la construcción de unas vías de tren. Por ello, son una familia nómada que no permanece en un lugar durante mucho tiempo, por lo que Ikal está acostumbrado a la falta de amigos; además, esto dificulta su acceso a la educación.
Pero al trasladarse a esta región conoce a Valeria, Tuerto y Chico, quien es varios años más grande que él. También conoce a Quetzal, el perro que lo acompaña a dondequiera que vaya. Ellos se convierten en sus mejores amigos.
Los chicos experimentan las cotidianidades que existen al crecer en el campo; de igual forma, con su inocencia y esencia infantil logran sobrellevar las adversidades que conlleva habitar en un lugar alejado de la modernidad de las grandes ciudades.
Donde viven, existe una única escuela, la cual es un vagón de tren. Ahí toman clase con la maestra Georgina, quien ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza y se volverá la mayor influencia en la vida de Ikal.
Es la profesora quien le abre las puertas a los niños para desarrollarse no solo en el ámbito académico, sino también de forma personal. Georgina ejerce apasionadamente su vocación, y es este amor a la enseñanza lo que realmente inspira a sus alumnos a seguir adelante. Ella entiende que cada niño es un mundo completamente diferente, y que por lo tanto no puede exigir que todos respondan igual. En sus clases les inculca disciplina sin caer en los juicios ni regaños, y sabe que con los niños hay que buscar estrategias constantemente para que ellos mismos se sientan atraídos al aprendizaje. Los educa para que nunca se nieguen ante el conocimiento, y principalmente, para que crezcan como buenas personas, empáticas y solidarias.
Fue por esa ideología que Ikal se animó a aprender a leer, cosa a la que en un principio no le veía sentido, hasta que su maestra encontró la manera de formar ese hábito en el niño sin necesidad de presionarlo ni apurarlo.
Un problema que siempre ha existido con la educación es que muchas personas que llegan a dar clases no tienen realmente una vocación por la enseñanza, unos lo hacen por dinero, otros porque no les abrió otra oportunidad laboral.
Se piensa que el hecho de conocer mucho sobre algún tema es sinónimo de poder enseñarlo, pero la docencia es una habilidad que no posee cualquiera; se requiere de paciencia, empatía y una buena capacidad para expresarse. Un profesor debe estar consciente del peso que puede llegar a tener su clase sobre el alumno, tiene el poder de atraerlo hacia alguna materia, o al contrario, hacer que no le guste en lo absoluto. Hay gente que cambia su plan de vida debido a un mal maestro y, en contraparte, existen quienes son inspirados por uno bueno.
Otra cuestión es que se trata de educar a todos por igual. El sistema educativo busca generar individuos que entren en el mismo molde, sin tomar en cuenta los distintos contextos que llevan a los estudiantes a actuar como lo hacen. Se ignora, principalmente en niños y adolescentes, que son seres dispersos, que juegan, que tienen sus propios hobbies e intereses y que no se les puede imponer ni obligar a tener cierta conducta, más bien hay que aprovechar esta diversidad para crear planes que llamen su atención, que vayan más allá de la teoría en las aulas.
Por otro lado, la película nos habla de las trabas legales para la educación. Nos muestra al inspector de la Secretaría de Educación Pública que, por órdenes de sus superiores, debe dar la noticia en las escuelas rurales que éstas serán cerradas debido al nuevo plan de desarrollo, sin explicar nunca cuál es el famoso plan, ni cómo clausurar las instalaciones podría ser un bien común.
Quien propuso este nuevo plan no pensó en la cantidad de personas que quedarían desempleadas ni en los niños que serían privados de una educación básica, simplemente se le hizo fácil poner fin a las escuelas que son únicas en su región.
Es muy sencillo hablar de progreso cuando no ves que existen realidades que serán fuertemente afectadas por este mismo.
En México, hemos visto que a las autoridades encargadas no les interesa la educación sino todo el dinero que hay de por medio, por lo que se dan el lujo de idear reformas que no benefician más que a sus bolsillos perjudicando a toda una población. Primeramente, a la más desprotegida, pues es un sector al cual nunca se han acercado y por lo tanto les parece irrelevante.
El último vagón nos enseña que la educación es un tema que hay que atender a fondo, puesto que dependiendo de cómo se ejerza puede cambiar por completo la vida de los estudiantes. Debe ser practicada con pasión, desde el amor a la enseñanza y el interés por esta debe venir desde las instituciones que la administran hasta quienes la desempeñan en las aulas.
Esta película está disponible en Netflix.
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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