Funcionarios del gobierno de Ciudad Juárez desalojaron a personas migrantes que acampaban en la banqueta de la presidencia municipal, frente a la estación del INM clausurada tras el incendio donde murieron 40 extranjeros; algunos de los migrantes desalojados aceptaron su traslado a una carpa que el Municipio instaló “en zona inundable”, muchos desdeñaron el ofrecimiento de la autoridad
Texto: Rocío Gallegos / La Verdad
Fotos: Rey R. Jáuregui
CIUDAD JUÁREZ. – Con agentes de Seguridad Pública por delante, funcionarios y empleados del Gobierno de Ciudad Juárez, encabezado por Cruz Pérez Cuéllar, desalojaron a las personas migrantes que permanecían en un campamento instalado en la banqueta de alrededor del edificio de la presidencia municipal, frente a la estación del INM clausurada tras el incendio donde el pasado 27 de marzo murieron 40 personas extranjeras
A punta de empujones, los agentes de la policía municipal armados, entre ellos su jefe, César Omar Muñoz Morales, avanzaron destruyendo las carpas del refugio improvisado para sacar a los migrantes del lugar, donde permanecían a espera de su cita para cruzar a Estados Unidos en busca de asilo.
“Esto es un atropello, esto no se hace” denunciaba uno de los migrantes a gritos mientras una mujer trataba de impedir que desmontaran la carpa donde durmió por casi dos meses con sus dos hijos, uno de ellos de brazos, y otros trataban de rescatar algunas de sus pertenencias.
Pasadas las 18:00 horas de este lunes, los migrantes de distintas nacionalidades prácticamente fueron rodeados por patrullas de Seguridad Pública municipal, que arribaron al lugar y cerraron la calle Rivas Guillén, a la altura de la calle David Herrera Jordán, para abrir paso a los empleados de Limpia, de Protección Civil y Rescate que participaron en el desalojo de las personas extranjeras apostada en la vía pública.
Los funcionarios, entre ellos el secretario del Ayuntamiento, Héctor Rafael Ortiz Opinel, repetían a las personas que no podían seguir en ese lugar y les ofrecían traslados a un refugio temporal que el Municipio montó en dos galerones construido con carpas y sanitarios portátiles, ubicado en la calle Moctezuma y David Herrera Jordán, a unos 300 metros del campamento desalojado.
Ambientalistas del colectivo Árboles en Resistencia denunciaron desde hace unos días la instalación de esos galerones móviles en ese lugar, identificado como parque el Mezquite, que aseguran es uno de los hoyos de El Chamizal considerado por autoridades federales como zona inundable.
Ante esa denuncia, desde la semana pasada La Verdad buscó el posicionamiento del Municipio, pero el secretario del Ayuntamiento deslindó entonces al gobierno de Pérez Cuéllar de la instalación de ese espacio; sin embargo, este lunes aseguró que el Gobierno Municipal lo habilitó para atender sus necesidades básicas de los migrantes en el campamento.
“Los migrantes no pueden estar aquí, se les está ofreciendo un traslado”, dijo Ortiz Opinel, quien era encarado por migrantes con reclamos por el desalojo.
El funcionario aseguró que la zona donde se instalaron las carpas no es inundable, pero aun así habrá personal de Protección Civil capacitado para atender cualquier contingencia. Se consideró ese lugar, explicó, porque es un área cercana al campamento y al límite fronterizo con Estados Unidos.
Dijo que se mantuvo un diálogo durante varias horas con cada una de las personas en situación de movilidad para pedirles que se instalarán en el campamento que habilitó el Gobierno Municipal.
“Se les está dando una alternativa mejor, a 300 metros, se tienen servicios, es un espacio donde pueden entrar y salir cuando ellos quieren”, expuso el funcionario.
Aseguró que se solicitó la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal para mantener el orden en el lugar, pues algunas personas migrantes se negaban a retirarse.
“Esto es un maltrato vestido de protección” aseguró Mayra, una venezolana que se quedó sentada sobre unas cobijas mientras veía al jefe policiaco, Muñoz Morales, destruir la capa bajo la cual ella y su pareja dormían.
Muchos de los migrantes, principalmente hombres, se mantenían con sus manos sobre su cabeza mientras eran desalojados a empujones por agentes policiacos.
El secretario del Ayuntamiento aseguró que las acciones se llevaban a cabo ante la presencia de personal de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), sin embargo en ningún momento éstos se hicieron visibles, ni siquiera cuando los migrantes cuestionaban a gritos: “¿Dónde están los derechos humanos?, queremos que vengan a ver esto”.
Durante el desalojo sólo se ubicó la presencia del director de Derechos Humanos del municipio, Santiago González Reyes, pero declinó hacer declaraciones.
Mientras transcurría el desalojo, decenas de migrantes se retiraron del lugar desdeñando el ofrecimiento de las autoridades, algunos de ellos denunciaron el robo de sus teléfonos celulares por parte de los agentes policiacos. Cargaban algunas de las cosas que pudieron rescatar antes de que personal de Limpia cargara con los desechos de sus carpas destruidas, sus cobijas y su ropa, junto a cartones, desperdicios y basura que quedaron en el lugar.
“No nos queremos mover, de aquí no nos vamos a mover, así nos boten las carpas” gritaba entre sollozos una adolescente que a empujones fue sacada por una mujer policía de la casa de campaña donde se encontraba. Alegaba que no se iban a ir a un albergue porque tenían miedo de que ocurriera una tragedia como la que ocurrió en la estación del INM.
En defensa de los migrantes arribaron al campamento algunos activistas, integrantes de Movimiento contra la Militarización, quienes advertían a los funcionarios que estaban violentando los derechos de las personas en movilidad.
Este es el segundo campamento que es desalojado por autoridades en Ciudad Juárez. A finales de noviembre del año pasado, destruyeron un lugar donde acampaban migrantes junto al Río Bravo, a la altura de la colonia Bellavista, donde las personas migrantes procedentes de Venezuela permanecían a la espera de cruzar a Estados Unidos.
El campamento que fue desalojado durante la tarde y noche de este lunes se instaló desde el 28 de marzo con los migrantes que llegaban al lugar ubicado frente a la estación migratoria donde autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) dejaron a migrantes encerrados bajo llave en medio de un incendio provocado por el que murieron 40 personas.
La mayoría de las personas que se encontraban hasta este lunes en ese lugar – unas 250 personas según el Municipio- provenían de Venezuela, pero también había migrantes de Centroamérica. Todas estaban a la espera de cruzar a Estados Unidos.
Confundidas, algunas personas decidieron acudir al refugio provisional bajo carpas instalado por el Municipio, entre ellos mujeres con niños, adolescentes y algunas familias. Muchos rechazaron el ofrecimiento de los funcionarios y se dirigieron a otros lugares de la zona centro en busca de refugio.
Por la noche, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal informó que a las 21:45 horas concluyó el operativo de desalojo de migrantes con el último traslado de personas.
“Quienes por un momento se mostraron renuentes, terminaron por aceptar los apoyos y él traslado” se informó en un mensaje difundido a medios de comunicación acompañado de imágenes de agentes de la policía que repartían cajas de pizzas y botellas de refrescos entre los migrantes.
Esta nota fue publicada originalmente en LA VERDAD JUÁREZ, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original
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