Este es el mensaje de Lenirh Enriquez, integrante del Colectivo de Madres en Búsqueda de Coatzacoalcos, en el acto de Reconocimiento y Disculpa Pública del gobierno de Veracruz a familias de 4 personas desaparecidas por la policía
Por Lenith Enriquez Orozco / Colectivo Madres en Búsqueda de Coatzacoalcos
Abrazo con profundo afecto y respeto a las familias de personas desaparecidas que hoy nos acompañan. Saludo a las autoridades presentes.
El día de hoy nos reúne el cumplimiento de uno de los varios puntos recomendatorios que se establecieron en la Recomendación 05/2021 emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz, donde se comprobó que Jhonit Enriquez Orozco, José Manuel Cruz Pérez, Eliaquim Alvarado Villafuerte y Héctor Manuel Facundo Ramos fueron desaparecidos forzadamente, así como la actuación negligente y la falta de debida diligencia en su investigación.
¿Por qué una disculpa pública?
¿Para que una disculpa pública?
¿Por qué y para qué se convocan este día a las cabezas más visibles, responsables de la administración del estado?
¿Por qué están aquí las familias, padres, madres e hijos?
¿Y por qué no están aquí los que nos faltan?
¿Saben por qué?
¡Porque ellos, los nuestros, los ausentes, fueron víctimas de la fuerza bruta del Estado!
Porque sus detenciones fueron arbitrarias y sin derecho. Porque los hombres que escondieron el rostro y usaron las armas contra indefensos, incumplieron con la misión más sagrada de todo policía, “preservar los derechos, servir y proteger”. Pero no lo hicieron, no pensaron en el daño brutal y feroz que sus actos provocaron.
Arturo Bermúdez Zurita, El General, presumió el entrenamiento de sus policías por parte del Ejército y la Marina. “Se trata de elementos confiables que no detienen a nadie sin mandato legal”. Actuaron desde el anonimato, manchando el uniforme. Pero no solo eso,: manchando un Estado, dejaron de ser ciudadanos para convertirse en criminales.
Sí, criminales. Así como se escucha: elementos policiacos reconocieron que el operativo Blindaje Coatzacoalcos era una práctica de ejecutar detenciones de manera ilegal sin dejar registro de ellas.
No les importó ni la intimidad de las casas, los gritos de los niños, el llanto o la súplica de las madres ni el llanto y el ruego de las esposas.
Eran bestias salvajes enfundadas en uniforme, usando las armas para convertirse en delincuentes.
Esa fecha no se olvida, el lunes 11 de mayo de 2015, un día después de la celebración del día de las madres, quedó para siempre en nuestras memorias, cuando entró, sin perdón y sin permiso, el plan maldito, el de la burla y sinrazón, el mal llamado Blindaje Coatzacoalcos. El día en que las armas y las fuerzas del Estado no daban tregua a mi familia.
Familias enteras fueron agraviadas. No hubo piedad, misericordia, ni un poquito de compasión. Se fueron solo con la complacencia de sus jefes, y de los jefes de los jefes.
Después de ese día nada fue igual: la angustia, el miedo y la impotencia se convirtieron en una bola de púas atorada en la garganta.
Empezamos la lucha, una lucha que no ha sido fácil, nunca fácil, De un día para otro te percatas que ahora tu vida transcurre entre recorrer por la ruta de la angustia, cárceles, panteones, hectáreas y más hectáreas de tierra dura, rascar la tierra, cavar fosas, oler varillas para identificar puntos donde probablemente y lastimosa aceptación de que probablemente fueron privados de la vida y cernir la tierra.
Muchas veces nos hemos cuestionado, con rabia, con frustración, pero particularmente con mucho dolor, qué hace falta para que las autoridades cumplan con su deber. Dolor acentuado por la incertidumbre del paradero y destino de nuestros seres queridos.
Así entendemos este acto de disculpa pública, porque fueron los servidores públicos, los que trasgredieron los derechos más elementales de los nuestros, de los ciudadanos de Coatzacoalcos, porque usaron el poder y los recursos para desaparecer personas. Con sus actos dañaron familias, destruyeron proyectos y crearon desconfianza en los cuerpos de seguridad. Porque ellos, los ausentes, son seres humanos como ustedes y como yo.
Por eso, este acto sirve para recordarles a los servidores públicos que nadie puede estar por encima de la ley, que nadie puede hacer u ordenar acciones arbitrarias y actuar de manera impune. Para recordarles que el poder no es eterno, que la justicia, la memoria y la reparación no deberían ser un privilegio que dependa de la voluntad de quienes tienen a su cargo la procuración e impartición de justicia
Que con este acto mantenemos viva la memoria de los ausentes, de los que desaparecieron, pero que viven a través de nuestras palabras, de nuestros gritos y de todos nuestros reclamos de justicia. Este acto sirva para recordarles que nunca más el uso de la fuerza sin razón. Nunca más la intolerancia. Nunca más la tragedia de la desaparición. Porque ahora, hoy, en este momento, decimos que fue el Estado. El Estado, a través de quienes se aprovecharon del cargo, de aquellos que, creyéndose dioses, no fueron más que tristes fantasmas de papel, de los que podrán huir o esconderse, pero jamás escapar de sus propias conciencias. Porque nuestra lucha sigue y no termina, porque llegamos hasta aquí siendo provocadas, y porque hoy desde aquí les decimos, y gritamos con el coraje que sale de nuestras entrañas, que seguiremos en pie de lucha, firmes con nuestra incansable exigencia de justicia.
¡PORQUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS!
¡PORQUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS!
¡PORQUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS!
11 de mayo de 2023, Coatzacoalcos, Veracruz.
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