Si el presidente piensa que el Inai no sirve para nada, es muy probable que sus senadores mantengan bloqueados los nombramientos de comisionados en lo que resta del periodo ordinario de sesiones.
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Eran las cuatro de la tarde del jueves 13 de abril, cuando se levantó la sesión ordinaria del Senado de la República por falta de quórum. En el aire, quedó pendiente la aprobación de un acuerdo impulsado por la oposición para sacar adelante al menos uno de los nombramientos de comisionados en el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).
El Inai está paralizado desde el primer día del mes de abril por la irresponsabilidad de una Cámara que tardó más de un año en procesar dos nombramientos, y que llevó al límite una tercera designación que se ha vuelto imposible en medio del choque entre Morena y la oposición.
Hay que recordar que, desde el 31 de marzo de 2022, el Inai quedó incompleto tras la culminación de los cargos de los comisionados Óscar Guerra y Rosendoevgueni Monterrey. Sin embargo, el instituto pudo sesionar con sólo cinco comisionados durante un año.
Los dos nombramientos se aprobaron en el Senado con un año de retraso, en marzo pasado, pero las designaciones de Ana Yadira Alarcón y Rafael Luna Alvizo fueron vetadas por el presidente de la República, inconforme porque fueron resultado de un acuerdo entre los partidos “y no se pueden aceptar esos enjuagues”.
Eso dejó al Inai nuevamente incompleto y, al concluir el periodo del comisionado Francisco Acuña -el pasado 31 de marzo de 2023-, ahora hay sólo cuatro integrantes de pleno y la Ley establece que, para sesionar, debe haber al menos cinco comisionados.
La parálisis del Inai, advertida por muchos, quedó evidenciada el pasado miércoles, cuando la sesión que estaba programada ya no pudo llevarse a cabo.
Así, mientras los partidos se acusan mutuamente por la imposibilidad de construir un acuerdo que requiere para su aprobación de una mayoría calificada (dos terceras partes de los 128 senadores), la sociedad mexicana ve boicoteado su derecho a la información.
Lo más grave es que el gobierno se congratula por la parálisis en el organismo constitucional autónomo.
Aquel jueves 13 de abril, el grupo parlamentario de Morena dejó claro, en voz del folclórico senador Félix Salgado Macedonio (“el Toro sin cerca”) que los nombramientos se harán cuando la mayoría quiera, cuando la mayoría diga, cuando a la mayoría le convenga.
Días antes, el grupo que coordina Ricardo Monreal acababa de ser instruido por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para mantener el “impasse” en el Inai, pues eso es lo que le conviene al presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Estamos en el mundo ideal, nosotros no tenemos ninguna urgencia porque se nombre en estos momentos”, dijo el encargado de la política interna a las senadoras y senadores morenistas en una reunión ocurrida el 10 de abril, según se escucha en un audio dado a conocer por Latinus.
Una instrucción que no sólo no fue desmentida, sino que el presidente confirmó de alguna manera cuando dijo, en la mañanera del pasado viernes, que da igual que los nombren o no los nombren.
“Para qué sirven?, no sirven de nada”, expresó.
Si el presidente piensa que el Inai no sirve para nada, es muy probable que sus senadores mantengan bloqueados los nombramientos en lo que resta del periodo ordinario de sesiones y que, el 30 de abril, la Cámara alta se vaya al receso largo de verano sin haber cumplido con la obligación constitucional de nombrar a los comisionados del Inai.
El Inai, como ya ocurrió el pasado 12 de abril, no tendrá quórum para sesionar, y se irán acumulando los expedientes de ciudadanas y ciudadanos que esperan una respuesta ante la negativa de alguna institución a proporcionarle información solicitada.
Según la comisionada presidenta Blanca Lilia Herrera, el pleno del Inai resuelve un promedio semanal de 450 a 500 asuntos. Y, concretamente el 12 de abril, no pudo votar 300 resoluciones y siete denuncias de incumplimiento de obligaciones de transparencia.
Ése es el mundo ideal de Adán Augusto López: un “impasse” en el que nadie podría preguntarle, por ejemplo, la agenda oficial de sus giras en las que promueve su candidatura presidencial de 2024, los gastos que generan dichos recorridos y la utilidad de ese periplo en el cumplimiento de sus obligaciones como secretario de Gobernación.
Ante la crisis, el senador Ricardo Monreal aseguró, en la sesión del pasado jueves, minutos antes de que ésta fuera levantada por falta de quórum, que él va a insistir dentro de su partido para que pueda nombrarse al menos uno de los tres comisionados faltantes.
Muy a su estilo, Monreal pretende lavarse la cara ante la opinión pública, diciendo que él sí quiere que opere el órgano garante del derecho a la información, aunque asegura que debe respetar la decisión de la mayoría del grupo que dice coordinar.
Como ocurrió en diciembre con el plan B de reforma electoral -del que Monreal fue el senador más crítico-, probablemente el coordinador vuelva a quedarse solo en la pugna por los nombramientos de comisionados.
Ante la opinión pública, tratará de quedar bien exponiendo su punto de vista muy particular, pero en los hechos dejará que su bancada obedezca las instrucciones del secretario de Gobernación, que es el portavoz del presidente ante el Poder Legislativo.
La transparencia quedará, entonces, en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que desde la última semana de marzo tiene en su haber una controversia constitucional presentada por el Inai luego del veto presidencial al nombramiento de dos comisionados.
El Inai demanda que la Corte ordene al Senado hacer las designaciones pendientes y que autorice a que, en tanto ello ocurra, el pleno pueda sesionar sólo con cuatro comisionados, para evitar la parálisis actual.
No es lo mejor, pero es la salida que queda ante la falta de acuerdos en el Senado.
En las próximas dos semanas, se prevén nuevos choques entre la oposición y el oficialismo por este tema. Habrá mantas colgando dentro del recinto parlamentario exigiendo “nombramientos ya” y, probablemente el martes, una anunciada toma de tribuna.
En ese ambiente transcurrirán los 13 días que le quedan al periodo ordinario, que se irán agotando junto con las posibilidades de construir un acuerdo que resulta indispensable y urgente, no en el “mundo ideal” del presidente, pero sí para una sociedad acostumbrada ya a exigir su derecho a la transparencia.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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