23 marzo, 2023
El 22 de marzo, la Fiscalía General de Chihuahua informó del hallazgo de un cuerpo que podría corresponder a José Noriel Portillo Gil, presunto asesino de dos sacerdotes jesuitas, un guía de turistas y un jugador de beisbol. Desenlace no es un triunfo de la justicia: jesuitas.
Texto: Patricia Mayorga / Raíchali; Gerardo Ramírez / Noroeste; y Blanca Carmona / La Verdad
Actualización 23 de marzo
El cadáver encontrado en Choix, Sinaloa, sí corresponde al de José Noriel Portillo Gil, alias ‘El Chueco’, presunto responsable de asesinatos y otros crímenes en la sierra de Chihuahua.
En la conferencia que ofrece diariamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó la identidad de Portillo Gil, acusado de ser uno de los mayores generadores de violencia de la zona serrana chihuahuense y de pertenecer al cártel de Sinaloa.
“Miren, se confirmó que sí es José Noriel Portillo Gil la persona que encontraron muerta en Choix, Sinaloa, una comunidad rural, ya se confirma por los estudios. Me acaban de pasar la información”, dijo López Obrador.
La Fiscalía General de Chihuahua reportó el hallazgo este miércoles e informó que el cuerpo presentaba un balazo en la cabeza. Agentes de Sinaloa dieron a conocer que también presentaba lesiones en abdomen y partes bajas.
El fiscal general, César Jáuregui Moreno, aseguró que el cuerpo fue identificado por la hermana del Chueco, por Diana Carolina Portillo; sin embargo, se van a esperar las pruebas científicas para confirmar legalmente que se trata de José Noriel Portillo Gil.
Hasta el momento no existe evidencia científica de que se trata del Chueco, por lo que la Fiscalía de Sinaloa informó que se realizan las investigaciones periciales para corroborar si se trata del hombre por quien la Fiscalía de Chihuahua ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de pesos para su captura.
El cuerpo de quien se sospecha es Portillo Gil fue entregado a una funeraria en Los Mochis, Sinaloa, que fue resguardada por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, en espera de su identificación oficial.
Al conocer la noticia, la Compañía de Jesús en México, así como el obispo de la Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval y el jesuita Javier “Pato” Ávila, coincidieron en que no se trata de un triunfo, ya que no es la manera en que esperaban que se hiciera justicia.
Habitantes de Cerocahui coincidieron en entrevistas que no les alegra la noticia del posible asesinato del Chueco porque la violencia y el miedo en la comunidad permanecen.
La Compañía de Jesús informó en su comunicado que están en espera de la confirmación de la identidad del cuerpo que presuntamente corresponde a Noriel Portillo, pero de verificarse que es la persona implicada en el homicidio de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, “de ninguna manera puede considerarse como un triunfo de la justicia, ni como una solución al problema estructural de violencia en la sierra Tarahumara”.
En un comunicado advierten que el asesinato del Chueco representa la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios, e implica un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos porque confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial.
“Este desenlace, de confirmarse, no es el que esperábamos ni es por el que trabajamos. Por ello, redoblamos nuestro llamado a que se cumplan a cabalidad las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instaladas apenas la semana pasada, para construir condiciones de seguridad en la región.
“Los jesuitas nunca hemos callado ni callaremos ante la violencia y la deshumanización. Seguiremos en la Tarahumara y en otras regiones de México, trabajando para que haya paz, justicia, derechos humanos y reconstrucción del tejido social”, concluye el comunicado.
Con los sacerdotes jesuitas también fue asesinado el guía de turismo Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez y ese mismo día Noriel Portillo fue acusado de asesinar horas después al joven Paúl Osvaldo Berrelleza Rábado.
En entrevista, el obispo de la Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, externó que como iglesia no les tranquiliza ni se alegran por el asesinato de Noriel Portillo, porque la muerte de un ser humano no deja de ser una muerte.
“Que se haga justicia (…) la queremos no solamente para los padres, sino para todos los que han sufrido precisamente por la muerte o el asesinato de sus seres queridos y para nosotros, pues no nos conforta eso, nos confortaría que se haga un verdadero sistema de justicia, donde el desenlace no se haga de este tipo, es decir, que no se haga por los medios que deben de ser, sino que desgraciadamente parezca que es como una venganza o como cobrar cuentas de una acción mala que se hizo”, agregó el obispo.
Sobre la comunidad de Cerocahui, González Sandoval dijo que la iglesia va a seguir con ella, acompañándola para evitar ese tipo de situaciones.
El cuerpo que podría corresponder a Noriel Portillo fue localizado por agentes municipales de la Sindicatura Picachos, de Choix, Sinaloa, en un camino de terracería.
De acuerdo con datos de la Fiscalía de Sinaloa, el cuerpo se localizó el sábado 18 en la región de Choix, éste traía una pechera y presentaba heridas provocadas por disparos de arma de fuego.
Durante la necropsia que se le practicó al cuerpo se logró saber que tenía heridas provocadas de calibre 9 milímetros y AK-47, de los llamados “Cuerno de Chivo”. Las lesiones las presentó en la cabeza, abdomen y partes bajas, se informó.
Los agentes de la Fiscalía de Sinaloa indicaron que se descarta que la persona haya fallecido en un enfrentamiento y que podría haber sido un ataque directo.
Fue durante la noche del 21 de marzo que se indicó que la víctima podría ser quien es buscado por el asesinato de dos sacerdotes en la sierra de Chihuahua, se informó.
Durante la conferencia de prensa mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador, confirmó que se localizó una persona en Choix y que se está haciendo el estudio para poder informar si se trata del delincuente que le quitó la vida a los sacerdotes jesuitas en Urique, en Chihuahua.
“Parece que fue una ejecución”, dijo al ser cuestionado sobre la causa de muerte del hombre localizado sin vida en Sinaloa.
Sobre por qué no se le había detenido, López Obrador señaló que era “tolerado en la zona” y aunque se sabía de sus operaciones las autoridades de Chihuahua “no hacían nada”.
“Tenía una red en toda la región. Aquí hay que tener presente que se ha detenido a varios vinculados a este grupo”, dijo al recordar que hay 32 personas detenidas relacionadas con Portillo Gil.
El fiscal de Chihuahua, César Jáuregui, reportó en conferencia de prensa que el cuerpo localizado presentaba rigor mortis y sangre seca, lo que indica que podría haber tenido unas 24 horas de haber muerto.
Dijo desconocer cómo y cuándo perdió la vida. Lo único que se estableció es que presentaba un impacto de bala en la cabeza y en el lugar donde se encontró se hallaron 16 cartuchos.
Jáuregui comentó que tras el aviso de las autoridades de Sinaloa personal de la FGE de Chihuahua se trasladó al estado vecino, encabezado por el director de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), Arturo Suany.
“No podremos dar por confirmado con toda fehaciencia el asunto hasta que no tengamos pruebas científicas que nos permitan afirmar que el cuerpo se encuentra en estos momentos en el Semefo de la ciudad de Los Mochis corresponde al del Chueco”, afirmó el fiscal.
Desde el asesinato de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como el guía de turistas, Pedro Palma, y de Paul Osvaldo Berrelleza Rábago, en la zona de Cerocahui, Chihuahua se ha mantenido un operativo que permitió el arresto de 32 personas vinculadas con el Chueco, dijo el fiscal.
El funcionario también consideró que el grupo delictivo de Portillo Gil fue desmantelado, dijo que el Chueco estuvo a punto de ser detenido, fue rodeado por las autoridades de Chihuahua y las federales y “reducido a la nada” por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y las autoridades estatales que mantenían un operativo en la zona.
La presencia policiaca se va a mantener y se dará cumplimiento a las medidas cautelares que recientemente dictó la CIDH para un grupo de personas que trabajan en Cerocahui y para lograr la paz en la zona, aseguró el fiscal.
El hallazgo ocurrió cuatro días después de la Mesa de Implementación de medidas cautelares otorgadas por la CIDH a tres religiosas y seis jesuitas de Cerocahui, municipio de Urique, por el riesgo que representa ejercer su labor pastoral.
El padre Pato Ávila recordó que la situación en Cerocahui y con la sierra Tarahumara, es un reto. “En el último encuentro que tuvimos en el día de la implementación de las medidas cautelares, los mismos jesuitas propusimos varios programas de trabajo para lograr restablecer, reconstruir el tejido social y buscar estos espacios de paz, son varios programas muy concretos. Lo que sigue ahora es urgir para que esos programas se vayan revisando y se vayan haciendo efectivos, no nada más en en la región sino en toda la sierra”.
Sobre el homicidio del Chueco indicó: “Nosotros ya lo habíamos advertido, creo que ya les habíamos advertido: ‘si no detienen al homicida, les van a entregar el cuerpo y va a ser una pena, una vergüenza. Coincidió en que es necesario revisar el sistema de justicia porque no funcionó o no ha funcionado el plan de seguridad nacional ni el plan de seguridad estatal, porque en nueve meses no lo localizaron a pesar de que estaba cerca de las comunidades.
“Nosotros no tenemos opción de sexenio, por eso les decimos a los gobiernos: déjense ayudar. Queremos darle la mano, queremos dialogar, no queremos confrontarnos. Ahora, si lo sienten a veces como confrontación, bueno, pues por algo se sienten confrontados. Pero queremos seguir dialogando”, agregó el jesuita.
Uno de los pobladores de Cerocahui que pidió no ser identificado por su seguridad dijo que les hubiera gustado que lo llevaran ante la justicia y dio a conocer que la violencia en Cerocahui no ha parado, ya que las últimas semanas han privado de la libertad a varios jóvenes de las rancherías indígenas de El Churo y Waicórachi.
“Sabemos que hay cuerpos en el Semefo (Servicio Médico Forense) de Cuauhtémoc, pero no sé sabe quiénes son. Allá andan las mamás de los que se llevaron”, indicó un familiar de las víctimas desaparecidas.
Los sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, de 79 y 80 años, respectivamente, fueron asesinados por Portillo Gil, el lunes 20 de junio de 2022, cuando los religiosos intentaron proteger al guía turístico Pedro Palma Gutiérrez, quien huía de un intento de secuestro por parte del presunto criminal.
En un mensaje que emitió la tarde de este miércoles sobre la presunta muerte del Chueco, la gobernadora Maru Campos dijo que esto fue respuesta a la presión por parte de las investigaciones y operativos que se han dado con la coordinación de los tres órdenes de gobierno y del gobierno sinaloense.
Aseguró que con los operativos se tuvieron avances importantes como 34 detenciones de personas pertenecientes al grupo criminal responsable de los mismos, además del resguardo de armas de alto calibre y vehículos pertenecientes a dicha organización y el decomiso de grandes cantidades de droga. Entre los logros también mencionó la casi eliminación de la venta ilegal de alcohol, principalmente en Creel; la disminución de la tala clandestina; y la disminución de extorsión a proveedores de distintas compañías mineras de la zona serrana.
La gobernadora refrendó la atención permanente al municipio de Urique, la comunidad de Cerocahui y la sierra Tarahumara en general y aseguró que se dará cumplimiento a políticas de prevención con la diócesis de Jesuitas.
Esta nota fue realizada por RAÍCHALI, NOROESTE Y LA VERDAD, integrantes de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leerla.
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