1 marzo, 2023
Las icónicas torres de departamentos de la colonia Doctores se han vuelto inhabitables; los daños provocados por los sismos de hace 6 años son estructurales y 300 familias están en riesgo de perder su casa.
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Duilio Rodríguez
CIUDAD DE MÉXICO.- Seis de las 12 torres que conforman el Conjunto Residencial Morelos, conocido como los Soldominos, tienen una inclinación mayor a la permitida por las normas de la Ciudad. Aún así, los casi 300 departamentos que se encuentran en estas estructuras dañadas siguen habitados, la mayoría como casas, algunos pocos como oficinas.
De las azoteas de algunas de las torres sobresale un poste horizontal, de unos dos metros. De ahí cuelga una cubeta con cemento, desde el techo hasta unos dos metros sobre el suelo. Esto lo hacen para señalar qué tan derecho está el edificio. En algunos casos, la medida se acerca un poco a las paredes de la torre, en otras, choca con ellas desde el segundo piso.
Hace 48 años, cuando se inauguró, el Conjunto Residencial Morelos lucía muy diferente a como se ve hoy. Los departamentos, construidos alrededor del complejo de oficinas de Banamex, lucían murales en sus costados, mientras que era común encontrar esculturas entre sus jardineras y pasos peatonales. Una muestra de modernidad y confort urbano para los trabajadores del banco. Hoy, la falta de mantenimiento, y el paso de muchos sismos, solo ha dejado cuarteaduras, espacios descuidados y un aire de olvido difícil de sacudir.
“Cuando tembló, el de septiembre del 17, los edificios sufrieron muchos problemas, sobre todo Centauro y Osa Mayor –dos de los más altos, que tuvieron que ser reconstruidos– Pero además de esos, clasificados con riesgo medio quedaron Tauro y Aries, y con medio-bajo Orión, Leo, Capricornio y Andrómeda. Nos dijeron que había que rehabilitarlos, pero a ninguno les han hecho caso”, dice al respecto la administradora de varios de estos edificios, Martha Illescas Gainza García.
Desde el 2017 los vecinos de estos edificios notaron cómo los cubos de las escaleras se desprendieron unos centímetros de la masa de la estructura. En ese entonces una serie de análisis de la Comisión para la Reconstrucción dio cuenta de su estado. Dijeron que no era tan grave y no ameritaba atención inmediata. Pero todo empeoró con los sismos del 2022, que por extraña casuística cayeron en la misma fecha que los del 17.
“Vinieron del Instituto –de Seguridad para las Construcciones–, vinieron a hacer, sobre todo a Tauro, Aries y Orión, un estudio de nivelación y topografía. También al resto de los edificios se lo hicieron, pero hasta el momento, no tenemos el resultado de esos estudios”, agrega Martha, la administradora.
El Instituto ya reconoció que hay un daño en las torres. Sin embargo, dicen que aún se debe hacer un peritaje basado en las mediciones que ya realizaron. Todavía no hay fecha para que esto se realice. Los vecinos, preocupados por su patrimonio, empezaron a recolectar una cuota extra de mantenimiento para financiar ellos mismos el peritaje. Esto lo hacen a través de Martha.
A raíz de los sismos de 2017, las torres de 14 pisos de Centauro y Osa Mayor quedaron tan dañadas que ya no era factible seguir habitándolas. Los vecinos cuentan que entre las escaleras de los departamentos del último piso y sus pasillos había una abertura de metros. Abajo solo quedaba el abismo.
Los dictámenes de Osa Mayor fueron rápidos, por lo que sus trabajos de reconstrucción iniciaron antes que los de Centauro, en cuyo caso, un perito determinó que el edificio podía rehabilitarse. Meses después, otro experto determinó que esa opción era inviable y que había que demoler para reconstruir.
El cambio de criterio implicó un retraso de meses, que cinco años después, aún pesa. Mientras que Osa Mayor ya tiene departamentos habitados, los vecinos de Centauro llevan más de cinco años fuera de sus hogares, arrimados en casas de familiares con un apoyo mensual de 4 mil pesos de renta.
Los papás de Agustín Uribe, ambos adultos mayores, están en esa situación.
“Estamos desesperados. Ya habían empezado a construir, pero tiene un año y medio que no le hacen nada, supuestamente porque la Comisión no ha pagado a la constructora. La obra lleva parándose desde hace 5 años y ya no sabemos qué hacer”.
Agustín Uribe
Hace un año el nuevo edificio de Centauro estaba en obra negra, incluso, los departamentos hasta el noveno piso ya tenían ventanas, pero de un tiempo para acá las obras pararon. Para sorpresa de quienes vivían ahí, las obras se reanudaron apenas el pasado 22 de febrero.
“Después de unos meses, comenzó a demolerse”, cuenta Agustín sobre el proceso de reconstrucción. “Pero después de la pandemia, el dinero ya no alcanzaba. El presupuesto que habían hecho se vio rebasado, porque los materiales de construcción, sobre todo el acero, se encarecieron mucho”.
Eso se sumó a una “falla de comunicación» entre la Comisión para la Reconstrucción y el Instituto de Vivienda (INVI) de la Ciudad de México. Para reconstruir un edificio, el gobierno de la Ciudad, a través de la Comisión para la Reconstrucción, primero expropió las propiedades. Con el paso de los años, algunas de estas obras, como la del edificio Centauro, pasaron a manos del INVI y es ahí donde inician los problemas, según cuenta Verónica Mendiola, administradora de Centauro.
El plan para la reconstrucción de esta torre incluyó uno de redensificación, es decir, construir un piso más, con cuatro departamentos, cuya venta sirviera para pagar parte del costo de la reconstrucción. Estos departamentos actualmente están en manos de la Comisión, mientras que las obras corren a cargo del INVI. Como el INVI no tiene la propiedad de estos nuevos departamentos, no puede asegurar por escrito a la constructora que serán suyos, por lo que la obra permanece detenida en un galimatías burocrático.
A pesar de que las obras se reanudaron, quienes vivían ahí no saben cuánto más van a durar ni si terminarán. “Aquí ya es cuestión de la Comisión y el INVI. Se lo tienen que entregar al INCI para que ellos puedan asegurarle a la constructora que les van a pagar con los departamentos, pero esto no ha pasado, yo creo que es por la ignorancia de la burocracia del gobierno, porque no saben hacer las cosas”, cierra en una entrevista por teléfono la administradora Mendiola.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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