21 enero, 2023
“El levantamiento de las mariposas” es el nombre del mural que busca exponer el abuso y la violencia que viven las mujeres, desde una imagen que evoque a la resistencia, lucha y a la creación de espacios seguros.
Texto y fotos: Aletse Torres / Zonadocs
JALISCO. – En México 10 mujeres son asesinadas diariamente, apenas el 24 por ciento de los casos son investigados como feminicidios, acorde a datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
“El levantamiento de las mariposas” es el nombre del mural tiene como propósito transmitir el abuso y la violencia que viven las mujeres, desde el amor, ternura y cariño para las víctimas de violencia de género y feminicidio. Y, de acuerdo con La Nose, artista independiente, «representa un acto de resistencia y rebeldía con ternura radical».
En la pared de color anaranjado se ve trazada una mujer que se está liberando de una soga. A su alrededor vuelan mariposas de color rosado, las cuales simbolizan a otras mujeres. “Que truenen las voces hermanas y las alas retornen su vuelo” es la frase que acompaña la imagen plasmada por las artistas.
En la parte de abajo pueden leerse algunos testimonios de familiares de víctimas de feminicidio, quienes toman la metáfora de la mariposa para hablar de sus seres queridas.
La intervención se encuentra en una de las paredes de la estación “Juárez” de la Línea 1 de Siteur Jalisco, ubicada en el Parque Revolución, en Guadalajara, Jalisco.
En el proyecto participaron: Miroslava Bocanegra, La Nose, Ale Poire, Mónica Soria, “China” López, Aránzazu Cárabes, Jacqueline Graciano, Karen Montoya, Dani Mayo Paulina Martínez, Anaid “Comer Flores” y Claudia Navarro.
Para las muralistas el espacio es una especie de carta trazada por sus pinceles, la cual está dirigida a las mujeres del estado de Jalisco. Especialmente, para aquellas mujeres que hayan sido o son víctimas de violencia.
Esto es para las madres solteras, mujeres trans, niñas, mujeres que sufren o han sufrido algún tipo de violencia en su vida” manifestó Miroslava, artista independiente.
La Nose, artista, explicó que la acción surge como respuesta a otro mural pintado por hombres que revictimizaba a las víctimas de violencia de género. En donde se observaba a una mujer aparentemente en estado de desfallecimiento, amarrada y encerrada por varios cráneos a su alrededor muerta o secuestrada.
Por lo mismo, retoman en sus bocetos algunos elementos del pasado, como la soga, la mujer y las calaveras, con el propósito de resignificar los objetivos y a su vez, el propio mensaje.
Intentamos expresar nuestro mensaje, sin necesidad de revictimizar y violentar nuevamente a las víctimas. Mostrar nuestra resistencia como mujeres, nuestra ternura y valor” sentenció la muralista.
Miroslava, narró que todo comenzó con la creación del perfil “Proyecto Rojo” en la plataforma Instagram; en la cual protestaron por el mural antes colocado, etiquetando a las autoridades y exigiendo que fuera quitado de la pared sobre Avenida Juárez.
Keila Jochebed Juárez González, directora de Juventudes Jalisco, fue la única persona que les respondió y ofreció una disculpa. Igualmente, fue quien las invitó a retomar el espacio para que realizaran el proyecto.
Desde ahí, Miroslava puntualiza que junto con Ale Poire convocaron a través de redes sociales a mujeres artistas que les interesa pintar el espacio. El proceso les llevó seis días, uno para el boceto y cinco para pintar.
“Tenemos que luchar por estos espacios, que desde el comienzo debieron de ser nuestros” comentó Miroslava en entrevista con el equipo de ZonaDocs.
En la intervención artística decidieron participar 12 mujeres artistas independientes del Área Metropolitana de Guadalajara. Cada una desde el amor, ternura, resiliencia y coraje plasmaron con pinceladas su sentir y mensaje en la instalación.
Jacqueline Graciano, artista, compartió que una de sus razones principales para unirse al proyecto fue el sentimiento que le generó el primero que pintaron. Ella recordó la indignación y el coraje de observar una imagen violenta para las mujeres en un espacio tan concurrido como el Parque Revolución.
“Me estaban dando un mensaje violento y misógino, o sea es como recordarle a las mujeres como puedes terminar en este país tan violento. Eso es terrible” sentenció Jacqueline.
Por su parte Paulina “Pash”, artista, se “animó” de primera instancia para apoyar a sus compañeras del gremio. No obstante, conforme avanzó el proyecto se enamoró de la acción:
La verdad es que me sentí identificada con la indignación que sintieron mis compañeras por el mural pasado. Esta fue nuestra oportunidad de crear algo con ese poder que tenemos, algo mágico”.
En ello estuvo de acuerdo Mónica Soria, quien experimentó un sentimiento agridulce por poder resignificar el espacio, puesto que, debieron de denunciar la violencia del primer mural, antes de ser tomadas en cuenta para plasmar el suyo de primera instancia.
Asimismo, para la artista se convirtió en una oportunidad de crear un mensaje valioso e importante para la ciudadanía, con el propósito de comenzar a cambiar las narrativas cuando se habla de violencia de género.
Creo que a través del arte, de una forma visual, podemos llegar a más personas puede convertirse en algo esperanzador para otras mujeres” compartió en entrevista con el equipo de ZonaDocs, Moira.
“Nos cuidamos nosotras solas” declaró Miroslava, quien señala que las autoridades no les ofrecieron “mucho” apoyo al momento de estar realizando el mural. Fueron ellas las que se coordinaban en grupos para cuidarse, pintar y hacer cambios a la hora del desayuno y comida.
Igualmente, manifestó que si les otorgaron pintura y algunos materiales, pero ellas consiguieron la cuadrilla para poder pintar, pese a la promesa de las autoridades de conseguirles una y facilitarles el transporte de la misma:
Nos la prometieron, pero yo nunca vi una cuadrilla y para este punto pues ya no importa. Nosotras debimos de conseguirla”.
En uno de los días del proceso, surgió una marcha por la zona, por lo cual tuvieron que “marcar” la zona y optar por crear un protocolo rápido de seguridad, debido a que ninguna autoridad se acercó para cuidarlas de la manifestación.
En el caso de los alimentos y la bebida, la respuesta fue la misma. Ninguna de las artistas esperaba que les dieran de comer, pero les sorprendió que a ellas no les proporcionarán un garrafón de agua, cuando a los integrantes del mural pasado si se lo dieron.
“..nos tocó a nosotras tener que trabajar así, como con una sequedad en la boca y por eso nos rolamos, para que otra se fuera por comida” expresó Miroslava.
Además, recalcó que parte de la ciudadanía las observo trabajando en la semana y se acercaron a brindarles agua, sueros y comida:
“Bien chida la gente, nos vieron chambeando sin nada y que nos traen agua y comida, nos cuidaron”.
De los 260 muralistas documentados en México entre 1920 y 1970, había aproximadamente treinta mujeres, es decir, el 13 por ciento del grupo, mientras que, el promedio de obra que hacían los artistas hombres eran veinte murales en toda su vida, las mujeres, hacían solamente tres.
Han pasado décadas y la realidad no ha cambiado, actualmente, no hay un registro de las artistas que se dedican al muralismo en México. Sin embargo, esto no significa que no estén ejerciendo mujeres en el gremio artístico.
Mónica Soria, puntualizó que la exclusión de las mujeres en el arte sigue persistiendo. Un ejemplo para ella es seleccionar a un grupo de hombres para pintar sobre violencia de género sobre un grupo de mujeres del gremio.
“En el arte parece que solo se dan espacios para los hombres nada más, y no es que no haya mujeres. el problema es que ni nos toman en cuenta” comentó la artista.
Para la “China” López, la exclusión que viven en el gremio es sistemática, puesto que se trata de un privilegio que tienen los hombres desde que nacen:
“Tú te das cuenta que en todos los aspectos las personas parece que los admiran más rápido, pero las mujeres tenemos el camino más difícil, como si tuviéramos más piedras en el suelo”.
Desde su experiencia, La Nose ha identificado que ser “morra” y pintar implica atravesar por muchos espacios y comenzar a crecer por su propia cuenta. Y por lo mismo, considera que las mujeres deben de tener la oportunidad de plasmar su experiencia a través del pincel.
Para cada una de las artistas, es importante construir espacios para el arte hecho por mujeres y dirigido para las mujeres. Mónica Soira, expresó que las autoridades encargadas deben de comenzar a “ver” a las mujeres que están haciendo arte en la entidad y en todo el país.
“Necesitamos que nos vean, para que no haya como este tipo de situaciones, donde acepten un boceto tan violento en una ciudad donde se matan mujeres, matan mujeres todos los días” manifestó la artista.
“La Nose” puntualizó que el muralismo, es una herramienta que conlleva una responsabilidad, puesto que se trata de transmitir un mensaje potente en un par de imágenes:
“Siento que esta forma de compartir y expresar lo que estamos sintiendo y viviendo no se toma a la ligera, en este caso hablar sobre feminicidios o violencia es pensar en cómo va a impactar a quien lo vea”.
Finalmente, la “China” López, artista mencionó que es importante recordar que lo que vemos todos los días en la casa, en las calles y en todos los lugares públicos impacta en cómo observamos el mundo. Para ella, es primordial no tomarse a la “ligera” la realización de los murales y observar qué mensaje se le está enviando a la población con estas obras:
“Esperamos que este mural, sea un mensaje fuerte, digno y respetuoso. Que se sienta como una bocanada de aire fresco, en medio de un día caluroso” concluyó Miroslavaba, artista independiente.
Este trabajo fue realizado por ZONA DOCS, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de A Pie. Aquí puedes leer el original.
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