Una visita a la trayectoria de la escritora y periodista Cristina Pacheco, a propósito de su más reciente galardón, el Premio Nacional de Literatura Inés Arredondo 2022.
Évolet Aceves
Twitter: @EvoletAceves
A Cristina Pacheco
En mi infancia visitaba a mis tíos paternos los fines de semana. Recuerdo cómo siempre, en la televisión de su sala, uno de mis tíos, semana tras semana, sintonizaba el programa televisivo de Canal Once, Aquí nos tocó vivir. Me cautivaba la mujer a la que mi tío tanta atención prestaba por el contenido de su programa. Aquella delgada mujer tenía cabello corto, rizado, abundante y oscuro, usualmente vestía de negro con atuendos que me parecían fascinantes, hechizantes, atuendos con los que la veía caminar, a través de la televisión, a veces por tianguis, en ocasiones por florerías, ora por calles de concreto o de terracería, y hasta por cementerios. Campo o urbe. No había suelo que aquella señora no pisara —pensaba yo en aquellos años—, no hay un solo camino que le impida ir con su micrófono en busca de sus entrevistados. Esa señora era Cristina Pacheco.
Con el paso de los años, comencé a ver ese programa ya no en la casa de mis tíos, sino en la casa de mis padres. El tiempo pasaba muy rápido al sintonizar sus programas televisivos, tal vez por la naturaleza de sus preguntas, tan respetuosas como deslumbrantes, para acercarme a mí, televidente, al mundo de sus entrevistados, personas de oficios, muchos de los cuales ya han desaparecido, considerando que este programa se transmite desde 1979 ininterrumpidamente, y catalogado en 2010 por la UNESCO como Memoria del Mundo de México.
Cristina Romo Hernández, mejor conocida como Cristina Pacheco (San Felipe, Guanajuato, 1941), estudió Letras Españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Desde joven comenzó a publicar en los periódicos El Popular y Novedades, El Sol de México y Siempre al día, así como en la revista Siempre! en 1977, en la que colaboraba con una entrevista semanal.
Muy pronto, en La Revista de la Universidad de México ocupó el cargo de secretaria de Redacción para después ocupar el de jefa editorial de 1978 a 1980, así como de Sábado (suplemento cultural de Unomásuno), y desde 1985 se incorporó a La Jornada, periódico en el que, de manera ininterrumpida, publica dominicalmente su columna, Mar de historias.
Cabe resaltar que Cristina Pacheco, además de ser periodista cultural, también es narradora. Es decir, casi 38 años desde que inició Mar de Historias, que, más que columna de opinión es una serie de cuentos y relatos, usualmente divididos en tres o cuatro fragmentos, en los que Pacheco retrata la vida de los mexicanos, de aquellos mexicanos que no vemos en las series de Netflix ni en las telenovelas con personajes ricos; por el contrario, nos acerca, a través de sus palabras, a conocer la vida de los de abajo, como diría Mariano Azuela; a conocer también la vida del mexicano promedio, aquel que sale a trabajar desde muy temprano, aquel que sabe lo que es el hambre y la conglomeración, el hacinamiento en el transporte público o en el hogar, pero también el calor que se respira en aquellos sitios íntimos, el amor y la pasión al interior de las casas modestas, construidas a base de cariño, sueños y cemento.
Sus historias retratan a las personas más lastimadas por las desavenencias de la economía nacional, pero también por las injusticias sociales, a aquellas personas que son olvidadas por su edad.
Las historias de Mar de historias han sido publicadas en varios libros de la autora, basta mencionar Sopita de Fideo (1984), El corazón de la noche (1989), Limpios de todo amor (2002), Humo en tus ojos (2010), Mar de historias: relatos del México de hoy (2011), entre muchos otros libros más de relatos. El eterno viajero (2016), hasta ahora su último libro, lo escribió posterior a la defunción de su compañero de vida, el escritor José Emilio Pacheco, de quien adoptó el apellido, un libro lleno de nostalgia, quizás uno de sus libros más íntimos, en donde merodea la pérdida, el duelo.
Entre sus libros de crónicas y entrevistas literarias, se encuentran: Orozco, iconografía personal (1987), Oficios de México (1993), Los dueños de la noche (2001), Al Pie de la Letra. Entrevistas con escritores (2001) y, sin duda alguna, mi favorito en este género: La luz de México: entrevistas con pintores y fotógrafos (1989). La lista sigue, no menciono todos porque son bastantes, incluso tiene más de cinco libros de literatura infantil y juvenil.
Su capacidad creativa es asombrosa, lo muestra en el arte de la conversación en su programa Conversando con Cristina Pacheco, que inició su transmisión —ininterrumpida— en 1997 y hasta la fecha continúa. Tanto Aquí nos tocó vivir como Conversando con Cristina Pacheco, se han adaptado a la virtualidad para continuar sus transmisiones.
En Conversando…, Pacheco entrevista a figuras notables en las artes, la cultura, la ciencia y el deporte. Por ese foro han pasado Silvia Pinal, Chavela Vargas, Carlos Fuentes, Xavier López “Chabelo”, Lila Downs, Natalia Lafourcade, Carlos Monsiváis, Ricardo Legorreta, Margo Glantz, Alejandro González Iñárritu, Daniela Romo, Tenoch Huerta, Pedro Friedeberg, Jacobo Zabludovsky, entre una larga lista de invitados más.
Su incursión en el periodismo televisivo comenzó en el programa Séptimo Día de Canal 13, en el cual mantenía conversaciones con el poeta Renato Leduc, quien fuera esposo de Leonora Carrington. En 1977 entró a Canal Once, como comentarista en Así fue la semana y manteniendo conversaciones con el escritor Juan de la Cabada en De todos modos Juan te llamas.
Cristina Pacheco ha sido multipremiada: Premio Nacional de Periodismo en la categoría Entrevista (1985), Mejor Programa de Servicio a la Comunidad (1986), por su Trabajo en la Crónica (1987), Premio Latinoamericano de Periodistas por su labor informativa (1988), Premio Rosario Castellanos (1996), Medalla al Mérito Ciudadano (2000), entre muchos otros más, y el más reciente, que recibió el pasado 7 de diciembre, fue el Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2022, un premio instaurado en 2018, del cual han resultado galardonadas en sus tres ediciones anteriores: la cuentista y ensayista Beatriz Espejo (2018), la poeta y traductora Pura López Colomé (2019) y la poeta y traductora Tedi López Mills (2021). El jurado estuvo conformado por Paula Abramo, Flor Cecilia Reyes y Pura López Colomé.
Los libros de Cristina Pacheco me han acompañado a todos lados, en el transporte público de la universidad al centro de Toluca, en jardines y explanadas y hasta en camas de hospital, antes y después de alguna cirugía. Tal vez ha sido ese cariño a su trayectoria el que me ha llevado a escribir esta columna que llevaba mucho tiempo pensando en escribir, y que aprovecho su más reciente galardón para hacerlo.
Con la sencillez y humildad que la caracterizan, y con bolígrafo en mano —un rasgo desde siempre suyo— destinó un par de minutos al momento de su entrega, aclarando que nunca se ha sentido cómoda con los discursos y que más que un discurso, es un profundo agradecimiento, mostrando toda su gratitud hacia el jurado y al público de manera sucinta.
Felicito desde aquí, con gran afecto, a la escritora y periodista Cristina Pacheco, no sólo por este premio, sino por toda su trayectoria y la influencia que ha ejercido en mí, así como sus contribuciones al periodismo cultural y al periodismo narrativo a través de sus historias.
Évolet Aceves
Twitter: @EvoletAceves
Instagram: @evolet.aceves
Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.
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