14 diciembre, 2022
Estudiantes de artes del INBAL lograron que las autoridades se comprometan a dar respuesta a la falta de materiales, herramientas, desgaste de suelos, techos, equipos e instalaciones, lo que les impide tener una formación y educación digna
Texto: Daliri Oropeza Alvarez
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- Quienes atraviesan esta protesta no creen que lo sea. Jóvenes, estudiantes de artes, dan un inusual espectáculo de danza contemporánea, folklórica, performance, canto, música, malabares, pintura, en la explanada de Bellas Artes para exigir una educación digna. Paseantes se detienen a apreciar, estudiantes acuden a informar.
Hay muchas sonrisas en la en la explanada, pero también muchas ojeras de cientos de estudiantes que llegan a la protesta para exigir a las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) que se presenten, que den la cara, que no están de acuerdo con los recortes presupuestales y que sus escuelas se destruyen por la falta de mantenimiento y herramientas para su aprendizaje. Servicios básicos como baños adecuados, comedores o médicos.
Una manta se ubica en el cimiento de esta sonora protesta: “Escuelas del INBAL por la defensa de la educación pública digna”. Cantan y bailan, además gritan consignas durante las presentaciones multidisciplinarias. Exigen un alto a los recortes al presupuesto de cultura.
Danzan mientras inicia la asamblea y también en lo que llegan las autoridades del INBAL, a quienes invitaron con anticipación y advirtieron: si no vienen, marcharemos hasta el Complejo Cultural del Bosque para que reciban los pliegos petitorios.
Son estudiantes de 11 escuelas: la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, la Academia de la Danza Mexicana, la Escuela Nacional de Danza Nelly Campobello, la Escuela Nacional de Danza Folclórica, del Conservatorio Nacional de Música, del CENART, la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda», Escuela Nacional de Arte Teatral, Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, Escuela Superior de Música, y la Escuela de Diseño.
No están presentes pero entregaron pliego petitorio las escuelas de Artesanías, de Laudería de Querétaro y el Centro de investigaciones Coreográficas. Todas juntas participan en las asambleas interescuelas para exigir mejorar la educación, una red de estudiantes de artes que se conoció y lleva más de cuatro reuniones para intercambiar su situación.
Dos mujeres suben hábilmente en los hombros de sus compañeros mientras la alegre multitud les rodea antes de iniciar la asamblea. Cada una porta un cartel que dice “L@s artistas no viven de aplausos” y “Arte y cultura contra la dictadura”.
Entre canciones y danzas, comienza la asamblea en un gran círculo cuyo perímetro abarca la totalidad de la explanada central. Deciden hacer una pausa hasta que lleguen las autoridades. Después de dos horas de espera, llegan. Corean al son de un pandero “la cultura no se vende, la cultura no se da, porque tiene estudiantes con mucha dignidad”.
Los pliegos petitorios que leen contienen demandas casi idénticas, las 14 escuelas involucradas leen los mismos problemas, las exigencias se repiten una y otra vez en cada lectura peticionaria: instalaciones seguras, rehabilitadas en los pisos, los techos, los salones. Herramientas adecuadas, que funcionen, tanto para música, teatro, artes visuales, fotografía, cine. Caballetes, madera, sillas, restiradores.
“En el Centro Nacional de las Artes, nuestro plantel propiamente es un plantel rentado y se nos cae el techo, o sea, de entrada cómo es esa parte… ¡el techo! Los chicos de órgano, por ejemplo, no tienen un instrumento decente ”, asegura Mariemmy Romero, estudiante de canto operístico de la Escuela Superior de Música.
Una demanda reiterada es reparar los baños, contar con agua, con gas para bañarse, papel higiénico. Reparar los pianos, las ampliadoras para revelar foto, las duelas para bailar, entre otras tantas de herramientas que requiere cada disciplina. Además exigen la implementación de un protocolo contra la violencia que realizaron estudiantes delCentro Nacional de las Artes (CENART) organizadas en la colectiva Morras Cenart.
Las estudiantes además exigen una auditoría interna y externa del uso de los recursos públicos, pues argumentan que no hubo mejora en los planteles con los recursos ejercidos durante la pandemia, cuando no asistían a clases.
Estudiantes describen que ahora hay sobrepoblación de alumnos y en la Esmeralda, por ejemplo, no alcanzan las sillas para todos los alumnos de un grupo, ni las herramientas que ahora usan hasta dos grupos al mismo tiempo, que perdieron sus clases en la pandemia y ahora los requieren grupos de distintos semestres.
Las autoridades que atienden la protesta lúdica son Pedro Fuentes Burgos, subdirector general de administración del INBAL; de la subdirección de Educación e Investigación Artística acude Manuel Montes Serrano, director de asuntos académicos; Margarita Villagomez Badillo, directora de Servicios Educativos; Andrés Salinas Pineda, director de planeación educativa.
Asisten también Carmen Bohorquez, directora de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea; Miriam Rosario González García, directora de la Academia de la Danza Mexicana; Jessica Lezama, directora de la Escuela Nacional de Danza Nellie Campobello; Julio Quintero, director de la Escuela Nacional de Danza Folclórica.
Cuando se presentan, las alumnas hacen notar la ausencia de Lucina Jiménez, directora del INBAL; de Silvia Navarrete, directora del Conservatorio Nacional de Música; así como de Mónica Hernández Riquelme, subdirectora de Educación e Investigación Artísticas, quien llega tarde al evento, al igual que Lydia Margules, directora de Escuela Nacional de Arte Teatral.
“El INBAL debe dinero. ¿Dónde está el presupuesto?”, corean mientras la subdirectora de Educación e Investigación firma el pliego petitorio que recibe.
La gran red de estudiantes está formada por representantes de cada una de las 14 escuelas.
“Pedimos también una auditoría, pues tenemos algunos documentos de cosas que se han pedido años antes, que iremos sacando a la luz poco a poco para dar contexto de que pues las peticiones han sido ignoradas”, asegura Francisco, estudiante de artes visuales de La Esmeralda.
Ingeniosas consignas que que cantan y bailan por más de cuatro horas de manera intermitente y sobre todo, las gritan cuando las autoridades están presentes: “Quiero una cultura viva, personal con dignidad, mantenimiento y seguridad, artistas vamos a luchar”, resuena frente al Palacio de Bellas Artes.
Después de escuchar a las estudiantes, Mónica Hernández Riquelme. la subdirectora de Educación e Investigación Artísticas, concede una entrevista a Pie de Página. Asegura que “el compromiso que tenemos es completo, en realidad siempre ha sido la posición del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de estar abiertos al diálogo en todos los temas”.
Compromete fecha con los estudiantes para emitir una respuesta a sus peticiones: 10 de enero del 2023 después de analizarlas y sistematizarlas. Hernández Riquelme, sin embargo, no confirma que asistirá al recorrido por las instalaciones convocado por estudiantes, asegura que se hacen recorridos constantes y ha dado mantenimiento a las escuelas.
Respecto al presupuesto, la subsecretaria de Educación del INBAL dice: “Hace mucho, te digo, es casi histórico que no reciben mantenimiento… toda la infraestructura en general. Entonces se ha tratado de buscar los presupuestos necesarios en las instancias correspondientes para atenderlo y estamos trabajando. No ha habido reducción del presupuesto, al contrario. Si no me parece que está asignado de forma diferente”.
Por su cuenta, Pedro Fuentes Burgos, subdirector general de administración del INBAL, asegura que fue “una adecuación presupuestal que tuvimos por parte de la Secretaría de Hacienda con el apoyo de la Secretaría de Cultura” y declaró que “todas las instituciones públicas estamos sufriendo un poco con el presupuesto, por razones naturales del control presupuestal que requiere el gobierno federal para no sobrepasarse en el gasto público”.
Con danza, canto de ópera y de trova, termina la histórica asamblea en donde las estudiantes lograron que los funcionarios se comprometieran con sus exigencias.
En el presupuesto de egresos del 2022, al ramo de la Secretaría de Cultura asignaron $15,028,490,017 (quince mil veintiocho millones, cuatrocientos noventa mil diecisiete pesos) mientras que lo aprobado en 2021 es de $13,985,117,395 (trece mil novecientos ochenta y cinco millones ciento diecisiete mil trescientos noventa y cinco pesos). Para el 2020 asignaron $12,894,090,259 (doce mil ochocientos noventa y cuatro millones noventa mil doscientos cincuenta y nueve pesos).
En el proyecto de Presupuesto de egresos para 2023, asignaron 15,925,050,769 (quince mil novecientos veinticinco millones cincuenta mil setecientos sesenta y nueve pesos), un incremento de $896,560,752 (ochos cientos noventa y seis millones, quinientos sesenta mil setecientos cincuenta y dos pesos).
El presupuesto sin embargo, está lejos de lo que recibe la Secretaría de la Defensa Nacional, por ejemplo, que tiene un aumento de $7,803,732,726 (siete mil ochocientos tres millones setecientos treintadosmil setecientos veintiséis pesos) en el presupuesto como aumento y pasa de $104,107,905,551 en 2022 a $111,911,638,277 en el proyecto de presupuesto de egresos para 2023.
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