25 noviembre, 2022
Este viernes se inaugura la exposición Hilando Memoria, tejiendo justicia, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. En ella podrán encontrar la historia de lucha por justicia y memoria para las mujeres arrebatadas por la violencia machista contada desde los bordados de sus madres acompañadas por la Colectiva Las siemprevivas
Texto y fotos: María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- La exposición «Hilando Memoria, tejiendo justicia», que estará en el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco desde este viernes hasta el 25 de febrero de 2023, reúne una serie de bordados que la colectiva de acompañamiento Las siemprevivas ha realizado en marchas y protestas junto a madres de víctimas de feminicidio, desaparición y sobrevivientes de violencia machista.
Las siemprevivas son una colectiva mexicana que por medio del bordado acompaña los procesos de recuperación de memoria de las mujeres afectadas por la violencia patriarcal. Por medio del bordado reconstruyen las historias de vida a partir de la memoria compartida de las madres de víctimas de feminicidio o desaparición.
Este año Alejandra López, cofundadora de Las siemprevivas, profundizó en el tema del rescate a la memoria por medio del bordado y lo que comenzó siendo una tesis terminó en la repapropiación del bordado por un grupo de madres que este viernes expondrán las mantas con las que cuentan las historias de vida de sus hijas.
“Esta exposición surgió deel andar colectivo de estos años con las madres que acompañamos la colectiva Las siemprevivas. En un proyecto de investigación que tenía, pensé en usar justo lo que usábamos en la calle, que era el bordado, para poder explicar o contar la historia de otra forma acerca de su lucha y de cómo ellas identificaban o representaban su propia lucha. Y a partir de ahí surgió la idea de exponer esos bordados y empezamos a mostrar que hay otras formas de contar la historia y de mostrarle al mundo quienes eran ellas”, cuenta Alejandra López.
La exposición reúne mantas históricas, desde la primera que la colectiva realizó para acompañar a la familia de Lesvy Berlín Rivera Osorio hasta las últimas realizadas durante el último año en encuentros colectivos de bordado:
“Juntamos estos retacitos de tela que hemos venido construyendo, que van sembrando la memoria colectiva de nuestras compañeras, luego nos dimos cuenta que eran demasiados y que podían ser esa historia que se contará desde acá. Las mamás empezaron a pensar que querían construir sus propias mantas e historias y puso un corazón particular en cada una de ellas”.
El bordado se ha vuelto una forma de resistencia para estas mujeres a quienes les ha ayudado durante los últimos años a sobrellevar el dolor que implican los feminicidios. Cuentan que juntarse a borrar se ha vuelto una forma de contarle al mundo que están haciendo otras cosas para enfrentar lo que sucede.
Durante el último año se juntaron cada domingo en la Glorieta de las Mujeres que Luchan para bordar parte de las mantas que conforman la exposición. Además durante varios meses convocaron a un cineclub donde proyectaron documentales sobre bordados de resistencias:
“Lo que queríamos hacer con las proyecciones era compartir con las mamás la historia de otras mujeres que en América Latina han usado el bordado como una forma de protesta, como una forma de construir memoria, de decirle al mundo que se violan los derechos humanos. Entonces proyectamos documentales sobre las arpilleras en Chile, sobre las juntanzas de bordado en Colombia, los costureros colombianos de bordado. Para las mamás pensar que había otras mujeres haciendo esto generó que el bordado cobrara otro sentido. Nosotras llevábamos tiempo acompañándolos desde ahí y en ese colectivo de escuchar la historia de otras mujeres ellas empezaron a validar todo lo que hemos caminado y a pensar en todo lo que querían hacer y tejer y bordar ellas mismas de la historia de sus hijas”, explicó López.
La exposición es sumamente personal, hay objetos rodeados de amor como la última bata que usó Zyanya Figueroa Becerril, doctora víctima de feminicidio en Puebla. Su mamá, Patricia Becerril, la guardaba con mucho cariño y decidió que ésta fuera bordada. La bata será parte de la exposición este viernes.
“En esta exposición se mostrarán los trabajos que hemos elaborado alrededor de un año sobre todo fuera de las audiencias en Puebla o Estado de México. Esperemos que para las personas que nos acompañarán el 25 de noviembre esta exposición les permita ver más allá de lo que es el feminicidio y conozcan quienes eran nuestras hijas en vida, cuáles eran sus proyectos, sus gustos. Es una manera de honrarlas y visibilizar los casos de nuestras hijas, de los cuales muchos de ellos siguen abiertos”, expresó Patricia Becerril, madre de Zyanya.
Andrea Soto, ,mamá de Verónica Soto asesinada el 1 de noviembre del 2019 en el Estado de México, cuenta su experiencia en la creación de la exposición:
“Yo no sabía bordar, empezamos con un pequeño bordado y de ahí nació la idea de bordar una gran manta. La mía se llama ´Memorias de una vida robada´, donde varias personas de mi familia y amigos y personas que no la conocían bordaron una pequeña memoria de mi hija para esa manta” compartió.
Andrea Soto explica que el proceso de bordado tiene dos caras, es muy doloroso pero a la vez luminoso:
“Cada puntada, cada idea de plasmarlas a ellas y lo que fueron, duele. Pero por otro lado es la esperanza para tal vez un día lograr que se haga justicia y que no sean olvidadas. Esa es la razón de esta exposición”, expresó.
Lidia Florencio, madre de Diana Velazquez Florencio, también forma parte de la exposición. Ella cuenta que no tiene claro desde cuándo tiene contacto con Las siemprevivas, porque la vienen acompañando desde hace mucho tiempo:
“Han hecho la mantita de Diana cuando fueron las audiencias y siempre están buscando la manera de visibilizar los rostros de nuestras hijas, contar sus vidas, no nos queda más que agradecerles por ese bello acompañamiento que nos dan a nosotras las madres”, recuerda.
Florencio menciona que esta exposición es una forma muy importante de visibilización de sus luchas:
“No se trata nada más de estar en las fiscalías, hay que abrir la cultura, por ejemplo en este centro cultural; que llegue a más personas, a más sectores, que no nada más nos conozcan porque marchamos en las colonias donde fueron asesinadas nuestras hijas. Que también la cultura se integre a este grito de justicia. Es algo que nos trae a la memoria a nuestra hijas y logra que de alguna forma ellas no están muertas porque siguen viviendo en cada mujer, en cada compañera que da esa puntada para traerlas a la memoria”.
Florencio
La curaduría estuvo a cargo de Julia Antivilo, directora de la Cátedra Rosario Castellanos de Arte y Género de la UNAM. Cuando le pidieron que realizara la curaduría de inmediato dijo que sí, ya que, destaca, son mantas históricas que se han construído en el acompañamiento durante años de resistencia y dolor.
En el artivismo feminista y su curaduría el trabajo en conjunto es esencial, es un tema que atraviesa a todas las mujeres por lo que la curadora lo considera debe hacerse de manera horizontal, pensar en qué quieren, qué queremos y cómo puede resolverse:
“Me base en las experiencias de ellas, en conversaciones con ellas. La primera parte es memoria viva, semblanzas de las compañeras que ya no están recordadas en palabras de sus madres. La que sigue es el corazón: las mantas, hay grandes y pequeñas. Luego los fotocoles, fotos y videos de Las siemprevivas y sus acciones”.
Antivilo.
El próximo viernes las mujeres detrás de esta expo esperan expandir sus resistencias a las personas que visiten la sala del CCU Tlatelolco y que cada persona se lleve un cacho de la historia contada desde las vivencias de estas luchadoras:
“Cada una de las piezas que están aquí tiene todo un proceso y una forma de cómo decidimos llegar acá y cómo las mamás confiaron en nosotras para llegar aquí. Del proceso de acompañamiento que hemos pensado, el cual es de ida y vuelta. Nosotras las acompañamos pero ellas nos acompañan a nosotras todo el tiempo en las tristezas del mundo, pero también en las alegrías. Queremos que está expo sea eso sea una forma de decirle al mundo que, a pesar de tanto dolor y de todo lo que duele que todos los días asesinan a once mujeres en el país, nosotras decidimos remendar desde el amor, la digna rabia, la alegre rebeldía y todo lo que las mamás nos comparten”.
Alejandra López de Las siemprevivas.
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