Maestras y maestros de Guerrero llegaron a la capital del país para reabrir el diálogo con el gobierno federal sobre su pliego petitorio: derogación de la Ley del ISSSTE, recategorización de las claves bajas con mejores condiciones y basificación de mil 500 maestros eventuales
Texto: Kau Sirenio
Fotos: Alexis Rojas
CIUDAD DE MÉXICO.- Los profesores de Guerrero llegaron a Ciudad de México con las mismas necesidades que hace 33 años. Cuando la caravana partió de Chilpancingo hacía el capital del país, en aquellos años luchaban contra el charrismo sindical, en esta ocasión pelean para que mil quinientos jóvenes se basifiquen.
Los maestros integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de Educación Guerrero (CETEG) salieron de Chilpancingo, recorrieron comunidades y ciudades hasta llegar a Tres Marías Huitzilac, Morelos, donde descansaron una noche y de ahí avanzaron hacia el corazón político del país.
“Somos más de la mitad de los que van esta caravana que no tenemos base. Cada seis meses nos renuevan el contrato”, explica el profesor German Cantú.
El profesor egresó de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa en 2016, a partir del ciclo escolar 2016-2017 trabajó con maestro eventual con el deseo de conseguir la base, sin embargo esto no ocurrió.
En la caravana viene la profesora Gloria Ramírez, ella trabaja por contrato en las comunidades ñuu savi de Santa Cruz Yucucani, municipio de Tlacoachistlahuaca. La mayoría de los profesores que llegaron a Ciudad de México trabajan en las comunidades indígenas de la Costa Chica y Montaña de Guerrero.
La demanda central del magisterio guerrerense es la reinstalación de la mesa de diálogo para analizar el pliego petitorio: Derogación de la ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), recategorización de las claves bajas y basificación de mil 500 maestros eventuales.
La mañana de este lunes, los maestros de la CETEG, antes de iniciar la caravana a la capital, almorzaron mole y huevo revuelto acompañado de frijoles, tortillas y una taza de café. Luego se organizaron para reanudar la marcha hasta la caseta de cobro de Tlalpan, al sur de Ciudad de México, ahí instalaron la protesta durante tres horas para recabar cooperación con los automovilistas.
En 1989, la disidencia de la sección 14 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) realizó una caravana de Chilpancingo a Ciudad de México, en aquellos años, los profesores fueron traicionados por sus líderes y tuvieron que regresar en Tres Marías; hoy no hubo decepción, todos caminaron hasta el siguiente punto, el polideportivo del Sindicato Mexicano de Electricistas.
La bandera roja con las siglas de la “CETEG” ondeó entre los carriles de la caseta de cobro, allí, los profesores tomaron el control de las plumas y empezaron a dar paso a los automovilistas a cambio de una cooperación voluntaria.
La toma de la caseta de cobro tomó por sorpresa a los vigilantes de seguridad privada y elementos de Guardia Nacional (GN). Mientras que los cobradores de los módulos extraen bolsas repletas de billetes de distintas denominaciones para llevarlos a un lugar seguro.
Minutos después, llegaron los de GN a preguntar a los maestros de la CETEG. «¿Por qué tomaron la Caseta de cobro?, “¿De dónde vienen?, ¿Cuál es su demanda?”. Los profesores solo se limitaron a contestar, pero en cuestión de segundos llegaron como enjambre maestras con sus cartulinas garabateadas para explicar las causas del movimiento magisterial.
Después de la plática, militares y docentes negociaron para desbloquear la autopista, aunque nunca estuvo cerrada, porque todos los automovilistas pasaban sin contratiempo. La protesta duró tres horas en la caseta de cobro de Tlalpan. Los maestros de la CETEG liberaron la Autopista México-Cuernavaca cuando los automovilistas dejaron de circular en ese tramo debido a la protesta que los vecinos de la colonia San Pedro Mártir mantenía sobre la arteria en protesta por falta de agua.
Los maestros guerrerense avanzaron después de que los colonos de San Pedro Mártir de la alcaldía Tlalpan abrieron el paso en la autopista México-Cuernavaca tras llegar acuerdo con el gobierno de la Ciudad de México. Con el grito de «queremos agua» terminó la protesta que duró cuatro horas.
La caravana llegó a las instalaciones del Polideportivo del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), donde fueron recibidos por organizaciones sociales y sindicalistas que le ofrecieron cena y espacio para descansar. Este martes la caravana llega al zócalo de Ciudad de México.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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