El Día Internacional de la Niña nos invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer sus derechos, así como a visibilizar algunos de los problemas particulares que enfrenta este grupo de la población en México. Diez niñas nos comparten un poco de sus aspiraciones y visiones para poder ver el panorama desde su mirada
Por María Elena Ortega* Tw: Tw: @MariaElenaOrte9 / MUxED
El 11 de octubre se conmemora el 10º aniversario del Día Internacional de la Niña. En este día no solo celebramos a las niñas y adolescentes del mundo, sino que también buscamos reconocer sus derechos y atraer la atención a las problemáticas particulares que enfrentan.
En esta última década se han dado importantes avances para mejorar las oportunidades de las niñas y adolescentes en términos de educación, salud y bienestar. Sin embargo, los estereotipos de género, normas sociales y expectativas culturales que afectan a este grupo han cambiado lentamente. Aún hay un gran camino por recorrer para escuchar sus voces, concienciar a la población sobre los desafíos, invertir para atender sus necesidades, trabajar en su empoderamiento, y promover el desarrollo de su potencial.
En México, como en otros lugares del mundo, las niñas suelen enfrentar más obstáculos que los niños. Cuando pensamos en las problemáticas que enfrentan las niñas, muchas veces pensamos en los casos más extremos y lejanos; en niñas como Malala que sufren violencia por luchar por lo que quieren. No obstante, dentro de México existen distintas realidades, en varias de las cuales las niñas siguen enfrentando discriminación, violencia física o psicológica, trabajo infantil, embarazo adolescente, e incluso matrimonio infantil. Factores como la discapacidad, desnutrición, falta de acceso a servicios básicos, pobreza, migración, pérdida de padres, narcotráfico y explotación exponen a las niñas y adolescentes a una mayor vulnerabilidad, la cual se ha agudizado durante la pandemia.
Estas son algunas estadísticas sobre la realidad de las niñas y adolescentes en México:
Es importante recordar que detrás de cada número de estas estadísticas existe una niña o una adolescente con un potencial por desarrollar y sueños por cumplir. Como persona adulta es difícil escribir desde la perspectiva de las niñas (seguramente tengo muchos sesgos), así que le pedí a 10 niñas entre 5 y 12 años en México que me compartieran su visión.
Entre estas 10 niñas entrevistadas, vemos futuras veterinarias, doctoras, futbolistas, gimnastas, pintoras, chefs, maestras, pilotos aviadores y princesas (pero de la nueva generación, como Elsa o Valiente). Cuando hablamos de las cosas que más les gustan de ser niñas, en realidad mencionaron cosas que no tenían tanto sesgo de género (pensaron en la etapa de la vida no en el género) como poder ir a la escuela (especialmente después de dos años con clases a distancia), tener tiempo para jugar (porque los adultos ya no juegan), poder ser ellas mismas.
Hoy en día, a estas niñas les gusta jugar con muñecas y peluches, disfrazarse, armar rompecabezas, leer, juntar estampas para el álbum del mundial, jugar al aire libre (juegos como escondidas, infectados, recorrido, Simón dice, ir al parque, …), los juegos de mesa (Jenga, Monopoly, Uno); practicar deportes (gimnasia, voleibol, basquetbol, futbol), hacer manualidades (pulseras) y actividades artísticas (pintar), o convivir con su familia (salir de paseo, guerras de almohadas, ver películas).
Señalan que les gusta la ciudad donde viven, pero les gustaría que estuviera menos contaminada, que tuviera más parques con juegos y si se puede hasta montaña rusa, más bibliotecas para niños, albercas públicas y playa; que hubiera menos pobreza y menos tráfico. En cuanto a lo que les preocupa sobre el futuro de México mencionaron que: “haya un nuevo virus”, “que se acaben los árboles o el agua”, “la contaminación”, “los robos”, “que la tecnología no los deje ser sanos”, “que los gobernantes tomen malas decisiones”, “que vuelvan a cerrar las escuelas”.
Este grupo de niñas les quiere decir a los adultos que: “no trabajen tanto”, “sonrían más”, “no se peleen ni regañen tanto”, “dejen de estar pegados a los celulares”, “jueguen más con ellas”, “no solo piensen en ellos”, “les compren un helado”. Sus mensajes para compartir con otras niñas de México son que: “no se den por vencidas”, “no se rindan”, “nadie las limite,” “son igual de importantes que los niños”, “sean valientes”, “sean como ellas son”, “aprendan a compartir”, “no molesten a nadie por ser diferente”, y “sepan que las niñas pueden cambiar al mundo”.
Establecer un Día Internacional de la Niña es un paso importante, pero no suficiente, para detonar conversaciones y empezar a visibilizar algunas de las grandes problemáticas que enfrentan las niñas. Tanto las escuelas como las familias podemos jugar un papel clave en el empoderamiento de las niñas y adolescentes para la toma de decisiones y la realización de su plan de vida. A la par, debemos trabajar por transformar las estructuras que refuerzan o perpetúan las desigualdades de género.
La tarea que nos llevamos hoy es seguir generando las condiciones y oportunidades para que las niñas y las adolescentes en México puedan alzar la voz y sean escuchadas, desarrollen todo su potencial, y alcancen sus sueños.
Hoy no olvidemos escuchar las voces de las niñas y las adolescentes a nuestro alrededor.
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*María Elena Ortega es integrante de MUxED. Economista con Doctorado en Educación. Se especializa en el diseño, monitoreo, evaluación y aprendizaje de programas educativos y laborales. Es madre de tres maravillosas e inquietas niñas que se encargan de que sus voces sean escuchadas e incluso de que sus gritos resuenen en toda la cuadra.
Email: meo299@mail.harvard.edu
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