24 agosto, 2022
La familia de Julio César Mondragón, asesinado en los ataques a normalistas en Iguala, pide al gobierno mexicano que aclare por qué señala que el estudiante era un objetivo prioritario de Guerreros Unidos y reclama también que el GIEI lo haya dejado fuera de su último informe
Texto: Marlén Castro / Amapola Periodismo
Fotografía: Cortesía
CHILPANCINGO, GUERRERO.- La familia del normalista de Ayotzinapa Julio César Mondragón Fontes, torturado y desollado vivo en los ataques en Iguala, exigió al gobierno de Andrés Manuel López Obrador explicar por qué a él lo asesinaron con esa saña y por qué dicen en su informe que era “un objetivo prioritario”, que salió de la Normal “prácticamente sentenciado a muerte”.
La familia del estudiante Julio César Mondragón Fontes y el colectivo Somos los ojos y el rostro de Julio fijaron su posicionamiento este martes en torno a las revelaciones de la Comisión para la Verdad y Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj) y exigieron que les aclaren información en torno al caso de Julio César.
Para empezar, los familiares y el colectivo plantean en un comunicado que los resultados preliminares de la Covaj lejos de aclarar sus interrogantes, les generan otras dudas.
No aclara, dicen, «¿quiénes son los responsables del asesinato de nuestro familiar, ni por qué precisamente a él lo ejecutaron con la saña con la que lo hicieron?»
Los familiares de Mondragón se refieren a los resultados preliminares informados por el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas Rodríguez, el pasado 18 de agosto, donde, dicen, se da a conocer que esa tarde del 26 de septiembre del 201, Julio César salió de la Normal “prácticamente sentenciado a muerte” (aunque esta frase textual no está así en el informe).
Reclaman por qué en ocho años de investigación ninguna autoridad competente les explicó por qué Julio César “era un objetivo prioritario de los Guerreros Unidos”. Se refieren al grupo del crimen organizado que tenía el control de Iguala.
También reclaman por qué nadie les dijo que desde que salió de la Normal la tarde del 26 de septiembre del 2014 “alguien lo había señalado y sus asesinos lo tenían identificado desde entonces”.
Preguntan: “¿Quién o quiénes pusieron a Julio César? ¿Quién o quiénes le dieron seguimiento a sus actividades dentro de la Normal?”
Más interrogantes: “¿Por qué el gobierno de México no ha mencionado que en la Normal Rural había un grupo de infiltrados que informaban no solo al narco, sino al Ejército, a la Policía Federal y a los gobiernos estatal y municipales de Tixtla y de Chilpancingo?”.
Cuestiona este comunicado de por qué el informe de la Covaj señala únicamente al normalista Julio César López Patolzin como informante “cuando nosotros contamos con testimonios que indican que había por lo menos 23 alumnos infiltrados”.
Exigen al gobierno federal y a las instancias correspondientes e investigadoras responder a todas estas preguntas.
Los familiares también reclaman que no hayan sido convocados a la reunión con Alejandro Encinas, en la que se informó de los resultados preliminares. Agregan que así ocurre en estas investigaciones
Del actual gobierno federal.
La familia de Julio César exigió a la Covaj investigar a los ex alumnos Manuel Vázquez Arellano, alias Omar García, actualmente diputado federal por Morena y a David Flores Maldonado, quien en septiembre del 2014 era secretario general del Comité Estudiantil Ricardo Flores Magón de Ayotzinapa.
Dicen que estos dos personajes y todos sus allegados en la Normal son señalados como infiltrados por la comunidad estudiantil, en ese 2014.
Reclaman que la Covaj “los haya cobijado pese a la información que se tiene de cada uno de ellos”.
Agregan que las autoridades saben lo que pasó y quién dio la orden “pero no sabemos por qué los encubren y protegen”.
La familia y el colectivo destacan las cualidades y el liderazgo que Julio César mostró en el poco tiempo que estuvo en Ayotzinapa.
Estaba en contra de que se lucrara en nombre de la lucha social y era enemigo de quien se dijera revolucionario y en la práctica mostrara ser lo contrario”.
Aseguran que estas características “incomodaban a algunos miembros de la cúpula estudiantil de Ayotzinapa, cuyos discursos de lucha y prácticas de poder sólo buscaban su beneficio personal”.
Plantean en este comunicado que el asesinato de Julio César podría ser parte de una “limpieza social” que se refiere a la eliminación de líderes incómodos para el Estado, para las fuerzas fácticas que lo componen y para el complejo tinglado de intereses que en ese tiempo representaba Ayotzinapa.
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Reclaman que a Julio César lo dejaron fuera del tercer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), publicado en marzo pasado.
Lo mismo ocurrió con el los casos de los otros dos normalistas asesinados esa noche en Iguala y del estudiante que desde entonces está en estados vegetativo.
Preguntan al gobierno de México y al GIEI ¿Cuándo serán convocados para tratar el tema, para que les informen de los avances?”
En el informe de la Covaj, dicen, le dedican a Julio César apenas cinco renglones.
*Esta nota fue realizada por AMAPOLA PERIODISMO, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a pie. Aquí puedes leer la original.
Es originaria del estado de Guerrero, en donde ha sido reportera durante 26 años, cubre principalmente temas de derechos humanos relacionados con los efectos sociales, ambientales y de salud en las comunidades, a causa de los proyectos extractivistas. Actualmente es coordinadora general del medio digital Amapola. Periodismo transgresor.
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