La desesperación inundó a Óscar Kábata, quien ante la omisión de las autoridades y la mermada salud de su madre brincó las rejas de la Secretaría de Gobernación para exigir justicia y castigo a sus torturadores del Ejército. Fue llevado al MP donde, tras maltratos y burlas de las autoridades, acusa, un juez determinó su libertad
Texto y fotos: Daliri Oropeza Alvarez
CIUDAD DE MÉXICO.- Laura Kábata sonríe porque el plantón regresó a su ambiente amigable después de que un juez otorgó la libertad a su hijo Óscar Kábata, víctima tortura física, sexual y psicológica por parte del Ejercito, detenido después de una desesperada protesta el viernes 28 de octubre en la que se brincó las rejas de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Entre las lonas instaladas en Bucareli, inmersa en el ruido del tráfico cotidiano, Laura denuncia la revictimización que Óscar sufrió con los policías que lo detuvieron o con la fiscal del Ministerio Público a cargo del caso, además de diversas irregularidades en el proceso.
Acusa que alrededor de 10 policías lo detuvieron y aplastaron su cara contra el sillón provocándole asfixia y con esto revivió la pasada tortura. La fiscal del Ministerio Público puso en duda durante el juicio, de manera burlona, su situación de persona agredida por el Ejército.
Óscar Kábata asegura que nunca le dijeron el motivo por el cual lo detuvieron, hasta que llegó al juicio. Reconoce que lanzó una piedra pero que no vio que se rompiera nada. Habla de lo que lo llevó a protestar al interior de Segob, después de que le diera una convulsión y rabia de ver su situación tan mermada:
“Fue la la desesperación… De que a mi mamá un día antes le había dado un preinfarto y nadie hizo nada, la desesperación de que nos tengan aquí injustamente, en la desesperación porque burlan las leyes y juegan con nosotros. Eso fue lo que me hizo escalar la la reja”.
Describe Óscar mientras fuma un cigarrillo.
Pasó 55 horas desde la detención, el ministerio público y luego el traslado al Reclusorio Oriente para el juicio. Con irregularidades, señala, los ministeriales no dejaron pasar a Laura a verlo, y al abogado lo aplazaron. Laura cuenta que primero les dijeron que estaba detenido por disturbios, aunque después cambiaron a daño a propiedad.
Óscar y su mamá llevan tres meses frente a la Secretaría de Gobernación, pero más de dos años con varios protestas y plantones ante esta dependencia y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Se acompañan de otros familiares de víctimas que protestan ahí, como Flora Marcelo, quien exige justicia por el feminicidio de su hija Ayelin Iczae Gutiérrez Marcelo, cuyo caso cumplió dos años.
Hace una semana tomaron juntos las entradas de la Oficina Jurídica de Segob, justo del otro lado de Bucareli y hasta ahora impiden el paso del personal.
“Es una tontería el que a una víctima de violaciones tan graves la detengan por algo tan insignificante y, que alguien que en verdad ha violado la ley no lo detengan. Ellos querían lo peor para la víctima, que ya de por sí es víctima. Y no lo lograron”, dice Óscar.
Kábata sigue con la exigencia de castigo pendiente al general Felipe de Jesús Espitia, quien estuvo al frente del Operativo Conjunto Chihuahua, que lanzó el entonces presidente Felipe Calderón, bajo el cual sufrió tortura física, sexual y psicológica durante 96 horas a los 17 años. Ahora tiene 30.
Diversos medios han reportado que el general Felipe de Jesús Espitia ha sido señalado por tortura, además que su historial como militar está resguardado sin acceso público.
Laura Kábata asegura que lo que sucedió estos días con el juez es una victoria para ellos, dentro de la serie de atropellos, irregularidades y omisiones que han vivido en estos 13 años de lucha por la justicia.
Para ella, todo en el juicio apuntaba inculpar a Óscar y que siguiera el proceso penal. A ella no la dejaron pasar como testigo, solo como público. Le avisaron una hora antes al abogado que sería el juicio, cuenta Laura.
Recuerda que no es la primera vez que un familiar de víctimas se brinca las rejas en protesta. Por eso no le pareció motivo de detención, sin embargo, después de que se llevaron a Óscar, a ella no le dijeron nada en Segob de lo que hicieron o a dónde se lo llevaron.
“No somos un colectivo famoso, es el primer triunfo que tenemos después de 13 años de lucha, para nosotros es lo primera vez que ganamos algo en el caso de mí hijo, esto nos indica que la lucha sigue, la lucha sigue”, asegura Laura Kábata, quien se apena del desorden que hay en el plantón después de pasar el fin de semana viendo por la liberación de su hijo.
A finales del 2020 la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) publicó la recomendación 38 VG / 2020 en la que reconoce los crímenes que sufrieron Óscar y Víctor (joven con quien fue detenido Óscar en Ciudad Juárez). La recomendación tardó 11 años en emitirse.
Óscar Kábata asegura que la lucha sigue hasta lograr lo que para él significa justicia:
“Que al culpable de 24 recomendaciones de la CNDH y una recomendación de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, culpable de 7 carpetas de investigación por desaparición forzada, de las cuales dos de ellas tienen órdenes de aprensión contra Felipe de Jesús Espitia Hernández, se cumplan. Que se someta a un proceso penal, ya si el juez dictamina que no es culpable, bueno, pero que se someta al juicio. Pero el gobierno lo sigue encubriendo, te digo que es el general con más recomendaciones en la historia”.
La CNDH ordenó en 2020 a la Sedena reparar el daño de las víctimas de manera integral, con atención psicológica, con una compensación económica que sea apropiada y proporcional a la gravedad del daño en la vida de las víctimas.
Para Laura, la justicia es que “mi hijo tiene que iniciar su nueva vida. Yo tengo que regresar. Tenemos que luchar por nuestra felicidad, ¿no crees? y por el inicio de una justicia”, asegura Laura.
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