Europa a debate: el futuro de occidente va a las urnas

8 junio, 2024

Vista del parlamento europeo. Foto: Frederic-Koberl / Unsplash

Ante el ascenso de la ultraderecha y la invasión en Ucrania, 27 países de la Unión Europea renovarán su parlamento en una jornada electoral del 6 al 9 de junio, una elección que sin duda podría definir el futuro de Occidente

Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Frederic Koberl / Unsplash

CIUDAD DE MÉXICO.- La Unión Europea celebra una de las elecciones más importantes en su historia, pues renovará un máximo de 751 representantes de su Parlamento, la única asamblea legislativa multinacional del mundo elegida por voto directo.

Los comicios, que iniciaron el pasado viernes, terminan este 9 de junio, después de que los ciudadanos de los 27 países que integran la Unión Europea emitan su voto.

Esta elección cobra particular relevancia ante dos fenómenos: será la primera donde no participe el Reino Unido (después de su separación por el Brexit), además de que se realiza en medio de la invasión más grande a una nación europea después de la Segunda Guerra mundial: el conflicto entre Rusa y Ucrania.

Aunado a esto, el ascenso de la ultraderecha en Europa es otro factor a considerar, pues aunque actualmente solo 5 estados miembros de la Unión Europea se asumen como gobiernos de ultraderecha (Italia, República Checa, Finlandia, Hungría y Eslovaquia), en los Países Bajos y Bélgica posiblemente sean electos gobiernos de este corte.

A esto se le suma el acercamiento que la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, ha tenido con Giorgia Meloni, presidenta de Italia, lo cual pinta que el conservadurismo busca una alianza con la ultraderecha para asegurar intereses geopolíticos.

Ultraderecha, el fantasma que regresa a Europa

El 23 de mayo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, envió un mensaje a la ultraderechista italiana, Giorgia Meloni:

«Ella es claramente proeuropea, está en contra de Putin, ha sido muy clara en ese sentido, y está a favor del Estado de derecho. Si esto se mantiene, nos ofrecemos a trabajar juntos».

La declaración encendió las alarmas del mundo entero, pues da pie a una alianza entre la ultraderechista presidenta de Italia y el bloque conservador representado por el Partido Popular Europeo (EPP) que actualmente es el grupo más numeroso dentro de la Unión Europea, incluida su presidenta, Ursula von der Leyen.

Pero Meloni no camina sola. Su gobierno es parte de una coalición denominada como Reformistas Europeos (ECR). En esta coalición, además de su partido Fratelli d’Italia, hay partidos como Vox de España, y la coalición de Ley y Justicia (PiS), de Polonia.

El punto de consenso entre ECR y EPP es seguir apoyando al gobierno de Volodímir Zelenszki para continuar la guerra contra Rusia. Y también, para impedir que la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D) llegue a la presidencia de la Unión Europea.

De acuerdo con las últimas encuestas, la Alianza S&D conseguiría 143 escaños en el parlamento (manteniéndose como la segunda fuerza política, por debajo del EPP). En esta coalición se agrupan el Partido Socialdemócrata Alemán, el Partido Socialista de Francia, el Partido Socialista Obrero Español, el Partido Socialista de Portugal y el Partido Democrático de Italia.

No todo está decidido

La alianza entre la ultraderechista ECR y el conservador EPP logra consumarse, el centro derecha y la ultraderecha podrían convertirse en la primera fuerza política en el Parlamento Europeo con 249 curules. Esto, porque las encuestas reflejan que la ultraderecha del ECR podría ganar 76 escaños en la elección.

Pero esto aún tambalea, pues Von der Leyen corrigió sus dichos el día que arrancaron las elecciones del Parlamento Europeo, y matizó su oferta a Meloni y el ECR, diciendo que confía en que los resultados de los ecologistas y liberales (Greens/EFA) avancen en la contienda, permitiendo una coalición moderada en la Unión Europea.

Sin embargo, los deseos de von der Leyen parecen lejanos, pues de acuerdo con las últimas encuestas la coalición de los Verdes – Europa Libre (Greens/EFA) sólo conseguiría 41 escaños, convirtiéndose en la octava fuerza política en el Parlamento. En esta coalición se agrupan todos los partidos verdes y ecologistas de Europa, incluidos los de Alemania y otros miembros independientes.

Pese a esto, la ultraderecha avanza posiciones legislativas al interior de la Unión Europea, aunque sin la unidad que reflejan a nivel internacional.

La guerra en Ucrania, el punto que divide a la ultraderecha

La guerra en Ucrania, el punto que acercó al EPP y ECR, también es el punto que imposibilita una alianza del ECR con la otra coalición de ultraderecha que va a las elecciones en el Parlamento Europeo: el grupo Identidad y Democracia (ID).

En esta coalición se agrupan partidos como el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ); Lega, de Italia; Chega!, en Portugal, y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, en Francia.

A diferencia de la coalición ECR, los partidos de Identidad y Democracua no avalan el financiamiento al gobierno de Zelensky, aunque comparten la visión euroescéptica y etnonacionalista de los otros, teniendo en su programa político una política de conservadurismo social que promueve el rechazo a la migración y el respeto a las minorías, aunque aceptando algunos aspectos de la democracia liberal.

Aunque la posición de la ultraderecha sobre la guerra en Ucrania los ha distanciado entre sí al grado de no asumir una coalición, en el próximo parlamento europeo los grupos con esta ideología política se convertirían en la segunda fuerza política.

Por ejemplo, si a los 76 escaños de ECR se le suman los 67 de Identidad y Democracia, la ultraderecha aseguraría 143 diputados dentro del Parlamento Europeo, los mismos que la Alianza de Socialistas y Demócratas; apenas 30 menos que los de EPP, la primera fuerza política de corte conservador, quienes podrían afianzar 173 lugares.

Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.