«Vístelo como tú quieras, es tu niño»

2 febrero, 2020

Como cada 2 de febrero, creyentes acuden a la calle de Talavera a vestir y restaurar sus niños dios en el Día de la Candelaria. El atuendo que les escogen es muestra de cariño pero también una petición al niño, un posible milagro de abundancia, amor, esperanza

Texto y fotos: María Ruiz

La familia de Guadalupe García lleva más de 50 años vistiendo al niño Dios. Su casa se llama Creaciones Guadalupe y cuentan con varios locales y puestos en la calle Talavera y alrededores.

Relata que antes la gente sacaba sus máquinas de ccser y los devotos iban llegando con estampas de santos como ejemplo para los vestuarios de sus niños. Con el tiempo la tradición se industrializó y las estampas se convirtieron en catálogos. 

Los atuendos se entregaban en media hora. Ahora, cientos de atuendos son fabricados con antelación.

Hay más de 20 diseños que año con año se renuevan. Para la invención de uno nuevo hacen un análisis en equipo sobre qué fue lo que más se pidió en la semana de la romería de Niños Dios. 

“Que si este año buscaron más el de Milagritos, entonces buscamos armar ese diseño; que si el cuello más elevado, que si un verde que corresponda más a la tradición, que si otra casa sacó a los árabes porque está de moda el turbante, pues hay que ponerle el turbante. Se toma la opinión de todos para los diseños de los vestuarios y cada vestuario tiene un tema y un sentido religioso” cuenta la vendedora.

Actualmente su familia cuenta con un pequeño taller donde cortan las telas y cosen los atuendos. En total, Guadalupe García menciona que son 750 artesanos los que trabajan en estas épocas del año en la romería de artesanía mexicana, como le nombra al enorme mercado de restauración y puesta de vestuario de Niños Dios.

“No hay un solo extranjero aquí, porque además somos el único país que vive al niño Dios. La venta se divide principalmente por familias, los Trejo que venden principalmente accesorios, los Rascón que venden vestidos… y de ahí se van subdividiendo” explica.

Este niño Dios de Creaciones Guadalupe es pieza única, ya que el escultor se inspiró en las facciones de un niño, es de porcelana y tiene un precio de 12 mil pesos. / Foto: María Ruiz

-¿Los problemas que viven los mexicanos se reflejan en los vestuarios?

-Sí, claro. Uno de los que más se venden es el de la abundancia, la gente quiere abundancia. El niño de la fe, esperanza y trabajo también es de los más solicitados porque es lo que la gente mexicana pide al niño, que siempre tengamos trabajo. Sí tiene que ver la problemática nacional. 

Nosotros tenemos un modelo, que se llama El niño migrante, para toda la gente que va a cambiar de residencia por cuestiones de trabajo. Consta de un pantalón de mezclilla, una camisita a cuadros y un morralito. Nos damos a la tarea de investigar y en Morelia y Tijuana visten así al niño Dios para pedir por el familiar que se va. Pero ese atuendo lo usan para otras cosas: “que me pidieron el niño ferrocarrilero, bueno, pues le pones un trenecito; oye, que me lo pidieron de niño obrero o de niño bolero, le pongo su grasita.”

Guadalupe García en una de las sucursales de su tienda. El niño futbolero es otro de los vestuarios que venden, los que más piden son de los equipos América y Chivas. / Fotos: María Ruiz

García explica que hay atuendos de profesiones porque la gente le pide al niño que le vaya bien en su trabajo, e incluso cuenta que en 2019 El niño migrante se transformó en Niño huachicolero:

“No faltó quien le puso su garrafito de gasolina al niño migrante y se volvió viral”

-Ante la petición de la iglesia de utilizar vestuarios tradicionales, ¿cuál es su postura?

-Pues en lo personal, lo platico con mis clientes, (estos cuentan) que el padre de la iglesia se va a enojar pero siempre le digo, «vístelo como tú quieras, porque es tu niño», va a estar todo el tiempo en tu casa y principalmente te tiene que gustar a ti. La gente lo tiene por cariño porque o se lo regaló su abuelita o su tía, son niños con mucha tradición. Entonces es lo que uno quiera y con la fe que uno decida. Porque uno lo hace con cariño, he visto a gente que gasta miles de pesos en vestir a un niño.

El vestuario más exótico que le han pedido a Lupita García es el de niño Dios luchador y el niño Dios chofer. 

Los asistentes a la romería cuidan a sus niños como si fueran bebés reales. Al niño dios de la fotografía de la izquierda le buscaron el atuendo de “Justo Juez” por problemas que requieren justicia. / Fotos: María Ruiz

Algunos de los artesanos y comerciantes dedican su vida a los niños Dios, viven de esta fecha y de la elaboración de atuendos y niños el resto del año. Pero también hay otros que tienen trabajos alternos, como el caso de César Meléndez.

Meléndez comenzó a vender atuendos y miniaturas de niños Dios desde hace 15 años. Su padre trabajó de eso por dos décadas. Pero para Meléndez es un trabajo de temporada porque el resto del año se dedica a la elaboración de escenografías para películas. Trabajó en la película de James Bond en México, para Godzilla y está por entrar a la nueva de Mel Gibson que se grabará en Xochimilco. Pero no deja el puesto en la romería porque es un trabajo que ha ido de generación en generación.

Algunos cambios que nota son los materiales para las piezas, antes eran de lámina, hoy son de plástico. 

El niño Dios cirujano y Dr. Jesús son de lo más populares. Este atuendo se usa cuando hay familiares internados en la familia o problemas de salud. / Fotos: María Ruiz

De esquina a esquina se pueden escuchar rezos. En una iglesia un grupo de creyentes con veladoras encendidas cantan piezas religiosas y responden al sacerdote. En otra esquina una fila de creyentes se amontonan para la bendición de sus niños. Es un grupo más grande que espera que le caiga aunque sea una gotita de agua bendita. Esa misma fila después se transforma en la de los tamales, calientitos en unas 10 ollas donde conservan su calor. 

En una de las calles paralelas a Talavera, está el negocio de don Teo, Creaciones Sánchez, donde él y su esposa restauran y fabrican niños Dios. Una restauración completa va de cuatro horas a dos días. Una manita la reparan en media hora. A Francisca Orozco se le pregunta si cree que con la disminución de católicos la tradición de la romería de los niños Dios puede desaparecer:

“Probablemente porque ya muchas personas cambiaron de religión. La verdad se ha mermado un poco la tradición. Así como va la cosa yo creo que sí, sí viene menos gente o ahora andan regalando sus bebés por lo mismo que cambian de religión. En el negocio, a nosotros sí nos llega trabajo. Hay muchos que se quejan pero a nosotros sí nos llega. Nos enteramos por otros compañeros que se quejan de no tener mucho trabajo como en otros años” contesta Orozco.

-¿Que desaparezca esta tradición afecta al Barrio de la Merced?

-Sí, es importante, porque a los que somos creyentes nos afecta bastante pero respetamos. Ahora sí que sea lo que Dios quiera, a ver qué tal nos va.

Entre los accesorios que pueden encontrarse en la Romería están los mamelucos, sonajas, coronas. Estos mamelucos están intervenidos con brillos y joyas. / Fotos: María Ruiz

Las personas que se dedican a vestir niños Dios ya son menos, en zonas específicas. Leslie Néquiz, habitante de la zona y activista, señala que existen varios factores para que haya menos gente que continúe con la tradición, pero el más importante es la inseguridad.

«La disminución yo lo achaco una parte a la inseguridad, lo segundo a lo económico y lo tercero al aumento de cobro de cuotas. Cada vez es más caro. Estamos hablando de unas 25 familias que se colocaban ahí pero al paso de los años ya no ocupan esos lugares porque son carísimos. Este año lo habrán ocupado si mucho, seis familias».

Foránea siempre, lo suyo es lo audiovisual y el periodismo es la vía por donde conoce y cuestiona al mundo.

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