Terapias con “lomitos” para el cuidado de las infancias

17 junio, 2022

Arranca el programa piloto “Terapias Asistidas con Animales” en el Hospital Pediátrico Coyoacán de la Ciudad de México. Nueve perritos serán parte del personal que contribuya al bienestar de los  infantes usuarios dentro de la institución. 

Texto y fotos: Isabel Briseño

CIUDAD DE MÉXICO. – Durante la pandemia, muchos pequeños se quedaron sin ver a sus amiguitos de la escuela. Inclusive, algunos tampoco pudieron ver a sus padres porque estuvieron hospitalizados. Otros desarrollaron ansiedad y depresión.

Las afectaciones a las infancias son graves; por ejemplo, en el hospital pediátrico Coyoacan, que pertenece a la Secretaría de Salud, se han registrado ingresos por intento de suicidio; así lo declaró su directora, María del Carmen Jaimes.

“Se sentían abandonados y solos. Es por ello que estamos interesados en buscar opciones que brinden un mejor acompañamiento a los pequeños pacientes”.    

María del Carmen Jaimes; directora del hospital pediátrico Coyoacán
Dra. María del Carmen Jaimes, directora del Hospital Pediátrico Coyoacán, los técnicos especialista en Intervenciones Asistidas y Katana, Hachi y Carola. 

Katana, Hachi y Carola, son algunos de los animalitos que forman parte del programa piloto de terapias asistidas que se realizará en el hospital. Estos perritos brindarán un valioso puente entre el personal médico y los pacientes infantes. Los animalitos se convierten en un motivador y facilitador que genera un estímulo multisensorial, capaz de captar la atención del paciente. 

Para un menor, estar en un hospital representa enfrentarse a diversos estresores. Los más pequeños, así como quienes se quedan internados, llegan a presentar crisis de ansiedad; esto, por estar mucho tiempo en el hospital o por ser su primera visita. La interacción entre los perritos y los menores pretende también ayudar a superar dichas situaciones. 

Un niño dado de alta inauguró el programa. Carola y el personal médico lo despidieron. 

“El principal plan es trabajar en el área de preescolares; hospitalizados; y en el área de los chicos que van a entrar a cirugía, con el taller de veterinarios”, informó Vanessa Ballares. Ella forma parte del Centro de Actividades y Terapias Asistidas con Caninos (CENATAC), AC; Asociación que aportará el equipo interdisciplinario de personas y perros sin costo para el hospital.   

Los animalitos se identifican y seleccionan de manera cuidadosa. Entre las características que deben tener para ser perritos facilitadores están el gusto por la interacción con el humano; así como una facilidad para dejarse tocar y acariciar.  

“El perro es un facilitador, no cura, no sana”, indicó durante la presentación de este proyecto, Francesc Ristol, socio de CENATAC A.C., quien también dijo que se han tenido inmensos éxitos con dichas intervenciones como lo es el caso del taller  “veterinarios”.

Los menores se desempeñan como médicos de los animalitos. Asimismo, de manera simultánea, practican con ellos el procedimiento al que el niño se someterá. Esto mejora su cooperación en el proceso médico. 

Los perritos son mágicos, dice Erik. Además del “hechizo” inmediato que se logra entre los menores y los animalitos, también existe ciencia.

“Estudios recientes en Japón hablan de que esta relación psicosocial entre humanos y animales tendría una repercusión fisiológica: la presión arterial desciende y se detectan pequeños cambios hormonales”, señala Francesc, coordinador de la Unidad Funcional de Intervenciones Asistidas con Perros del Hospital de San Juan de Dios de Barcelona, ​​pioneros en España

El bienestar de los menores es muy importante. También el de los canes utilizados en este programa. Por eso, entre los cuidados que reciben los animalitos están su rotación en diversos horarios. También cuentan con un espacio determinado dentro del hospital; esto, para que puedan descansar y desestresarse después de la terapia con los niños.

”Los perros son magia”, dice Erik, Técnico y Especialista en Intervenciones Asistidas con Perros, al preguntarle por los resultados observados con las terapias.

Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.