24 diciembre, 2020

Tatyi savi

Era maravilloso escuchar eso ruido, que causaba gran emoción en mis dedos y en mi cerebro. Solo imaginación del momento. Claro, esto solo era realidad para los hijos del cacique del pueblo. Porque la pobreza imperaba, y primero se tenían que cubrir las necesidades primarias

Tw: @KauSirenio

Hay muchas cosas que quise tener cuando era niño. En este caso mencionaré lo más importante, sin olvidar la diferencia de estos dos años, porque creo que son indispensables los tiempos en que se vive en el acontecimiento. Por otra parte, no puedo dejar de lado el contexto en que se lleva a cabo este relato. Con esto hago una comparación de la idea que se tienen por las cosas del pasado, independiente mente que seamos niños o no. En 1986, veíamos como encontrar una atracción por los juguetes, por lo que ahora ya no causan emoción, sino más bien se convierten en cosas pasadas de moda. ¿Pero en realidad, esto está fuera de normal hoy en día?

Con lo que acabo de mencionar, trato de traer el recuerdo a mi memoria, que al último constataré con el impacto que todavía causa en los niños de hoy. Para ser preciso, me refiero a las armas artificiales de ese tiempo, que, con solo oprimir el gatillo, se podía oír una ráfaga de balazos. 

Era maravilloso escuchar eso ruido, que causaba gran emoción en mis dedos y en mi cerebro. Solo imaginación del momento. Claro, esto solo era realidad para los hijos del cacique del pueblo. Porque la pobreza imperaba, y primero se tenían que cubrir las necesidades primarias (comida y vestimenta). Por lo menos eso pensaban mis padres, y todo lo demás salía sobrando, incluso los gusto por tener las comodidades de los hijos de los ricos de esa época.

Ahora puedo entender que solo es un deseo que se da en un determinado momento de nuestra vida, en este caso, esto es desde el punto de vista adulto. Cuando años atrás jugaba con la arena a la orilla del río, mientras caminaba juntaba camarones y pescados que eran arrastrados por la corriente del agua después de una lluvia torrencial.

Si pudiera viajar de regreso a esa época, lo primero que diríamos ¿Esa chatarra me causaba tanta emoción? La verdad si, ¡esa chatarra! Y puede ser que lo mismo diría un niño de hoy. Puedo decir que esto no es una especulación chafa, ya que, al enfrentarnos a la realidad, se dan estos casos. En pocas palabras esto pasa a ser algo estúpido para que un niño de ahora se emocione, a pesar de la ola de violencia que ha vivido el país.

A lo que quiero llegar con esto es que creo que más bien los gustos por atracción se construyen de acuerdo a la época que se está viviendo. Por ejemplo: ahora ya no me laten las armas artificiales, sino los libros que me llevaron a un viaje profundo por Europa, gracias a Fedor Dostoievski, León Tolstoi, Máximo Gorki, Erich María Remarque, Miguel Cervantes de Saavedra, Honoré de Balzac, Julio Verne y otros clásicos.

Esas mismas lecturas me hicieron volver a la realidad en mi sueño profundo después de preguntarme si soy mexicano, indígena o Ñuu Savi. Después de reflexionar de mi pasado, solo puedo decir que soy hombre de la lluvia, porque en mi infancia era comer lo que la lluvia traía cada verano. Bueno, soy Ñuu Savi.

Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.