“No hay edad para hacer política”

18 diciembre, 2019

Desde hace cuatro semanas estudiantes de la Preparatoria 7 de la UNAM mantienen un paro indefinido en su escuela por la violencia sexual contra alumnas y la inseguridad hacia toda la comunidad estudiantil. ¿Qué motiva a estos adolescentes a sostener una protesta cuando podrían estar de vacaciones decembrinas?

Texto y fotos: María Ruiz

Desde afuera, la Preparatoria 7 podría pasar como un plantel escolar en periodo vacacional, pero aunque lo parece, no está vacía. Dentro del plantel, un grupo de estudiantes hartos de las violencias a las que se enfrentan en su escuela tomaron las instalaciones y desde el 19 de noviembre se declararon en paro indefinido. No entregarán la escuela hasta que se cumplan sus solicitudes, advierten. 

En este mes han recibido amenazas y agresiones, desde petardos que lanzan de la calle hasta una amenaza con arma de fuego el pasado 9 de diciembre, cuando un hombre con una pistola entró a las instalaciones, encerró a quienes estaban de guardia y saqueó la dirección.

El colectivo feminista “Adelitas Rad” e integrantes de la comunidad estudiantil organizada denuncian que ese día desaparecieron los expedientes de profesores acusados de acoso sexual.

Los estudiantes acusan que hay un intento de maquillarlo como “un choque entre estudiantes y colectivos”, ya que firmaron los destrozos con pintas que aludían al Colectivo Federación Anarquista Pentagonal y recuerdan que no es la primera vez que pasa:

“Siempre buscan meterlos en problemas. Ni siquiera estaban presentes en Ciudad de México ese día. Por eso sabemos que no fueron ellos. Creemos que se quisieron aprovechar de su corriente política que es el anarquismo”, cuenta una de las estudiantes organizadas.

También consideran raro que justo el día de la agresión habría una asamblea donde se entregaría una carta compromiso de no represalias. Relatan que la dirección de la escuela había accedido a esta petición con la condición de que no se dañaran las instalaciones. Pero en la madrugada saquearon la dirección, rompieron una cámara de vigilancia e hicieron pintas. 

A pesar de que la UNAM metió una demanda, al día de hoy no han acudido los peritos para revisar la evidencia de la agresión en la preparatoria. Los papeles y muebles permanecen regados por una de las explanadas. A los estudiantes les pidieron no tocar nada por ser evidencia. 

Documentos regados en patio de la preparatoria. Estos se encontraban dentro de las oficinas de dirección pero fue saqueada el 9 de diciembre por un hombre armado durante la madrugada. Foto María Ruiz

Violencia sexual, el detonante

“No sé si he tenido precisamente relaciones sexuales con mi profesor de Orientación porque lo único que me pide es que le haga sexo oral”.

Éste es uno de los más de 20 testimonios que el colectivo Adelitas Rad recolectó y compartió en un comunicado, donde evidencian denuncias contra 16 profesores de distintas áreas de la institución.

Ante los actos de violencia de género, la inacción de los directivos del plantel para proteger a las alumnas y el intento de reelección como directora de María del Carmen Rodríguez Quilantán, estudiantes comenzaron el paro.

Pidieron la renuncia de Rodríguez Quilantán y la de todos los funcionarios que integran el cuerpo directivo. El pasado 13 de diciembre Carmen Quilantán dejó el puesto de directora y en su lugar se quedó la secretaria general del plantel, Diana Verónica Labastida. Sin embargo, los estudiantes tampoco quieren a Labastida, la acusan de mover grupos porriles contra movilizaciones en 2004 y 2015. 

En esa misma fecha el Consejo Interno de la comunidad del Plantel 7 avisó en un comunicado que la designación de Labastida como directora es temporal pero para poder designar a un nuevo director o directora y renovar el Consejo Interno necesitan recuperar las instalaciones. 

Los estudiantes no terminaron el paro porque el cambio de directivos es apenas la punta del iceberg de las peticiones. Adelitas Rad piden la destitución de los profesores con denuncias y que existan sanciones para alumnos acosadores; también que haya psicólogas y abogadas feministas.

La Preparatoria 7 es uno de los tres planteles de la UNAM a nivel bachillerato -los otros son las preparatorias 8 y 9- que mantienen el paro de labores en protesta contra la violencia sexual hacia las alumnas. La Facultad de Filosofía y Letras a nivel superior también continúa en paro.

Cartel colocado en las paredes del exterior de la preparatoria para visibilizar el acoso sexual. Estos mensajes se pueden leer desde Calzada de la Viga.  Y están intercalados con cartulinas que profesores dejaron en protesta contra el paro, los cuales fueron intervenidos por estudiantes. Foto María Ruiz

Falta de seguridad

“Una alumna que se dirigía a la calle de Cuitláhuac cerca de donde está la clínica fue alcanzada por un grupo de jóvenes, al parecer no eran alumnos de la escuela, la agarran entre todos y tratando de quitarle su celular, la toquetearon por todos lados, gritó con tanta fuerza que unas personas de una casa salieron a auxiliarla, fue así que la regresaron a la escuela: Ella fue a la dirección a denunciar y le respondieron que ‘nada tiene que hacer en la calle, por eso le pasó eso’”.

Este testimonio recabado por Adelitas Rad visibiliza una de las solicitudes que también incluye un segundo pliego petitorio publicado por la Comunidad Estudiantil Organizada: la garantía de seguridad. 

Tanto ellas como el resto de los estudiantes de otros colectivos tienen como principal petición la eliminación de violencia de género pero también la seguridad.

Integrantes de los colectivos Cubículo Estudiantil, Colectivo Pacifista y Mimos Revolucionarios denuncian que el recorrido que hacen de la escuela a sus casas es inseguro. 

“Una de mis compañeras sufrió un primer intento de secuestro de camino a la escuela. Por una segunda ocasión sufrió otro intento de secuestro saliendo de la escuela. Dejó de venir  por el pánico que sentía. Estoy aquí en representación de las personas que tienen pánico de acercarse”, dice uno de los estudiantes del colectivo de Mimos Revolucionarios. 

Los estudiantes piden más  transportes y que el programa de “Sendero seguro” realmente les garantice que no vivirán violencias saliendo de la escuela.

“Para (la avenida) Fray Servando no hay ninguno (transporte) y hay varios compañeros a los que los han encañonado. Hay chicas a las que han acosado incluso arrinconado en uno de los callejones que hay de camino. Se han presentado las denuncias y les dicen, ¿qué hacías afuera de la escuela?, cuando presentan la queja. Por eso pedimos mejoren el sendero seguro porque no es seguro, en lugar de reducir los asaltos van en aumento”, cuenta una de las integrantes del colectivo Cubículo Estudiantil.

Ella también contesta a la pregunta de si en estos días se han encontrado con personas que cuestionaron su protesta por ser “pequeños”:

“Muchas veces me han dicho ‘tú qué vas a saber de esto, tú que´vas a saber del otro’, pero yo creo que hay algo muy interesante en esto, que para la política no hay edad. Y es algo que las familias han inculcado, de que si hablas de la política en la mesa está mal mientras que no es así. La política no debería ser un tema prohibido porque te enseña a ser menos manipulable” responde.

Mural hecho por estudiantes dentro del plantel educativo. Busca ser un pizarrón donde puedan escribir denuncias y peticiones con la intención de que no sean quitadas como el caso de un tendedero de denuncias en el pasado. Foto María Ruiz

Otro de sus compañeros, al que le dicen Zanahoria, responde que a él nunca le han dicho eso pero que en una institución como la UNAM, muy politizada, es inevitable contagiarse. 

A un mes de que inició el paro, además de ellos, otros estudiantes cuidan la escuela. Uno a uno se les pregunta cuál es su motivación para estar ahí si podrían disfrutar sus vacaciones. Las respuestas varían. Algunos mencionan inconformidad con el trato burocrático; otros los precios cambiantes de credenciales o fotocopias, los cuáles varían de 40 centavos a 85 pesos. 

Al preguntarles sobre sus sueños y sobre en dónde se imaginan en unos años, responden que si hubiera represalias probablemente terminarían en otra escuela. Más a futuro se ven estudiando letras, fisioterapia neurológica, filosofía, medicina…

“A mi me gustaría dejar un cambio. Siempre me han interesado los movimientos. Cuando llegué a la UNAM empezó el movimiento de fuera porros de la UNAM y fue cuando me incluí al Cubículo Estudiantil. Así como todos los movimientos han dejado un cambio y han marcado a la gente, me gustaría lograr algo similar, un cambio de consciencia”, cuenta una de las integrantes del movimiento que sueña con ser maestra en el futuro.

Mural feminista sobre las acciones de protesta de las feministas radicales en protestas donde hubo quemas y pintas de monumentos para exigir cese la violencia feminicida y femicida en México. Foto María Ruiz

Murales para reapropiarse de la escuela

En este mes estudiantes y egresados de la prepa han acudido a pintar murales en su escuela. La iniciativa salió durante el paro, para que las personas acudan a plasmar ideas críticas y abran la reflexión. 

En los muros de la escuela se pueden ver distintos murales que visibilizan desde un espíritu nacionalista hasta consignas feministas. Esto para evitar que sean arrancadas, como pasó con uno de sus tendederos de denuncia.

La temática es libre, pero muchos plasman las movilizaciones con figuras acompañadas de consignas. Para Zanahoria, que estudiantes entren a pintar durante el paro también es una oportunidad para que si no se involucran al menos tengan una idea de lo que está pasando al interior.

El día va terminando y los estudiantes en paro deciden salir a botear. Cada que el semáforo se pone en rojo un grupo se planta frente a los coches que pasan por Calzada de la Viga con cartulinas  con sus demandas. Los miembros de Mimos Revolucionarios hacen piruetas circenses y un grupo más pequeño se acerca a los coches a pedir cooperación voluntaria y a compartir información sobre su lucha. Después regresan al plantel educativo para pasar la noche. 

Mural hecho en apoyo a la lucha chilena y en memoria de una de las víctimas de la represión por parte del gobierno de Sebastián Piñeira. La última vez que se le vio con vida fue mientras era detenida por carabineros. Foto: María Ruiz

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