Mi abuela de 500 años y el río del tiempo

23 septiembre, 2023

Octavio Alvarado (57 años), guardia indígena perteneciente a la de Tzawata Ila Chukapi, porta una lanza tradicional hecha de madera de chonta que tiene grabado de su comunidad. Participó de los paros nacionales en 2019 y 2022. Abril de 2023. Foto: Josué Araujo

Esta crónica narra el encuentro con la madre de las energías sagradas en el bosque amazónico de Napo y un árbol de 500 años para defender la región de las amenazas mineras.

Texto: Gabriela Ruiz 

Fotos: Josué Araujo

NAPO, ECUADOR.- En el cantón Arosemena Tola, los niveles de contaminación del agua son abominables. El mapa de concesiones mineras revela que la actividad de 288 concesiones contamina los ríos hasta volverlos oscuros, espesos y mortales, según datos de 2021 de la Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM). Aquí fueron concedidas 12 mil 283 hectáreas para explotación minera metálica, afectando principalmente al río Anzu que recorre el cantón de sur a norte.

En febrero de 2022, un operativo con militares y policías en el río Yutzupino, también en la provincia de Napo, determinó que existían más de 660 operarios de más de 200 máquinas retroexcavadoras dedicadas a la explotación minera. 

En ambos casos, los ríos Anzu y río Yutzupino sufren las prácticas criminales de la empresa  Terraearth que en octubre de 2020, el Ministerio de Medio Ambiente suspendió de forma “total” las operaciones de Terraearth “tras identificar afectaciones al río Chumbiyacu por descargas directas sin tratamiento previo y modificación al cauce hídrico, además de no contar con los documentos habilitantes para operar”.

Sin embargo, la minera china Terraearth Resources tiene seis concesiones mineras en los cantones de Tena y Carlos Julio Arosemena, provincia de Napo y vigentes hasta 2031: Regina 1S, Vista Anzu, El Icho, Anzu Norte, Confluencia y Talag; esta última expiró en 2022. 

Toda clase de amenazas afectan la riqueza biodiversa de este cantón donde entre 2016 y 2018, se han deforestado alrededor de 370 mil 53 hectáreas de bosques según el Ministerio de Ambiente. 

En medio del mapa, se levantan los poderosos árboles de doncel, laurel, tamburo, ceibo y canelos conforman una superficie de más de 62 mil 000 hectáreas. Los ceibos custodian el bosque como abuelas y abuelos gigantes. Proveen de sombra a sus nietos con la enorme copa que se teje con sus ramas. 

Pueden alcanzar una altura de 40 metros de altura y el diámetro de su tronco puede ser de hasta dos y tres metros cuando supera los 40 años de vida. Su densa copa lo hace parecer un gigante en la selva que habita entre otras especies como los guayacanes y el palo santo.

¿Dónde están los árboles más antiguos? —pido a los comuneros de Tzawata Ila Chukapi que nos lleven a conocer a los gigantes sabios. 

Caminamos por dos horas hasta internarnos en el bosque, caminamos junto a los combatientes del Paro Nacional de octubre 2019 y junio de 2022. Las Mujeres Amazónicas portan sus lanzas y las cargan con memoria y fuerza al recorrer el territorio. Pasamos frente a la casa de uno de los chamanes que sobrevive y continuamos. Pedimos permiso a los ancestros y los espíritus del bosque para avanzar. 

Pocos saben que en este territorio se refugió Dayuma, la mujer waorani del primer contacto —me comparten uno de los secretos que hace sentir orgullo a los comuneros.

Hallazgos de recipientes de cerámica. Los comuneros de Tzawata Ila Chukapi aseguran que pertenecieron a sus ancestros, los kichwas naporunas que habitaron lo que es hoy la provincia del Napo en la Amazonía ecuatoriana. Abril de 2023. Foto: Josué Araujo

Antes de llegar al recinto de los grandes sabios, nos detenemos a observar los hallazgos de cerámica hechos por la comunidad. Era costumbre de los antiguos pobladores de Napo, usar urnas de cerámica enormes para enterrar a los muertos. En posición fetal, dentro de las urnas, se los regresaba al vientre de la tierra. 

Tenemos permiso para estar aquí. Somos bienvenidos en esta tierra que conforma además parte del camino a los Llanganates. Estelas antiguas han quedado como seña de la presencia de exploradores y viajeros del pasado. 

Ya frente al gran árbol, nuestros guías se conmueven y conmocionan. Es un ceibo de 500 años, venerado por cinco generaciones. “A veces, en la madrugada, una luz azul se enciende en mitad del árbol, y se escucha una gran fiesta”, me cuenta uno de los comuneros. 

“Los animales entran aquí, el árbol abre la puerta y los resguarda. Hemos visto entrar aquí al jaguar y las aves”, me dice otro comunero.

“Si un poderoso chamán se convierte en jaguar, se puede refugiar aquí. Después el árbol vuelve a abrir la puerta, y deja salir a los animales”. 

Taita Ricardo Antonio Aguinda Grefa de 73 años, chamán en la comuna de Tzawata Ila Chukapi donde sólo quedan dos chamanes, guías espirituales y médicos que emplean las plantas para sanar. Abril de 2023. Foto: Josué Araujo

Pero el gran árbol es también la casa de la gran boa. Ricardo Antonio Agunda Grefa, dirigente de la comunidad, explica que han encontrado hasta seis rollos de piel de boa.

Me acerco al árbol, abro los brazos y alcanzo a rodear una de sus raíces. “A veces también se escucha un cascabel, el ruido que hace la serpiente boa para anunciarse”. 

El sábado 11 de junio de 2022, regresaba de viaje desde el Puyo a Quito, y tuve tres sueños. Uno de ellos, me hizo contemplar un gran árbol al que yo podía ver solo echando la cabeza hacia atrás y levantando la mirada hasta lo más alto. 

Junto a los comuneros de Tzawata Ila Chukapi encontré al árbol de mis sueños. Octavio, uno de los guardias indígenas de 70 años, se subió a las raíces y tomó en sus manos las lianas del viejo árbol. Tomó impulso y se columpió de las lianas como si fueran los bigotes de un gran anciano y él, un niño.

Yo quería hacer lo mismo. Tomé las lianas en mis manos para balancearme. Me detuve un segundo. Las lianas se movieron al contacto como si fueran una mano gentil. Se desplazaron sobre la tierra de los naporunas “en puntitas”. Yo era una niña sorprendida por la demostración de vida. Las lianas retrocedieron hasta el lugar donde las recogí. 

“Sé que el árbol está vivo”, intentaba explicarme la situación. No había experimentado antes de este modo la fuerza de la vida. Sentí que era un árbol-persona, como el árbol de mis sueños, que extendía sus brazos, y de las palmas de sus manos, brotaban bocas, y de sus bocas, otros árboles. 

“El árbol se enamoró de usted”, me dijo bromeando el anciano de la comunidad. “Por eso te tomó de la mano”.

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En la provincia de Napo, en agosto de 2022, los moradores de las riberas del río Anzu, descubrieron miles de peces muertos. En comunidades como Shiguarcocha y Mishiurcu, la tala del bosque para minería ha dejado un paisaje devastador, una tierra roja donde punza el mercurio. 

Corteza de cacao apiladas en uno de los senderos de la comunidad de Tzawata Ila Chukapi. Abril de 2023. Foto: Josué Araujo

El territorio ancestral se ha convertido en Marte, el planeta rojo de la desolación donde Terra Earth Resources oprime a las comunas kichwas. En agosto de 2021, la irrupción de 200 personas en la comuna El Capricho se hizo con apoyo de la fuerza pública para desalojarlos. En 2017, el gerente de Terraearth, Peng Yong Ming, fue padrino de la boda del alcalde Isaías Pasochoa, cerrando un pacto entre la minera y las autoridades que deberían garantizar el cumplimiento de las leyes en Ecuador. 

Las medidas cautelares obtenidas por la comunidad Kichwa Tzawata-Ila-Chucapi en agosto de 2013, se atropellan constantemente contra 56 familias. Entre 2015 y 2021, la minería legal e ilegal en la provincia del Napo aumentó un 300% en 855 hectáreas según el informe del Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos y la Fundación Ecociencia publicado en marzo de 2023. 

¿Cuánto tiempo toma desaparecer un río? En la provincia de Napo, la desaparición del río Yutzupino se hizo a vista y paciencia de las autoridades y con su complicidad entre 2021 y 2022. Los mineros buscan oro como en los tiempos de la colonia. 

En enero de 2022, la Corte declaró la vulneración de los derechos de la naturaleza y le ordenó al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), a la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales y al Ministerio de Minería y Recursos Naturales elaborar y ejecutar un plan de restauración y recuperación en los ríos Ila, Blanco, Chimbiyacu, Anzu, Jatunyacu, Napo y Misahuallí, en los cantones de Tena y Carlos Julio Arosemena Tola.

La Corte Constitucional admitió la demanda de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) y suspendió provisionalmente el Decreto ejecutivo 754 para realizar consultas ambientales sobre actividades extractivas. El decreto 754 se emitió en mayo de 2023 cuando el gobierno de Lasso eliminó a la Asamblea Nacional, poder con capacidad fiscalizadora. Diez años más tarde, la lucha de los pueblos continúa. 

* * *

Uno de los árboles más antiguos, según refieren los comuneros, tiene 500 años de edad y resguarda de forma espiritual la comuna Tzawata Ila Chukapi, provincia de Napo en la Amazonía ecuatoriana. Abril de 2023. Foto: Josué Araujo

Es 24 de julio, cumplo 40 años. Tomo los pies de mi hija y beso sus plantas. Hace dos años estaba en las montañas de Cotopaxi, participando de la ceremonia de cambio de mando de la Conaie. Mama Avelina, guardiana del fuego, me había encargado cuidar del altar donde el punto cardinal tiene como objetos de poder un corazón en forma de piedra, unas plumas negras y un mantel rojo. 

El quinto punto cardinal es el centro, según los Huastecas. ¿Dónde está el centro de mi propio río, dónde se origina el torrente y la cascada de colores?, me pregunto en este largo recorrido junto a los pueblos, ancianos, mujeres y niños. 

Es 9 de agosto de 2023, mi abuela paterna se despide de este mundo. Su sangre ensancha el gran árbol macho-hembra que vi plantado en las inmediaciones de Palenque, antes de entrar al Templo de las Inscripciones en Chiapas. 

En ese lugar, sobre el cuerpo de Pakal se levanta un árbol en forma de cruz que se divide en los cuatro rumbos del cosmos. Este recuerdo está grabado junto a otros: ”Una gran parte de todo somos nosotros”, apunto en mi libreta de viaje sobre el dibujo de la palma de una mano.

Puente río Pigue, cantón Julio Arosemena Tola donde entre 2016 y 2018, se han deforestado alrededor de 370 hectáreas de bosques según el Ministerio de Ambiente. Provincia de Napo en la Amazonía ecuatoriana. Abril de 2023. Foto: Josué Araujo

Mi padre ha reunido sueños en el cuerpo. Es de la opinión de que deben ser cuidados de las miradas de los profanos, en cuya presencia no deben ser narrados para que se cumplan. 

En el río del tiempo, mi abuela, la soñadora, emprende su viaje. Gladys Emperatriz tenía sueños que adelantaban eventos y donde podía encontrarse con los espíritus. Mi padre heredó de ella este poderoso vínculo, que heredó de su abuela Conchita. Y cuando Conchita murió, venía a visitar la casa.

Un árbol, es un río, es una niña, es una comunidad, es un bosque, una abuela justo como enseñaba la mitología de los antiguos pueblos como el mexica, en la representación de Toci, “nuestra abuela”. Toci era la madre de los dioses, médica nocturna, diosa de los médicos, parteras, temazcales, yerberas y adivinos. 

En el hospital, tomé la mano de mi abuela. Pedí a mis ancestros que vinieran a acompañar. No tengo miedo de morir sino de no poder vivir intensamente. Sostenía la mano de mi abuela y la pude sentir vibrar con la energía del árbol gigante y sabio de 500 años en Tzawata Ila Chukapi. Sus largos dedos se soltaron como las lianas y volvieron al centro. Cuento esto para permitirme crecer y “traspasar las flechas”. 

Los viejos árboles como mi abuela son el hogar de los espíritus del bosque. El ceibo o ceiba, es el árbol primordial o árbol de la vida. Los ceibos enseñan los ritos para prevenir el ataque de los malos espíritus.

— Te creía muerta.

— Estando tú viva, ¿cómo podría yo morir? —dijo con dulzura.

Los ceibos son el lugar de descanso de los jaguares, puerta dimensional custodiada por la gran boa. El ceibo no es un árbol maderable. Lo adornan flores rojas y blancas, su aroma dulce atrae a los murciélagos. En mi cuerpo nació una hija, en la hija habita el fuego. ¿Qué late dentro del fuego que encendí? Late una flor ardiente que se refleja en el agua. 

Gabriela Ruiz Agila @GabyRuizMx Investigadora en prensa, migración y derechos humanos. Cronista. Es conocida como Madame Ho en poesía. Premios: Primer lugar en Premio Nacional de Periodismo Eugenio Espejo [Ecuador, 2017]; segundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía Ismael Pérez Pazmiño con Escrituras de Viaje [Ecuador, 2016]; primer lugar en Crónica del Cincuentenario organizado por la UABC con Relato de una foránea [México, 2007].

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