Caso Iván Serrano: desaparecer un cuerpo también es delito

1 abril, 2024

Este miércoles 3 de abril es la fecha límite para que la fiscalía mexiquense interponga un recurso y acuse formalmente a los responsables de haber desaparecido el cuerpo de Iván. Pero las autoridades le dicen a la madre de la víctima que no hay recursos suficientes

Texto: Lydiette Carrión 

Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO. – Celia Hernández lleva 13 años trabajando activamente para que la privación de la libertad y el homicidio de su hijo Francisco Iván Serrano no quede en la impunidad. Si bien hay dos sentencias condenatorias contra dos personas, estas siguen sin estar en firme. Y además, acusa, la Fiscalía está siendo omisa: se niega a interponer un recurso para que los condenados sean juzgados por haber desaparecido el cuerpo, delito que hasta ahora no ha sido contemplado en las sentencias.

Celia Hernández buscó a su hijo desaparecido en 2011, Francisco Iván Serrano, durante un año y medio. Lo halló en una fosa común. Ella y sus demás hijos hicieron las investigaciones e identificaron a los probables responsables: la ex pareja de Iván y el concubino de ésta. La familia de Iván entonces ubicó a los prófugos por propios medios para que las autoridades del Estado de México les detuvieran en 2013. Ahí no paró la cosa. Durante 11 años han tenido que estar pendientes respecto a los procesos judiciales. Uno de los acusados interpone amparos y amparos. Siempre hay el riesgo de que salga libre,  a pesar de que ha tenido ya dos sentencias confirmatorias. 

Actualmente, la señora Celia pide interponer un amparo más, para que a los detenidos se les juzgue por la desaparición del cuerpo de su hijo. Pero las autoridades mexiquenses se niegan a hacer el papeleo, alegan que es mucho trabajo. Mientras, uno de los detenidos, podría salir libre. 

La desaparicion de un músico con rumbo a Ozumbilla 

Francisco Iván Serrano Hernández era el orgullo de su pueblo, los Reyes Acozac. A sus 34 años, era primer trompeta de la Orquesta Sinfónica  del Poli, también segunda trompeta de la Orquesta Sinfónica Nacional y además trompetista del grupo de Reggae Los Rastrillos. Pero el 5 de octubre de 2011 desapareció. Se dirigía a casa de los que pronto dejarían de ser sus suegros Lo había citado ahí la que pronto dejaría de ser su esposa, Mónica. Iban a hablar, para “dejar las cosas bien”. Así que Iván tomó el transporte público rumbo a  Ozumbilla, Tecámac, Estado de México. En su  último mensaje de celular a una persona de confianza informó que estaba por llegar a la casa.

Pero al día siguiente, Iván no llegó a su  trabajo en el entonces Distrito Federal. Tampoco llegó a la orquesta ni le contestó el teléfono a nadie.  A los pocos días, se pudo determinar que la desaparición había ocurrido en el Estado de México. Después las investigaciones arrojaron que la última llamada que hizo fue a Mónica, y desde Ozumbilla.

El análisis de las sábanas de llamadas también reveló que días antes de desaparecer, Iván había estado en constante comunicación con Mónica, quien cada que colgaba con su expareja, llamaba a un número Movistar desconocido.

Y lo mismo ocurrió aquel 5 de octubre. Tras hablar con Iván, Mónica marcó el teléfono misterioso y luego, ningún otro día después. Nunca más  intentó comunicarse con su esposo. Jamás le llamó ni le envió mensajes. 

Regrese al mp cuando «se acuerde»

Cuando la familia de Iván se percató, pidió al ministerio público que interrogara a Mónica  sobre Iván y sobre el número Movistar desconocido. Entonces, la joven dijo que no se acordaba de quién era el Movistar. La policía mexiquense le dijo que se fuera a su casa y tratara de “recordar”. Ella se fue y desde entonces Mónica “desapareció”.

La familia entonces buscó por cielo, mar y tierra. Identificó al dueño del  Movistar desconocido, de nombre Rodrigo, un antiguo vecino de Mónica, y que para 2013, vivía en Monterrey y se ganaba la vida como policía de tránsito. Ahí lo detuvieron judiciales mexiquenses y lo llevaron de regreso al Estado de México. Ahí confesó el homicidio de Francisco Iván en complicidad con Mónica, y que el cuerpo habría sido abandonado por el Bordo de Xochiaca, colonia del Sol, en una región pantanosa y de difícil acceso. 

Sin embargo, el cuerpo fue finalmente hallado en una fosa común de San Salvador Atenco. Pruebas de genética confirmaron la identidad.

Mónica fue detenida tres años después, en 2016.

Actualmente Rodrigo ha recibido dos sentencias confirmatorias. Una original y una segunda al haberse repuesto el procedimiento. Un magistrado confirmó una sentencia condenatoria por el homicidio calificado contra Francisco Iván  Serrano. Pero la señora Celia sabe  que Rodrigo se quiere amparar y dice que es inocente. 

La señora Celia y su familia quieren que se realice un juicio también por que las dos personas halladas culpables también desaparecieron el cuerpo de Iván. Este miércoles 3 de abril es la fecha límite para que la fiscalía mexiquense interponga un recurso, pero las autoridades le dicen a Celia que para qué, que eso implicaría muchos recursos y que se conforme con la sentencia. Esto a pesar de que el acusado sí interpondrá nuevos amparos legales buscando su libertad. 

–¿Qué alega Rodrigo?

–Que es inocente, que no se encontraba ahí. Que lo torturaron, aunque cuando le practicaron el protocolo de Estambul no le favoreció.

–¿Qué urge en este momento?

–Que interpongamos nosotros el recurso. La fecha límite es este miércoles. Ya son muchos años. Si nos vamos a un nuevo juicio, no voy a aguantar otros ocho o nueve años de juicio–, concluye Celia Hernández.

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Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).