24 enero, 2023
Reunidos en Argentina, mandatarios de 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños discutieron las rutas para fortalecer la integración e impulsar la recuperación económica; el regreso de Brasil y el rechazo a «listas y certificaciones unilaterales» que afectan a los países de la región marcaron la cumbre
Texto: Alejandro Ruiz, con información de IPS Noticias
Foto: Presidencia de Argentina
CIUDAD DE MÉXICO. – El regreso de Brasil a las discusiones, el mensaje de paz de Gustavo Petro, la crisis política de Perú y una declaración final que pide el fin del bloqueo económico a Cuba y aplaude el diálogo en Venezuela, fueron la pauta de la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que por primera vez desde 2020 volvió a tener a representantes de los 33 Estados miembros.
Este espacio, impulsado desde 2010 por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez (y sus pares afines al progresismo y al socialismo del siglo XXI) y revigorizado el año pasado por el gobierno mexicano como un foro alterno a la Organización de Estados Americanos, avanza lento en una propuesta de integración regional.
En esta ocasión, el encuentro estuvo enmarcado por la crisis política que vive Perú desde el 7 de diciembre, cuando Pedro Castillo fue destituido y reemplazado por Dina Boluarte. Hasta ahora, más de 60 personas participantes en las protestas han sido asesinadas por las fuerzas del orden.
Con Argentina como país anfitrión, las discusiones giraron en torno a los riesgos contra las democracias en la región. También se retomaron las discusiones sobre la creación de una moneda común que permita la integración y fortalecimiento económico, una medida impulsada prioritariamente por los presidentes de Brasil y Argentina, Luiz Inacio Lula da Silva, y Alberto Fernández.
Además, siguiendo el curso de la edición anterior de la Cumbre, celebrada en México, los representantes de los países acordaron impulsar fondos comunes para hacer frente a la crisis climática y a la crisis sanitaria y de salud pública que desnudó la pandemia de covid-19.
Leer más
Los 33 Estados miembro de la Celac firmaron una declaratoria de cien puntos o acuerdos clave para avanzar en temas de impulso a la mujer, a las lenguas indígenas, el respeto al medio ambiente, la seguridad y la paz, y el acceso a derechos básicos como educación, cultura y salud pública. El documento también establece compromisos específicos de algunos Estados y zonas de interés, como Haití, Cuba, Venezuela, las Islas Malvinas y Puerto Rico.
Además, se consensuaron 11 declaraciones especiales que abordan la atención a erradicar el tráfico ilegal de armas, el fin del bloqueo económico contra Cuba, la cooperación energética, la conservación de océanos, y el reconocimiento de los sistemas alimentarios y los saberes, prácticas y conocimientos de los pueblos.
En 2010, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habló con sus pares sobre la necesidad de impulsar una estructura regional de cooperación entre los Estados que componen América Latina y el Caribe, esto, como alternativa a la OEA y el control hegemónico que ejercen los Estados Unidos sobre este organismo. El diálogo se dio en el marco de la XXI Reunión del Grupo Río, en Cancún, Quintana Roo, y ahí estuvieron presentes Evo Morales, Raúl Castro, Cristina Fernández de Kichner y Luiz Inacio Lula da Silva. Este hecho marcó el inicio de la Celac.
Un año después, y retomando el lema de Simón Bolívar: “para nosotros la patria es América”, la Celac inició sus trabajos manifestando un distanciamiento con la política norteamericana y el intervencionismo en la región, promoviendo una agenda en común en temas financieros, diplomáticos y de intercambio de recursos.
Pero la muerte de Chávez y Fidel Castro (principales referentes en la construcción de la Celac), el arribo de gobiernos de derecha en países que apostaban a un programa de corte progresista, como en Brasil, la pandemia y una serie de conflictos internos, imposibilitaron la consolidación total de la Celac.
En 2020, Jair Bolsonaro retiró a Brasil, lo que implicó un duro golpe económico y diplomático para el organismo. Sin embargo, tras la victoria de Lula el pasado 1 de enero, y su retorno a la presidencia, el regreso de Brasil a la cumbre es un hecho que nutre a este organismo latinoamericano y caribeño.
Durante su intervención, Lula celebró que «Brasil está de vuelta en la región, y listo para trabajar lado a lado con todos ustedes, con un sentido muy fuerte de solidaridad y proximidad», y añadió que su gobierno “vuelve a mirar su futuro con la certeza de que estaremos asociados a nuestros vecinos bilateralmente, en el Mercosur, la Unasur y la Celac».
En el discurso de apertura, el presidente de Argentina (y quien desde la cumbre anterior ocupó la presidencia de la Celac), Alberto Fernández, aseguró que con Brasil en la Celac se abre una nueva oportunidad para unir a la región.
«Solos valemos poco, unidos podemos tener una fuerza arrolladora. Ha llegado el momento de hacer de América Latina y el Caribe una sola región».
También advirtió que “la democracia está definitivamente en riesgo y no podemos permitir que la ultraderecha recalcitrante y fascista ponga en riesgo la institucionalidad de nuestros pueblos”.
Puso como ejemplos “el golpe de Estado en Bolivia” en 2019, “la locura que invadió las calles de Brasilia” con el asalto a las sedes de los poderes el 8 de enero, “y aquí en Argentina cuando alguien intentó matar a nuestra vicepresidenta”, Cristina Fernández, el pasado 1 de septiembre.
“Todos los que están aquí han sido elegidos por sus pueblos y sus pueblos legitiman a sus gobernantes, más allá de cómo cada pueblo decida. En la diversidad debemos respetarnos y en la diversidad debemos estar juntos”, expuso Fernández, lo que definió la pauta de las discusiones sobre los riesgos que enfrentan las demoracias.
Un bloque de la Celac manifiesta el reconocimiento y respeto por la soberanía de países como Cuba y Venezuela, pues ambos países, con sus contradicciones internas, han sufrido los estragos de un bloqueo económico y financiero por parte de los Estados Unidos, lo que ha potenciado las crisis políticas en su interior.
Estos hechos, por ejemplo, orillaron a que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decidiera no asistir a la Cumbre. Los motivos, expresó Maduro en un video que envió a la Cumbre, fueron “la persecución permanente y de las emboscadas que se calculan”, haciendo referencia a posibles atentados en su contra por parte de la derecha argentina, quienes celebraron la inasistencia del mandatario.
Ante ello, los presidentes de Brasil, Colombia, Argentina y México, entre otros, lanzaron mensajes en favor del diálogo y contra el intervencionismo.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no asistió a la cumbre y en su lugar participó el canciller Marcelo Ebrard. Sin embargo, López Obrador difundió un video en el que pidió al pleno de la Cumbre el no dejar “solo al pueblo hermano del Perú. Hay que suscribir conjuntamente un comunicado para exigir el cese de la represión; que se abra el diálogo para que sea el pueblo el que decida en democracia, es decir, en elecciones limpias y libres sobre el destino del Perú. No al autoritarismo y libertad para Pedro Castillo porque fue injustamente encarcelado”.
En los últimos meses la región ha vivido una serie de hechos políticos que han puesto a relieve la inestabilidad política y la disputa entre distintas visiones de gobierno. El encarcelamiento y destitución de Pedro Castillo, en Perú; el llamado a dar un golpe de Estado contra Lula, en Brasil; la crisis de seguridad y las intenciones de intervenir militarmente a Haití; son algunos ejemplos del clima político en América Latina.
Los motivos, tal vez, estriban en la importancia geoestratégica de la región, un hecho reconocido apenas en una entrevista del Atlantic Council a la jefa del comando sur de los Estados Unidos, la militar Richardson, quien afirmó que la región es importante debido a los recursos naturales y energéticos que albergan las tierras del continente.
En este sentido, el presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmó que la unidad de la región debía pasar también por un examen de aprovechamiento de los recursos naturales en bloque.
Petro aseguró que “podemos negociar nuestro propio poder que ellos necesitan: la energía limpia. Claro que hay una posibilidad de integración de las Américas, pero sobre la base del reconocimiento de nuestro propio poder”.
Entre las medidas presentadas por los gobiernos de Brasil y Argentina está crear una moneda común -no única- en la región, que fortalezca el intercambio y fortalecimiento económico, y asegure la independencia de las economías regionales frente al dólar. La propuesta, aceptada en la cumbre por otros gobiernos afines al progresismo como Bolivia, Colombia, Chile, Venezuela y Cuba, se suma a un intento de revivir el Mercosur y otros organismos internacionales que durante los últimos años han pasado a segundo plano, debido al cambio de programas políticos en distintos países del continente.
López Obrador dijo en su conferencia que México no se sumaría a la propuesta debido a que «por muchas razones, tenemos que seguir manteniendo como referencia al dólar». Sin embargo, como dijo Lula en días previos, esta medida deberá acompañarse de una serie de debates y reuniones para afinar la política regional.
Hay otros obstáculos para el resurgimiento de Mercosur, como Uruguay, cuyo presidente de centroderecha, Luis Lacalle Pou aseguró que su gobierno está en miras de firmar un Tratado de Libre Comercio con China, lo que debilitaría los acuerdos con otros países. El presidente uruguayo, quien pidió a los mandatarios de gobiernos progresistas que la Celac no se convierta en un «club de amigos ideológicos» también recalcó la idea de impulsar una zona de libre comercio en toda América Latina: “¿No será momento de sincerar estas relaciones y que desde la Celac se impulse una zona de libre comercio (…) desde México hasta el sur de América del Sur?”.
Entre los acuerdos establecidos en la Cumbre se estableció que se coordinará, con apoyo de la Cepal, “la realización de una reunión de Ministros de Economía y Finanzas en el primer semestre de 2023 en una fecha a determinar con el fin de diseñar una agenda común de América Latina y el Caribe que pueda responder a la actual crisis económica mundial”.
Aunque en la terna para la presidencia de la cumbre se encontraban nombres como el propio Gustavo Petro y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, la elección por consenso de Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, e impulsor de la Caricom, es parte de una apuesta a consolidar la unidad de la región bajo principios sólidos que fortalezcan la democracia y la soberanía.
En su mensaje de recibimiento de la presidencia de la Celac, Gonsalves fue breve, y no ahondó en detalles sobre su postura. Sin embargo, en una entrevista publicada por la revista Alai en junio, el perfil del nuevo dirigente de la Celac se muestra claro: un profundo sentir antiimperialista y con principios políticos comunes al espíritu que vio nacer a la Cumbre.
Economista, y con estudios en la Universidad de Londres, Ralph Gonsalves es uno de los principales dirigentes del Partido de la Unidad Laborista en su país, un partido con tendencias a la izquierda y con una visión anticolonial que se expresa en los procesos de justicia y memoria para las poblaciones afrodescendientes en el continente.
La Celac se sumó al llamado de la Asamblea General de las Naciones Unidas a poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, y rechazó «las listas y certificaciones unilaterales» que afectan a países de América Latina y el Caribe. En esa misma línea, demandó «la exclusión de Cuba de la lista unilateral sobre países que supuestamente patrocinan el terrorismo internacional».
El próximo 27 de julio se realizará en Bruselas una cumbre entre los mandatarios de la Celac y la Unión Europea.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona