Las vitrinas para la gráfica en Ciudad de México son insuficientes, al comparar con la producción artística que hay. Este 13 de agosto nace La Zurda Itinerante, un tianguis accesible para apreciar la obra gráfica contemporánea, que abre puntos de venta y encuentro de artistas. Comienza en la colonia Obrera

Texto: Daliri Oropeza Álvarez

Fotos: Cortesía Colectivo La Zurda Itinerante 

CIUDAD DE MÉXICO.- Antonio Gritón es pintor y además de pintar, crear, experimentar, ha logrado convocar, organizar y abrir espacios para las creaciones visuales desde 1976. En esta ocasión, junto con el colectivo La Zurda Itinerante, organizan un tianguis independiente con el horizonte de abrir espacios para la gráfica popular chilanga. 

El primer tianguis de gráfica fue en el Centro Cultural de Los Pinos y se llama La Zurda, la cual lleva cuatro ediciones y va por la quinta en octubre. Hacer un tianguis de obra gráfica surgió de una idea de Gritón con su cuate el Ajolote, Noé Vázquez.

“El primero fueron 40 expositores, hace un año y medio. El más reciente que hubo allí en Los Pinos, 175 expositores, es decir, ha ido creciendo hasta 575, el triple… ¡casi el cuádruple!”, describe Gritón, nombre con el que firma sus cuadros por su peculiar voz y el apodo desde que estudió en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Esta incubadora mostró el potencial que tiene conjugar gráfica y habitantes de la ciudad en un espacio abierto y público. Gritón y el colectivo conformado por Yeshua, Ivette, Claudio, Minerva, quienes también se dedican a la gráfica, dialogaron y decidieron impulsar un tianguis itinerante, “la hija de la Zurda”,  La Zurda Itinerante.

Su primera edición será en Arte Obrera, un centro cultural independiente que busca llevar el arte a infancias y juventudes con poco acceso a la cultura en la colonia Obrera. Esta colonia además tiene vocación de imprentas. 

“Hay una producción gráfica, para empezar, impresionante. Hay muchísimos talleres, sí, y una gran cantidad de artistas que en su casa, de plano, tienen su tórculo o sus impresoras o sus herramientas de serigrafía. ¡Es bestial la producción de gráfica!”, exclama Gritón, quien  remarca que prácticamente cualquier parte de la ciudad está tapizada de pequeños stickers.

“La gráfica es un medio de expresión, desde toda una interpretación, y es ahora todo un movimiento. Esto es la gráfica, hay una producción bestial pero no tiene canales de salida, suficientes para tanta creatividad”. 

Antonio Gritón.

Convergencias afortunadas

¿Cuántas técnicas gráficas conviven en La Zurda Itinerante? Gritón habla de la gráfica que conjuga el tianguis en esta edición: 

“Toda la obra gráfica está presente, gráfica se refiere a todos los reproducibles excepto la monotipia, ahí sí, nada más sale un ejemplar. Hay desde grabados en todas las técnicas, aguafuerte, punta seca, la suca. Además en todo tipo de material que puede ser el metal o en linóleo o en madera. a veces hasta en botes de leche, ahí hacen el original, lo entintan y pasan por el tórculo y le salen dos o tres impresiones. Está presente toda la gráfica utilitaria,  en playeras, delantales, agendas. Estampados. Serigrafía. También algunas reproducciones de impresión digital o fotografía manipulada, cianiotipos. Hay de todo”.

Asegura que en el tianguis se puede encontrar desde obra de Manuel Felguérez, Vicente Rojo, hasta artistas contemporáneos.

Ha conjugado cientos de obras, talleres, artistas y espectadoras. Pero el colectivo realizó una reflexión sobre la importancia de la circulación de la sobreproducción de gráfica que hay en la ciudad.

La gente querría un tianguis por mes, eso expresaron los asistentes a La Zurda, que nació en el Centro Cultural Los Pinos. Ahí, en colectivo pensaron en hacer núcleos por toda la ciudad, y que el tianguis no sea no centralizado, así empezó la idea de hacer itinerante el tianguis de gráfica.

“La Secretaría de Cultura fomentó el tianguis, y eso dio chance de que creciera de esa manera tan salvaje. Tuvo éxito, entonces ahora,  ésta es la primera Zurda Itinerante que va a haber en la Obrera. Es una cosa como que  regresa el proyecto a la sociedad civil, por decirlo así, lo regresas, y lo dejas ahí libre, que se empiece a mover por toda la ciudad con autonomía. ¡Miles de zurdas!”

El objetivo es que se pueda multiplicar esta práctica de tianguis de gráfica por toda la ciudad, que cualquiera pueda armar una zurda en su barrio. La accesibilidad tanto de artistas como de públicos es medular. 

“Es una Zurda independiente experimental, porque es en la Obrera. Es padre que sea en la Obrera, porque en la Obrera desde los años 30 empezaron las pequeñas imprentas, talleres de impresión, de lo que quieras, toda la Obrera está volcada en la impresión.”

Para ser parte de esta edición itinerante van a participar 80 talleres y colectivos. Alrededor de mil artistas, pensando que cada taller expone entre 10 y 20 artistas, que entraron con una cuota mínima para mobiliario y publicitar la convocatoria. A diferencia de otros bazares de arte que tienen cuotas de más de mil 500 pesos. 

“Hay desde un sticker de cinco pesos, grabados entre 200 y 500 pesos, hasta  grabados de hasta 5 mil pesos, pero lo importante es que sea accesible”.

La Zurda Itinerante está inspirada en los postulados que hace Walter Benjamin en La obra de arte en la época de su reproducibilidad técnica, y pone en cuestión la esencia de la obra con aura enfocándose en la potencia de la reproducción.

El problema de las galerías de arte

Las vitrinas para la cantidad de producción de obra son insuficientes, de acuerdo con la percepción de Gritón, quien tiene más de 40 años lidiando con el problema de la exposición y del mercado del arte en la ciudad de México. 

“El gran problema: hay artistas produciendo, produciendo, produciendo en una explosión de creatividad y, ahorita, las galerías, todas, están saturadas en sus programaciones… por dos años! igual los museos todo está saturadísimo. Los mismos talleres o casas de artistas abren sus puertas y se vuelven galerías. Hay una necesidad de abrir espacios no privados para tanta creatividad que hay en la ciudad”, describe el pintor, quien ha pasado por varios tipos de técnicas y estilos a lo largo de su nutrida trayectoria.

“Hay muy pocas galerías que venden gráfica porque realmente la gráfica es barata, por un grabado de Vicente Rojo tamaño carta lo venden en 5 mil pesos máximo. Pues eso no le sale a una galería. Van a obra grande de 100, 200 mil.  Entonces no, no tienes salidas para el arte popular”.

Hay una cuestión en el acceso al arte también, que se ha vuelto elitista. Sin embargo, al retomar la práctica del tianguis, la dinámica lo hace ligero y atractivo. Para un paseo de sábado o domingo.

“Esto del tianguis ha sido para todos un punto de exhibición y venta grande, que no existía en la ciudad. La otra parte que ha sido muy nutritiva, es el contacto que hay entre los distintos talleres, entre los artistas, es decir, un intercambio de experiencias, de técnicas, de estilo. es una mega exposición”. 

Antonio Gritón.

Remarca la apertura de las personas citadinas a estos tianguis culturales y menciona que también han explorado el ejercicio con un tianguis de música, que ha crecido de manera más irregular. Sin embargo, la Zurda le sorprende porque siempre crece la exposición.

“Lo que ha demostrado La Zurda es que el interés está despierto en la gente. Las personas son quienes buscan estos espacios para contemplar arte. Puedes establecer estos tianguis culturales realmente porque eso es lo que hace falta. Tianguis culturales por toda la ciudad donde todos los artistas y de todo tipo puedan mostrar sus creaciones y que la gente tenga acceso a ello”.

“Hay que hacer dos, tres, cinco, diez, mil tianguis de cultura. Ésa yo pienso que es la consigna. Destraba mucho los grandes conflictos actuales entre el sector cultural, el Estado y el sector privado el arte, es una manera de agilizar todo. Porque los mercados tradicionales son insuficientes”

El colectivo La Zurda Itinerante ya planea una versión del tianguis en Iztapalapa.

Para octubre de este 2022, realizarán una La Zurda de nuevo en Los Pinos.