Para la nueva legislatura, hay tres temas urgentes por atender: pesca y diversidad marina; energía y contaminación, y agricultura y deforestación. Lograrlo no será fácil, mucho menos ahora que hay un peso pesado de los intereses industriales y de la simulación ambientalista como Gabriel Quadri en el Congreso
Twitter: @eugeniofv
En un país como México, con tantos pendientes ambientales, es difícil plantear una agenda total para las nuevas legislaturas, gobernadores o presidentes municipales y alcaldes. Solamente en pendientes legislativos daría para construir una larga lista, por no contar con los pasivos sociales o con las cuestiones de mera y elemental justicia. Pongo aquí solamente tres temas urgentes que se tienen que atender: pesca y diversidad marina; energía y contaminación, y agricultura y deforestación.
Según la Auditoría pesquera de la organización Oceana, la tercera parte de las pesquerías mexicanas están ya al límite de su capacidad y otro 17 por ciento están ya sobreexplotadas. Esto supone una enorme amenaza para la seguridad alimentaria del país y para su biodiversidad. La situación no promete mejorar bajo ninguna óptica, pues al menos una de cada diez —la cifra parece estar seriamente subestimada— embarcaciones pesqueras con algún sistema de monitoreo satelital ha realizado actividades ilegales en algún área natural protegida.
Es cierto que el reto que se enfrenta es enorme, sobre todo tomando en cuenta la notoria incapacidad del Estado mexicano para hacer valer la ley y la virulencia del crimen organizado para defender sus botines, pero sí hay acciones que pueden emprenderse. Por ejemplo, al menos hasta hace un par de años solamente la quinta parte de las pesquerías tenía un Plan de Manejo Pesquero, un instrumento de políticas fundamental para la gestión sustentable de una pesquería. Exigir que se subsanen estas omisiones sería un enorme primer paso. Además de eso, los estados costeros tienen mucho que aportar en la defensa de la biodiversidad y la seguridad alimentaria, desde tomando medidas físicas como las de Greenpeace en Reino Unido contra la pesca ilegal hasta trabajando con los pescadores de bajura y cercanía en sus litorales.
Otro tema que se ha dejado de lado o inclusive con retrocesos es el de la contaminación atmosférica, que ya no es asunto exclusivo del Valle de México. El país es cada vez más urbano y el aire de las ciudades es cada vez más difícil de respirar. Esto se debe a que no hay una regulación sobre los automóviles pero, sobre todo, en lo que toca a los camiones y tráileres. La industria tiene también una parte importante de la culpa, igual que la producción de energía. Impulsar una regulación nacional del transporte automotor y trabajar desde lo local para complementarla y para regular mejor a la industria que por ahorrarse unos pesos en salubridad y cuidado estropea nuestros pulmones sería fundamental.
Un tercer tema sobre el que urge actuar es el de la deforestación. La pérdida de bosques y selvas en el país se ha disparado en los últimos dos años, después de una situación que no era ni de lejos halagüeña. Esto es consecuencia del desorden en la gestión del territorio, de la mala regulación forestal, de la incapacidad de gobiernos y Estados para vigilar lo que pasa sobre el terreno. Hay mucho que se puede hacer en la materia desde todos los ámbitos, desde el municipal hasta el legislativo federal, pasando por los congresos estatales. Para empezar, no sería mala idea terminar con las vedas que imperan en varias áreas del país.
Este tema va a acompañado por el de la agricultura, que es uno de los principales motores de la deforestación a nivel nacional. Mejorar los rendimientos y la sustentabilidad tanto en términos de agrobiodiversidad como en lo que toca al uso de agua y de pesticidas y otros agroquímicos será fundamental. La prohibición del uso del glifosato es un enorme paso adelante, pero es apenas un paso simbólico: falta regularlo todo e impulsar una agricultura realmente sustentable, apoyada en una economía que privilegie las cadenas cortas.
Todo esto son pendientes en los que se puede trabajar desde múltiples ámbitos y niveles. Lograrlo no será fácil —mucho menos ahora que hay un peso pesado de los intereses industriales y de la simulación ambientalista como Gabriel Quadri en el Congreso—, pero son todos urgentes.
Consultor ambiental en el Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.
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