16 febrero, 2023
En los trabajos que se realizan como parte del proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura, expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia encontraron cerca del Auditorio Nacional, los restos de 21 personas, probablemente europeos y mexicas
Texto: Redacción Pie de Página
Fotos: INAH
CIUDAD DE MÉXICO.- Durante los trabajos realizados en las tres últimas semanas en las construcciones del Jardín y Pabellón Escénico del Bosque de Chapultepec, junto al Auditorio Nacional, expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han encontrado los restos de 21 indígenas y europeos, algunos enterrados conforme a la tradición católica y otros con el rito mesoamericano.
En un comunicado, el INAH informó que el hallazgo se dio como parte del proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura; los restos, que datan de entre 1521 a 1620, es decir, durante el primer siglo del Virreinato, fueron hallados en las inmediaciones del Campo Marte.
“Proponemos que este enterramiento colectivo corresponde a un cementerio del virreinato temprano, porque muestra la transición de las costumbres funerarias prehispánicas a las implementadas con la llegada de los españoles y su sistema religioso”, explicó la arqueóloga Lourdes López Camacho, coordinadora del salvamento arqueológico.
Según las especialistas, los entierros se realizaron en tres momentos distintos de los primeros 100 años después de la caída de México-Tenochtitlán (1535) y de forma directa en el suelo.
La mayoría de los cuerpos estaban orientados hacia el oeste, una colocación que, según los expertos, “alude a la creencia de la resurrección en la fe cristiana”; la idea se encuentra reforzada por la posición de los brazos, cruzados sobre el pecho o en la zona de la pelvis.
Pero dos fueron enterrados con el cuerpo flexionado y dispuestos de forma lateral, como se solía realizar en el caso de las inhumaciones mesoamericanas; otros dos fueron hallados portando un “sello y una navajilla” con una obsidiana verde —un vidrio volcánico— de origen prehispánico.
Además, según el coordinador de la Sección de Bioarqueología, Jorge Arturo Talavera González, quien hizo un primer reporte osteológico –el cual será complementado con otros análisis, entre ellos, de ADN–, los rasgos epigenéticos indican la presencia de dos poblaciones diferentes, «siendo indentificables los rasgos amerindios» en algunos restos, por sus piezas dentales en forma de pala.
Las observaciones preliminares indican que las personas inhumadas padecieron, entre otras afecciones, hipoplasia, atrición y cálculos dentales (desgaste del esmalte y la estructura dentaria, además de sarro), inflamación del periostio (vaina fibrosa que cubre los huesos) y otros procesos infecciosos, así como enfermedades relacionadas con déficit nutricional.
Entre los restos se identificaron los de dos personas menores de edad.
La arqueóloga López Camacho,explicó que durante el seguimiento a las obras se realizó pozo de sondeo de 2 por 2 metros y lo restos estaban a partir de los 1.37 metros de profundidad, por lo que se consideró potencial el sur del área de investigación. Junto con las arqueólogas Blanca Copto y Alixbeth Daniela Aburto, decidió extender la excavación y en las últimas semanas encontraron los restos óseos de las 21 personas.
El INAH destaca en su comunicado que en 2005, la arqueóloga María Guadalupe Espinosa excavó un panteón con entierros de la misma temporalidad en lo que entonces era el atrio de la iglesia del pueblo de indios de San Miguel Chapultepec, ubicada en las inmediaciones del Jardín de los Leones, en la Primera Sección del bosque.
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