La semana en que Jesús muere e Iztapalapa revive

Iztapalapa no deja de ser Iztapalapa cuando se convierte en Jerusalén. La representación de la Pasión de Cristo es una de las más grandes del mundo y también una de las más formidables. Dos millones de personas asisten; lloran y ríen en la vigilia. Como festividad prehispánica, el Cerro de la Estrella es el centro catártico donde Dios muere y todos renacen.