En la mitad de la ciudad se erige un muro que no se ve. Un hilo invisible que segrega el espacio y deja en evidencia, a grandes rasgos, dos realidades donde cambian los colores, los tonos, los modos, las entonaciones, los sonidos e incluso, el aire. Podría ser cualquier ciudad en cualquier lugar del mundo, pero es Santiago de Chile, un país tan centralizado que para intentar explicar cómo se mueven sus élites es necesario escribir este texto justamente desde la capital.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo